Que el verano traiga consigo altas temperaturas y nos obligue a recurrir a los sistemas de climatización en casa es algo que tenemos muy asumido. Sin embargo, un arquitecto ha logrado construir una vivienda que no necesita aire acondicionado para mantener un ambiente agradable.
Existen distintas alternativas para refrescar el hogar sin depender de los sistemas tradicionales de climatización, y esta casa es un buen ejemplo de ello gracias al uso de un recurso con siglos de historia.
Desde el antiguo Egipto
La solución ha sido aplicada por el arquitecto Arthur Casas en una vivienda situada en el municipio de Angra dos Reis, a unos 150 kilómetros al sur de Río de Janeiro. Este proyecto consigue prescindir del aire acondicionado gracias al empleo de celosías de ladrillo perforado, que permiten regular la temperatura de forma natural.
Se trata de una solución tradicional que favorece una ventilación natural eficaz sin necesidad de recurrir al aire acondicionado, algo especialmente útil en una zona donde los veranos, aunque breves, son cálidos y muy húmedos, con temperaturas que oscilan entre los 24 °C de mínima y los 32 °C de máxima.
Estamos ante un elemento arquitectónico con miles de años de antigüedad. Su nombre proviene de la palabra “celo”, derivada del término latino zelo. La primera celosía documentada se localiza en el templo de Karnak, en el Antiguo Egipto, y este recurso alcanzó su mayor esplendor en la arquitectura andalusí, con la Alhambra como uno de sus ejemplos más icónicos.
Estas pantallas cerámicas, de origen mediterráneo, aportan privacidad y al mismo tiempo tamizan la luz solar que entra en el interior, creando un ambiente luminoso y fresco.
Además, su uso asegura una ventilación adecuada, constituyendo un ejemplo de solución bioclimática en una vivienda eficiente que combina diseño contemporáneo con sostenibilidad para reducir el consumo energético.
La vivienda se distribuye en cinco niveles, dejando gran parte del terreno libre. La planta de acceso incluye la piscina, un área gourmet, terrazas, bodega y suites para invitados. En un nivel intermedio se sitúan el gimnasio, la sala de juegos, la sauna y la sala de masajes, mientras que el sótano alberga una sala de cine profesional. La planta superior se organiza en zonas sociales (salón, comedor y terraza), privadas (suite principal con despacho y dormitorios de los hijos) y funcionales (cocina, lavadero y dependencias del servicio). El nivel más alto cuenta con un acceso desde el condominio y un garaje.
La fachada combina piedra local, que integra la casa en el entorno rocoso, y madera accoya en cubiertas, tejados y celosías de ladrillo perforado, que aportan privacidad, dejan pasar la luz y mejoran la ventilación, contribuyendo al ahorro energético. En el interior se utiliza roble europeo cepillado para los suelos, paneles y carpintería de las zonas privadas.
Imagen portada | Fran Parente en Archdaily
Vía | Arquitectura y diseño
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