Cómo optimizar y usar tu termo eléctrico para ahorrar en la factura de la luz

Cómo optimizar y usar tu termo eléctrico para ahorrar en la factura de la luz
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A la hora de ahorrar en la factura de la luz conviene tener siempre presente cuáles son los electrodomésticos que más gastan en casa, y a partir de ahí realizar un uso más cuidadoso e inteligente, como vimos en su día para equipos como aires acondicionados, frigoríficos o lavadoras.

Hoy vamos a ver otro de los grandes derrochadores de electricidad en los hogares: los termos eléctricos, unos aparatos generalmente grandes y pesados que si no tomamos unas mínimas precauciones pueden llegar a suponer un importante gasto cada mes, especialmente en otoño e invierno.

Se trata de equipos que calientan el agua de un depósito gracias a una resistencia eléctrica que se calienta directamente por el paso de una corriente, por lo que son poco eficientes y tienen consumos de entre 1.000 y 2.000 vatios, similares a por ejemplo un radiador eléctrico. ¿Cómo podemos optimizar su uso? Veamos.

Instalarlo en la mejor zona posible de la casa

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Para empezar, puede parecer obvio, pero conviene que escojamos, siempre que podamos, el mejor lugar para instalar uno de estos equipos. Hay veces que por estética decidimos ponerlo lo más alejado posible, para que ocupe menos y no se vea tan feo en la cocina.

Esto nos lleva a que en ocasiones esté instalado en zonas externas de la vivienda, como terrazas, porches, garajes, trasteros y similares, generalmente lugares mucho más fríos y alejados del cuarto de baño.

Si podemos escoger, conviene que el termo eléctrico esté lo más cerca posible del lugar donde vayamos a usar el agua caliente, para evitar pérdidas de calor por las tuberías. Pero también que esté situado en un lugar protegido del frío y la intemperie, ya que así protegerá y aislará mejor el agua caliente de su interior logrando una mayor eficiencia.

Encenderlo solo cuando lo vayas a usar

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Otro de los puntos importantes pasa por el momento ideal y el tiempo que lo tenemos encendido. En general, en muchas viviendas se conecta cuando nos lo instalan y nos olvidamos, ya que así nos aseguramos de tener siempre agua caliente.

Sin embargo esto supone un gasto eléctrico importante, ya que cada vez que el agua se va enfriando la resistencia vuelve a encenderse una y otra vez, algo que puede repetirse con frecuencia si abrimos los grifos por ejemplo para lavarnos las manos.

Si podemos, conviene encender el termo solo cuando vayamos a hacer el uso principal de agua caliente del día. Por ejemplo a la hora de ducharnos o bañarnos, dejando calentar el agua un tiempo prudencial, que dependerá de cada modelo, hasta que alcance la temperatura adecuada.

En la mayoría de termos modernos con conectarlo entre una hora y hora media antes de usar el agua caliente puede ser suficiente, o un poco más después de la ducha si queremos tener un remanente de agua templada para usos sanitarios o fregar los platos.

Usar programadores y temporizadores

Como el horario de duchas suele situarse en muchas familias a primera hora de la mañana, una opción para que el termo se encienda en el momento justo sin tener que madrugar para conectarlo pasa por utilizar temporizadores o programadores.

Hay modelos que tienen esta función integrada de serie, pero si no siempre podemos comprar algún temporizador o programador externo que conectamos al enchufe donde esté el termo, pudiendo así seleccionar el horario de encendido más conveniente.

Otra opción es utilizar un enchufe inteligente con el que podremos llevar un control más preciso de los momentos de encendido y apagado y además podremos hacerlo todo a distancia si nuestro modelo lleva conectividad WiFi. Eso sí, conviene fijarse muy bien en la potencia máxima soportada por el enchufe, ya que debe ser menor que la consumida por el termo en los momentos de carga.

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Seleccionar la temperatura adecuada

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Otro de los factores que más electricidad gastan en los termos es la temperatura de funcionamiento que seleccionemos. En general suelen ofrecer la posibilidad de calentar agua desde unos 30 grados hasta entre 70 y 80 grados.

Para ducharnos y dependiendo de lo frioleros que seamos, puede ser más que suficiente con seleccionar entre 40 y 50 grados, estando reservada la de 30 grados para por ejemplo épocas de verano o para el agua caliente del lavabo.

Las temperaturas superiores a 50 grados van a incrementar considerablemente el consumo eléctrico del aparato, aunque pueden llegar a ser útiles de forma puntual para aumentar el volumen de agua caliente que tengamos en casa, por ejemplo si hay invitados y va a utilizarse más agua de lo habitual así podremos mezclar la fría que sale directamente del grifo con esta temperatura sobrecalentada y lograr una temperatura media ideal.

Apagarlo en cuanto se haya calentado el depósito

Una opción que suele funcionar bien para ahorrar energía en el caso de que el volumen de agua del termo sea suficiente para nuestras necesidades diarias pasa por apagarlo rápidamente en cuanto haya calentado el depósito.

Es decir, antes de irnos a duchar lo ponemos en marcha para que alcance la temperatura objetivo y en cuanto lo haga y antes de ducharnos lo apagamos.

De este modo evitamos que en cuanto empecemos a gastar agua caliente con la ducha salte el termostato y comience a calentar de nuevo el agua que va entrando en el termo. Así calentamos solo los litros del depósito una sola vez, algo que tiene el inconveniente de que tras hacerlo puede que nos quedemos sin agua caliente para el resto del día, pero si vamos a estar fuera de casa porque nos vamos a trabajar, el colegio, etc. quizá nos interese.

Aprovechar funciones de aprendizaje inteligente

Por último, hay modelos de termos eléctricos que incorporan funcionalidades avanzadas con toques de inteligencia que nos permiten optimizar aún más el uso de la electricidad.

Por ejemplo, hay equipos que tras pulsar un botón realizan un estudio de cómo usamos el agua y de en qué horas se gasta en casa, lo que permite a sus algoritmos internos precisar cuándo es conveniente encender el aparato y calentar el depósito.

Por supuesto, son modelos más caros y deberemos valorar si nos merece la pena comprar uno de ellos, algo que puede ser interesante si somos muchos en casa cada uno con sus horarios y necesidades particulares.

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