Se inauguró en 2014 como toda una proeza de la energía termosolar. Ahora cierra y será recordada por incendiar a los pájaros

La planta de energía termosolar de concentración Ivanpah, en el desierto de Mojave, cierra sus puertas 11 años después

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Antonio Vallejo

Editor

En 2014, la planta de energía termosolar de Ivanpah fue inaugurada en el desierto de Mojave con grandes expectativas. Se trataba de la mayor central de su tipo en el mundo hasta ese momento y prometía ser una pieza clave en la transición hacia energías limpias. Sin embargo, apenas once años después, la instalación está cerrando sus puertas debido a problemas técnicos, económicos y ambientales que han lastrado su viabilidad desde el principio.

Energía termosolar de concentración: qué es y por qué hoy día ha quedado abandonada

La energía termosolar de concentración fue en su momento vista como una innovación prometedora. Su funcionamiento se basa en el uso de miles de heliostatos (espejos) que siguen el movimiento del sol y concentran la luz en torres centrales. Allí, el calor extremo generado se utiliza para calentar agua y producir vapor, que a su vez acciona turbinas generadoras de electricidad.

A pesar del entusiasmo inicial, la realidad ha demostrado que esta tecnología es costosa y compleja de mantener. La alineación precisa de los espejos y el funcionamiento eficiente de las turbinas han resultado ser un desafío técnico considerable. A esto se suman los altos costes operativos, lo que ha dificultado su competitividad frente a otras fuentes renovables, como la energía solar fotovoltaica, que ha reducido drásticamente sus costes en los últimos años.

Mientras la termosolar de concentración se ha estancado, la energía solar fotovoltaica ha avanzado con pasos firmes.

Con una inversión de 1.600 millones de dólares financiados con préstamos del Departamento de Energía de Estados Unidos y contratos con grandes compañías eléctricas, Ivanpah nació con la aspiración de convertirse en un referente. No obstante, sus problemas comenzaron desde el inicio. La planta nunca logró generar la electricidad prometida, enfrentó continuos fallos técnicos y su mantenimiento resultó ser más costoso de lo previsto. Con el tiempo, la falta de rentabilidad selló su destino.

A ello se suman las críticas de grupos ambientalistas, que denunciaron el impacto negativo en la fauna local. Especies como la tortuga del desierto vieron su hábitat afectado, y la planta ganó notoriedad por la muerte de aves que eran incineradas al volar sobre los intensos rayos concentrados por los espejos, un problema que le valió el título de "máquina de incinerar pájaros" entre sus detractores.

El cierre de Ivanpah no es un caso aislado. Otra planta termosolar emblemática y de la que ya hablamos hace unos meses desde Xataka Smart Home, Crescent Dunes, ubicada en Nevada y desarrollada por la compañía española ACS, sufrió un destino similar. Este proyecto prometía revolucionar la energía renovable con almacenamiento en sales fundidas para generar electricidad incluso por la noche. Sin embargo, fracasó debido a problemas de ingeniería y gestión, terminando en una bancarrota multimillonaria.

Mientras la termosolar de concentración se ha estancado, la energía solar fotovoltaica ha avanzado con pasos firmes. Los paneles solares han mejorado su eficiencia y han reducido sus costes de instalación y mantenimiento, convirtiéndose en la opción preferida para muchas empresas y gobiernos. Su menor impacto ambiental y su fiabilidad han inclinado la balanza a su favor.

Imagen de portada | EJAtlas

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