Mis trucos para combatir el calor en una casa vieja mal aislada y sin aire acondicionado

Mis trucos para combatir el calor en una casa vieja mal aislada y sin aire acondicionado

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Calor

Bienaventurados y bienaventuradas quienes tienen aire acondicionado porque esas personas podrán pasar un verano soportable en Madrid. Pero si vives como yo, sin aire acondicionado y de alquiler en un piso viejo y mal aislado, la cosa cambia. No obstante, nos las apañamos con algo de sentido común, saber popular y algunos trucos para mantener la casa fresca en verano.

Muchos líquidos, ropa fresquita y de algodón y comidas frescas es lo mínimo para prepararse para el verano en mi piso de Madrid. Ya os conté que vivimos de alquiler en un inmueble que tiene unas cuantas décadas y que el aislamiento es deficiente, por lo que si en invierno cuesta mantener la temperatura de la calefacción, en verano la diferencia entre la temperatura exterior y la interior a veces puede ser de un par de grados. No hay mucho que podamos hacer aquí, más allá de jugar con nuestra mejor baza: las ventanas.

Nuestra estrategia con las ventanas

Solemos estar pendiente de la temperatura en el exterior para que, cuando comience a descender (especialmente si baja por debajo de la temperatura interior), abrir toda la casa. A nuestro favor, tenemos cinco ventanas, cuatro de las cuales están colocadas en paralelo dos a dos. Es decir, que si las abres del todo y subes las persianas, es fácil que haya corriente. La corriente es fundamental para bajar la temperatura de la casa y ventilar el ambiente. Las mejores horas son las de la mañana y cuando cae el sol.

¿Qué pasa durante el resto del día? Como no tenemos toldo, nos tenemos que apañar cerrando las ventanas a cal y canto, es decir, tanto ventanas como persianas y hasta cortinas cuando el sol está encima. Si todavía hace más fresco en la calle pero el sol entra o rebota (hay edificios pintados de color claro en los alrededores que reflejan la luz), entonces nos limitamos a bajar las persianas bastante y correr las cortinas, dejando que todavía pase algo de aire. Afortunadamente aunque la casa es vieja, las ventanas son modernas, de aluminio y con cristales gruesos.

Yo trabajo en casa, lo que implica estar sentada delante del ordenador en horas clave como por ejemplo el mediodía. No obstante, uso la iluminación LED (que casi no genera calor) justa y necesaria y lo mismo con aparatos y dispositivos: en la medida de lo posible, cuanto menos haya encendidos y generando calor, mejor. Obviamente no podemos evitar algunos como la nevera, pero sí que aprovechamos la noche o las primeras horas del día para poner lavadoras o cocinar.

Cómo sacarle el máximo partido al ventilador

Lo que veis bajo estas líneas es el ventilador que venía en el mobiliario de la casa. Sí, sé que está la opción de comprar un aire acondicionado portátil para casa (no lo descarto este verano, especialmente si es tan fuerte como el anterior), pero le veo lagunas: mi piso es de 55 metros cuadrados y me resultan un tanto voluminosos para tan poco espacio por un lado y por otro está cómo gestionar la salida del tubo de aire caliente por una ventana con buen aislamiento. Pero a día de hoy, ese es nuestro ventilador.

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Una premisa que no está de más recordar: un ventilador no refresca el aire, solo lo mueve. Por ese motivo es fundamental ponerlo en una zona de paso, bien comunicada (y por ende con buena corriente) y dejar las puertas abiertas. Nada de esquinas, mejor zonas despejadas.

En cuanto a la altura, nuestro ventilador es de sobremesa, pero optamos siempre por colocarlo próximo al suelo y con las aspas mirando ligeramente hacia arriba, ya que en esa zona es donde se encuentra el aire más fresco (por diferencia de densidad). Así cogerá el aire "frío", lo moverá y lo expulsará hacia arriba, que es donde está el aire caliente. Si se da que tenemos las ventanas abiertas y hay corriente, la estancia se puede refrescar relativamente rápido.

En esas noches en las que el termómetro baja menos de lo deseado, además de darnos una ducha con agua templada, optamos por poner cerca del ventilador un poco de hielo para generar una sensación refrescante. Eso sí, normalmente cuando tenemos las ventanas abiertas, ya que en caso contrario aumentaríamos la humedad ambiental, lo que provoca ese calor pegajoso tan desagradable.

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