Hay elementos en el hogar que pasan desapercibidos en el día a día o que, simplemente, no sabemos para qué sirven. Uno de ellos se encuentra en los somieres de láminas que incorporan refuerzos lumbares: unas pequeñas piezas de plástico que, aunque pueden parecer inútiles, en realidad son clave para un descanso adecuado.
Si tienes un somier bajo tu colchón y en alguna ocasión le has dado la vuelta —algo totalmente recomendable—, es probable que te hayas fijado en unas piezas de plástico situadas sobre las láminas. Pues bien, estas piezas tienen una función muy concreta y útil.

Comunes en los somieres de láminas (en los canapés de láminas también puedes encontrarla), estas piezas —normalmente de plástico negro— se emplean para ajustar la firmeza en la zona lumbar, es decir, la parte central del somier donde se concentra la mayor parte del peso del cuerpo. Deslizándolas hacia el centro o hacia los extremos, se puede modificar el nivel de rigidez para adaptarlo a las necesidades de cada persona.
¿Cómo funcionan?
Por lo general, estas piezas están colocadas en pares sobre las láminas del somier y se pueden deslizar a lo largo de ellas para ajustar su posición.

En este sentido, cuanto más juntas están (es decir, más cerca del centro del somier), mayor firmeza se consigue en esa zona. Por el contrario, cuanto más separadas (hacia los extremos), más flexible se vuelve la base.
La finalidad de estas piezas de plástico es permitir personalizar el nivel de rigidez de las láminas, adaptando el confort y el soporte a las características del usuario, como su peso o su postura al dormir.
Colocarlas en la posición adecuada puede mejorar notablemente el soporte lumbar y evitar hundimientos en esa zona, favoreciendo así una correcta alineación del cuerpo durante el descanso.
Estas piezas son una forma sencilla pero eficaz de adaptar el somier a tus necesidades sin necesidad de cambiar de colchón. Si sientes que tu cama cede demasiado en la zona media, puedes mover estas piezas hacia el centro para obtener más soporte.
Cómo evitar que se vayan hacia el centro

Con el paso del tiempo y el uso continuado, estas piezas de plástico tienden a desplazarse hacia el centro del somier, lo que puede provocar que la cama se vuelva más blanda en la zona lumbar. Afortunadamente, existe un pequeño truco que puedes aplicar para evitar este inconveniente.
Una opción efectiva consiste en fijar las piezas en la posición deseada, utilizando bridas o incluso colocando un pequeño tornillo que actúe como tope. De este modo, evitarás que se deslicen con el uso y mantendrás la firmeza adecuada en la base del colchón.
No confundir con los codos del somier

Y es que además de estas piezas de plástico, las láminas del somier terminan en los laterales en unas piezas conocidas como cápsulas, codos, soportes o topes, cumplen una función esencial: aportan estabilidad y evitan que el colchón se desplace cuando el usuario cambia de postura o se mueve durante el descanso.
Al igual que las anteriores, estas piezas son básicas ya que prolongan la vida útil del somier, ya que reducen la presión directa sobre las láminas. Algunos modelos, incluso, incorporan sistemas que amortiguan el ruido, haciendo que el somier sea más silencioso al moverse.
Imagen portada | Hypnia
En Xataka SmartHome | Dormir con la puerta abierta o cerrada si quieres buena salud y seguridad: esto dicen los expertos
Ver 1 comentarios