Cinco grabaciones de jazz para poner a prueba tu equipo Hi-Fi

Cinco grabaciones de jazz para poner a prueba tu equipo Hi-Fi
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En la entrega que publicamos ayer de esta serie de posts os propusimos cinco grabaciones de rock de gran calidad técnica, y, de paso, de incuestionable valía artística, ideales para sacar a relucir las fortalezas y las debilidades de cualquier equipo de Alta Fidelidad.

La finalidad de este segundo post es la misma, pero en esta ocasión el género al que pertenecen las grabaciones es muy diferente. El jazz es una de las formas de expresión musical más apreciadas por los audiófilos por dos razones de peso. La primera y más importante deriva de su atractivo, precisamente, como forma de expresión artística capaz de incidir directamente en nuestra sensibilidad.

Y, la segunda, que es la que más nos importa en este post, es que habitualmente el apartado técnico de las grabaciones de jazz que podemos encontrar en el mercado está muy cuidado. Por esta razón, seleccionar las cinco obras que os propongo ha sido muy complicado, pero no porque haya pocos álbumes impecablemente producidos, sino porque se me ocurren, al menos, otras tres decenas de discos que tienen una calidad técnica similar.

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Una prueba de fuego para cualquier equipo

Tan solo dos de los discos de este post me parecen realmente inamovibles e imprescindibles: Jazz at the Pawnshop y Audiophile Jazz Prologue III. De hecho, se encuentran sin ninguna duda entre las cinco mejores grabaciones de mi colección, sin prestar atención al género. Y los otros tres son, sencillamente, fabulosos, pero tengo muchos más que también podría haber incluido, y que no he podido contemplar para que el post no es extienda más de la cuenta. Vamos allá.

  • Arne Domnerus. «Jazz at the Pawnshop». Esta grabación es considerada por muchos fans el sanctasanctórum del jazz. Fue grabada por el ingeniero de sonido Gert Palmcrantz en un pequeño club del barrio viejo de Estocolmo, a finales de 1976, y es una de esas obras tocadas por la divinidad tanto en lo técnico como en lo artístico. Destaca en muchos parámetros estrictamente técnicos, como la precisión del timbre de los instrumentos o la profundidad de la escena sonora. Pero, en mi opinión, su más importante cualidad, y lo que realmente la hace especial, es la forma en que recrea la información de ambiente. Si cierras los ojos mientras la escuchas te sentirás como si realmente estuvieses en el club Stampen (The Pawn Shop).

  • Kent Poon. «Audiophile Jazz Prologue III». Como os he explicado antes, esta es una de las mejores grabaciones que he escuchado hasta la fecha, pero, además, es un disco que, desde que lo escuchas por primera vez, no puedes dejar de revisitar cada cierto tiempo. Realmente se trata de una compilación con temas perfectamente conocidos, como You've got a friend o Lush life, y maravillosamente interpretados. Os vendrá de perlas para analizar la capacidad de extracción de microinformación de vuestro equipo Hi-Fi, la precisión con que restituye la escena sonora y si realmente es capaz de preservar el timbre de la voz y los instrumentos.

  • Doug McLeod. «Come to Find». Aunque toca la guitarra con maestría, el auténtico instrumento de este «contador de historias» neoyorquino es su voz rasgada, un «arma» perfecta para dar forma a un blues incisivo. Todos sus álbumes están impecablemente grabados y producidos, pero yo me quedo con la edición XRCD de Come to find. Siempre que necesito diseccionar la precisión con que un equipo Hi-Fi reproduce los matices de la voz humana, reproduzco el corte Bring it on home, que abre el álbum. Sencillamente fantástico.

  • Gregory Porter. «Be Good». De todos los álbumes que os propongo en este post, este es probablemente el más «fácil» de escuchar. Aun así, su calidad artística está fuera de toda duda, y técnicamente es fantástico. La voz del vocalista de Los Ángeles está repleta de matices, pero, además, esta grabación ha conseguido respetar intactos los contrastes dinámicos y el timbre de los instrumentos. Y la escena sonora es amplia y bien estructurada. Así es como debe sonar en un buen equipo de música.

  • Marcus Miller. «The Ozell Tapes». Esta grabación en directo del inimitable Miller está tocada, al igual que los demás álbumes que os propongo en este post, por la genialidad. Es imposible no dejarse seducir por su ritmo y vitalidad, lo que invita a redescubrirla una y otra vez sin descanso. En lo técnico, despunta por su dinámica y extremo grave, por lo que complementa a las mil maravillas a las demás grabaciones del post. Dadle una oportunidad. Si os gusta el jazz, posiblemente os encantará.

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