Al hablar de aislantes en la construcción, lo normal es referirse a la lana de roca. Seguro que lo has visto si has pasado junto a un edificio en construcción o has hecho reforma. Es esa capa de color amarillento que se coloca entre los tabiques de ladrillo.
El aislante de lana de roca está fabricado principalmente a partir de roca basáltica o diabasa y es conocido por ser un excelente material aislante térmico y acústico además de tener propiedades ignífugas. Pero ahora, han descubierto un nuevo material aislante que además, se fabrica a partir de residuos y tiene sello eco.
Aprovechando lo que nadie quiere
Volviendo al aislante de lana de roca, ya hemos visto de dónde procede. La materia prima principal es la roca ígnea basáltica, que se extrae de canteras, la cual se funde a altas temperaturas (aproximadamente 1.500°C) y luego se hila en fibras finas mediante un proceso similar al de hacer algodón de azúcar. Estas fibras se aglutinan y forman mantas, paneles o productos similares que se utilizan como material aislante.
Con todo esto, la lana de roca es un buen material aislante térmico y acústico y además tiene propiedades ignífugas, características que hacen que sea una opción muy popular para el aislamiento en la construcción de edificios y otras aplicaciones donde se requiere una barrera eficaz contra el calor y el sonido.
El problema que tiene, es que producirlo es contaminante y muy poco amigable con el medio ambiente y eso es lo que quiere revertir este nuevo material que han desarrollado investigadores de la Universidad Moulay-Ismaïl de Meknes y la Universidad de Rabat, en Marruecos.
Un equipo de investigación que ha trabajado en el rendimiento como aislante de paneles fabricados con cartón reutilizado y deshechos de palmera datilera. Un producto que además es respetuoso con el medio ambiente, pues no requiere de productos químicos o aditivos adicionales. El objetivo de este estudio es desarrollar y evaluar un compuesto innovador combinando cartón con fibras de palmera datilera procedentes de la provincia de Errachidia.
Se trata de aprovechar un cultivo mayoritario en la zona y que hasta ahora estaba infrautilizado. Para la creación de este material, los desarrolladores han usado racimos, troncos, peciolos y las fibras de la madera de palmera. En Marruecos hay casi 70.000 hectáreas de este cultivo, lo que da una idea del posible potencial.
En la provincia de Errachidia, situada en la región sureste de Marruecos, vastas extensiones están cubiertas por palmeras datileras, que representan aproximadamente 1.500.000 árboles (que representan alrededor del 25% del patrimonio nacional) y se extienden sobre más de 15.000 ha
Además del uso de materiales facilitados por la palmera, los investigadores los han combinado con residuos de cartón, un material que cómo citan en el estudio, abunda en un país con una tasa de reciclaje muy baja en comparación por ejemplo, con los países de Europa.
... La tasa de reciclaje de residuos de cartón en Marruecos es actualmente sólo del 25 al 30% del volumen total consumido. Esta tasa de reciclaje es considerablemente menor en comparación con los países de la Unión Europea, donde han alcanzado tasas de reciclaje de hasta el 70%.
En concreto, el estudio habla de "una formulación compuesta por una mezcla de un 40% de componentes de palmera datilera, incluidas hojas pinnadas, racimos, pecíolos del tronco y fibras de palma, junto con un 60% de desechos de cartón a base de celulosa"
En el proceso de fabricación, los investigadores crearon celulosa a partir de los restos de cartón y para mezclarla con los compuestos de palmera datilera usaron agua como aglomerante y así no tener que tirar de productos químicos.
De hecho, el resultado no salió a la primera y llegaron a realizar hasta cinco mezclas distintas de componentes, cada una de ellas con cuatro grosores diferentes, y del compuesto resultante analizaron valores como la conductividad y la difusividad térmica, la pérdida de transmisión, el coeficiente de absorción acústica o las tasas de absorción de agua y así determinar su viabilidad.
El resultado de los investigadores ha arrojado que estos paneles han mostrado una excelente conductividad térmica que oscilaba entre los 0,074 y 0,081 W/mK y una absorción acústica de aproximadamente más de 0,4 en un rango de frecuencia de 200 a 1400 Hz, acompañada de un coeficiente de reducción de ruido de más de 5 dB en un rango de frecuencia de 500 a 1400 Hz (lo han probado con un tubo de Kundt). Además, también se han mostrado útiles en lo que se refiere a unos coeficientes de absorción favorables.
Finalmente, como conclusión han determinado que por lo general, esta combinación ofrece opciones de aislamiento sostenibles y respetuosas con el medio ambiente para la industria de la construcción, "integrando propiedades térmicas y acústicas" a las que suman la durabilidad del compuesto al analizar los costos del ciclo de vida y la optimización del espesor del aislamiento.
Imagen portada | Mohamed Sarim
Vía | Omicrono
Más información | Journal of Cleaner Production
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