Así podemos evitar que la ola de calor afecte a nuestros electrodomésticos y prevenir averías

El calor excesivo de esta época junto con un mantenimiento deficiente puede acortar la vida útil de los equipos y que gasten más energía

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Paco Rodríguez

Editor Senior

Llega el verano y otra vez el calor inunda nuestras casas haciendo que sea insoportable estar en ellas sin encender algún sistema de refrigeración como el aire acondicionado. Y nuestros aparatos no lo pasan mejor que nosotros.

Los equipos y electrodomésticos con electrónica y motores sufren, y mucho, el aumento de las temperaturas, a pesar de que en ocasiones nos olvidemos de ellos y no les prestemos atención hasta que ya es demasiado tarde.

Cómo cuidar nuestros electrodomésticos en plena ola de calor

Solemos pensar en los típicos equipos que se sobrecalientan, como un televisor, el móvil, el router y aparatos similares, dejando olvidados muchas veces a los electrodomésticos "de batalla" como lavadoras, lavavajillas, placas de cocina, microondas, hornos, etc. que sufre incluso más si cabe el exceso de calor. ¿Qué podemos hacer para evitar que se estropeen?

Pues los fabricantes suelen incluir algunas recomendaciones en sus manuales y sitios web, consejos que no solemos leer o que olvidamos tras instalar el aparato y comenzar a funcionar con él.

Por ejemplo, desde Beko señalan la importancia de una colocación adecuada de los electrodomésticos para garantizar su rendimiento, especialmente durante los meses de verano. Es fundamental evitar que estén expuestos directamente a fuentes de calor, como la luz solar o zonas cercanas a hornos, problema muy habitual en el caso de los frigoríficos de cocinas pequeñas.

Frigoríficos y congeladores necesitan una ventilación eficiente en su parte posterior y lateral, dependiendo del modelo y tipo de aparato, para disipar el calor que generan. Una mala ventilación en verano puede provocar que el motor trabaje más de la cuenta, provocando un mayor consumo energético y riesgo de averías.

Por eso, hay que asegurarse de que cuentan con el espacio mínimo recomendado por los fabricantes con respecto a las paredes y muebles y de no taponar las rendijas de ventilación que tengan ni dichos espacios.

Hacer una limpieza profunda antes de que llegue el calor es esencial. Sobre todo es importante en frigoríficos, congeladores y aires acondicionados, de forma que quitemos el polvo en las bobinas y serpentines traseros para que puedan evacuar el calor mejor.

Además hay que limpiar los filtros de lavavajillas, aire acondicionado y lavadoras para que puedan funcionar correctamente sin gastar más energía ni sobrecalentarse.

Evitar sobrecargas en verano es también una buena idea. Llenar en exceso lavadoras y lavavajillas es un error común que compromete su eficacia, ya que no solo se reduce la calidad del lavado, sino que también se ejerce presión sobre los componentes mecánicos acortando su vida útil.

Evitar el uso en las horas de máximo calor. Sobre todo si no tenemos aire acondicionado puesto en la cocina, nos convendrá durante los días más calurosos del verano evitar el uso de electrodomésticos como lavadoras, secadoras, hornos o lavavajillas en las horas centrales del día, cuando la temperatura ambiente es más alta.

Hay que tratar de mover su uso a las franjas más frescas de cada jornada, como a primera hora de la mañana o por la noche. Así lograremos reducir el esfuerzo  el aparato, su sobrecalentamiento y alargaremos su vida útil.

Imagen portada | PxHere

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