Tener una freidora de aire en casa ya no es algo inusual. Es un pequeño electrodoméstico cada vez más presente en muchos hogares, ya que permite preparar platos más saludables con un consumo energético menor que el de un horno tradicional.
Sin embargo, aunque su uso parece tan sencillo como pulsar un botón, las freidoras de aire tienen ciertos aspectos que es importante conocer. De hecho, hubo uno que desconocía y, con el tiempo, me di cuenta de que podía haber provocado que la freidora se estropeara.
Las freidoras de aire se han convertido en uno de los electrodomésticos más populares. Su rapidez y eficiencia para cocinar de manera más saludable las han hecho imprescindibles en muchos hogares. Gracias a su tecnología, permiten obtener alimentos crujientes sin necesidad de grandes cantidades de aceite.
Aun así, es común cometer errores al utilizarlas (al menos, a mí me ocurría), y algunos de estos fallos pueden afectar su rendimiento y reducir su vida útil. Puede parecer que, debido a su tamaño, no necesita cuidados especiales, pero nada más lejos de la realidad: sí requiere cierto mantenimiento.
Uno de los errores más frecuentes no está relacionado con una mala configuración ni con los ingredientes empleados, sino con la falta de limpieza. Muchas personas asumen que, al no requerir grandes cantidades de aceite como las freidoras tradicionales, la suciedad acumulada es mínima, cuando en realidad es todo lo contrario.
Limpieza diaria
Y es un error ya que al tratarse de un electrodoméstico que cocina a altas temperaturas, inevitablemente quedan restos de grasa, partículas de comida y residuos carbonizados tras cada uso.
Si no se eliminan adecuadamente, estos residuos no solo afectan el sabor de los alimentos, sino que pueden obstruir los mecanismos internos de la freidora, reduciendo su eficiencia y aumentando el riesgo de averías.
El mantenimiento básico comienza con una limpieza rápida después de cada uso. No es necesario desmontarla completamente ni emplear productos abrasivos. Basta con dejar que se enfríe, retirar la cesta y el recipiente, y lavarlos con agua templada y jabón neutro. Si hay restos de comida adheridos, una esponja suave será suficiente para eliminarlos sin dañar el revestimiento antiadherente. Este sencillo hábito es clave para conservar el aparato en óptimas condiciones.
Cuidado con el lavavajillas. Aunque algunos fabricantes aseguran que las piezas pueden lavarse en el lavavajillas, esta opción no siempre es la más adecuada. La combinación de altas temperaturas y productos químicos fuertes puede deteriorar el recubrimiento y acortar su vida útil. Por ello, es preferible limpiarlas a mano con detergentes suaves para garantizar su conservación.
Limpieza a fondo

Además de la limpieza diaria, es fundamental realizar un mantenimiento más profundo una vez al mes para evitar la acumulación de grasa, malos olores y posibles bloqueos en la ventilación.
El proceso adecuado comienza desconectando la freidora y esperando a que se enfríe por completo. Luego, las piezas desmontables deben limpiarse con agua caliente y jabón desengrasante. Si hay residuos adheridos, sumergir la cesta en una solución de bicarbonato y agua facilitará su eliminación. Para las áreas de difícil acceso, como esquinas y rendijas, un cepillo de dientes viejo puede ser útil. Si persisten olores desagradables, aplicar bicarbonato de sodio y frotar suavemente ayudará a eliminarlos. Si tu air fryer cuenta con un filtro extraíble, retíralo periódicamente y lávalo siguiendo las indicaciones del fabricante antes de colocarlo de nuevo en su sitio.
También es importante limpiar la parte superior, donde se encuentra la resistencia, ya que la grasa acumulada en esta zona puede generar humo y olores desagradables. Para evitarlo, basta con pasar un cepillo suave o un paño húmedo al menos una vez por semana.
Ten cuidado con las resistencias de la freidora, una de las partes más delicadas de limpiar, ya que no es desmontable. Es importante esperar a que se enfríen para evitar quemaduras. Para eliminar la grasa acumulada, se recomienda usar un paño o esponja húmeda con agua y jabón suave, evitando productos abrasivos que puedan dañarlo. Antes de volver a ensamblar el aparato, es esencial enjuagar bien todas las piezas y asegurarse de que estén completamente secas antes de conectarlo nuevamente.
Siguiendo estos consejos, mantendrás tu air fryer en óptimas condiciones, garantizando su buen funcionamiento y la calidad de los alimentos que prepares con ella.
Imagen portada | Cecotec en Amazon
Vía | DAP
En Xataka Smart Home | Las freidoras de aire ocultan un peligro al cocinar. Un estudio deja claro qué es lo que hay que evitar a toda costa
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