Desde luego no está la economía para tirar cohetes, por lo que todo lo que nos ayude a ahorrar en casa, bueno es. Y en este sentido, si además utilizas una cocina de gas, no solo estás preparado para apagones eléctricos nacionales, sino que también tienes a tu alcance varios métodos para ahorrar gas.
Bajo estas líneas te contamos algunos procesos que puedes comenzar a aplicar hoy mismo en tu cocina de gas para maximizar el ahorro al preparar todo tipo de platos.
Índice de Contenidos (9)
Pon a punto tus quemadores
Para ahorrar gas en casa, queda claro que los quemadores de tu cocina necesitan estar en óptimas condiciones para funcionar de manera eficiente. Eliminar regularmente los restos de grasa y hollín garantiza que el calor fluya correctamente, reduciendo el gasto energético necesario para alcanzar la temperatura deseada. Un detalle importante: comprueba que la llama sea de color azul, indicativo de una combustión correcta del gas.
La importancia de los utensilios de cocina
Materiales conductores
El material de tus sartenes y cacerolas también juega un papel importante en la eficiencia energética. La cocina de gas permite utilizar una amplia variedad de materiales, pero no todos conducen el calor con la misma eficacia. Materiales como el cobre, el aluminio o el hierro fundido son excelentes conductores que permiten un calentamiento rápido y uniforme. De esta manera, cuanto antes llegues a la temperatura deseada, menos tiempo de uso y, por tanto, mayor ahorro de gas.
Tamaño adecuado
Un error común es utilizar recipientes demasiado pequeños para el tamaño del quemador. Cuando esto ocurre, parte de la llama escapa por los laterales, desperdiciando energía. Procura que tus ollas y sartenes sean del mismo tamaño o ligeramente mayores que el quemador. Además, los fondos planos distribuyen el calor de manera más uniforme, mejorando la eficiencia.
Técnicas de cocción que ahorran energía
Cocinar con tapa
Un gesto tan simple como tapar los recipientes durante la cocción ya supone un ahorro energético significativo. La tapa no solo impide que el calor se escape, sino que también mejora el sabor de los alimentos al cocinarlos en su propio jugo, concentrando los aromas. Evidentemente aquí entra en juego el tipo de plato que desees preparar.
La olla a presión, tu mejor aliada
Aunque la cocción a fuego lento tiene sus ventajas culinarias, la olla a presión es imbatible en términos de eficiencia energética. Este utensilio permite una cocción mucho más rápida, reduciendo el tiempo de exposición al fuego y, por tanto, el consumo de gas. Los estudios indican que puede suponer un ahorro de hasta el 75% de energía comparado con la cocción en una olla convencional.
Control de la temperatura
Optimiza el uso del fuego comenzando la cocción a temperatura alta y reduciéndola progresivamente. En las fases finales, puedes incluso apagar el fuego y aprovechar el calor residual para completar la cocción. También es importante adaptar la cantidad de agua o líquidos a lo estrictamente necesario, reduciendo el fuego al mínimo una vez alcanzado el punto de ebullición.
Cocina en lotes
Preparar alimentos para varios días no solo te ahorra tiempo, sino también energía. El gasto energético de recalentar una comida ya elaborada es significativamente menor que el de cocinarla desde cero. Para maximizar este ahorro, recuerda descongelar los alimentos con antelación en el refrigerador, evitando así el consumo adicional que supondría cocinar alimentos congelados o utilizar el microondas para descongelarlos.
Imagen de portada | KWON JUNHO
En Xataka Smart Home | Yo también cometía este error al usar el horno en casa, hasta que me enteré que podía causar daños en los muebles de la cocina
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