Siete habitaciones y todas las comodidades: la asombrosa casa de botellas que puedes alquilar en Airbnb

Está ubicada en una isla de Brasil y es el proyecto de dos mujeres para reclamar acceso a la vivienda y sostenibilidad

Casa De Sal
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Jose Antonio Carmona

Editor Senior

Cuando se habla de arquitectura sostenible, es fácil imaginar materiales de última generación, proyectos costosos o innovadoras técnicas desarrolladas en laboratorio. Sin embargo, una familia en Brasil ha logrado construir una casa de gran tamaño utilizando únicamente botellas de vidrio y otros elementos reciclados.

Su proyecto no solo ha sido un éxito, sino que se ha hecho viral. Más allá de levantar una vivienda sin recurrir a los materiales tradicionales de construcción, han dado visibilidad a su iniciativa a través de las redes sociales, con una cuenta en Instagram e incluso ofreciendo la posibilidad de alojarse en la casa mediante alquiler.

Años de trabajo

Casa de Sal Imagen | Instagram Casa de Sal

En esta ocasión, el mérito es de una madre y su hija, Edna y María Gabrielly, quienes consiguieron construir en la isla de Itamaracá (Pernambuco, Brasil) una casa ecológica de siete habitaciones, a la que llamaron Casa de Sal. Para lograrlo emplearon más de 8.000 botellas, y ese no fue el único material reciclado que aprovecharon en el proyecto.

Además de la gran cantidad de vidrio utilizado, incorporaron otros elementos reutilizados como madera recuperada, palés y tubos de pasta de dientes transformados en tejas. La iniciativa surgió como respuesta al problema de los residuos acumulados en una zona costera protegida afectada por el turismo.

El proceso fue gradual. Durante la pandemia levantaron el primer espacio, que funcionó como taller de costura. Edna y María Gabrielly recuerdan que los primeros meses fueron especialmente difíciles, ya que no disponían de un baño convencional y realizaban tareas cotidianas como lavar los platos en una palangana.

Casa de Sal Imagen | Instagram Casa de Sal

El proyecto nació en plena pandemia, comenzando como un modesto taller de costura y transformándose con el tiempo en una vivienda autosuficiente. La construcción pretende denunciar las desigualdades sociales y ambientales, visibilizando la falta de acceso a una vivienda digna —con 5,8 millones de personas sin hogar en Brasil— y el grave problema de la acumulación de residuos.

Edna y María Gabrielly, ambas indígenas, también quieren destacar las barreras que han tenido que superar por ser mujeres en un ámbito tradicionalmente masculino y por su origen racial. Ambas defienden que este tipo de iniciativa es una forma de resistencia y una manera de aportar dignidad a su comunidad.

El impacto de su trabajo ha sido tal que han creado un perfil en Instagram para compartir el desarrollo del proyecto, y ofrecen la posibilidad de alojarse en la "Casa de Sal" a través de plataformas como Airbnb.

De hecho y según anuncian en esta plataforma, pese a la sencillez de la edificación, esta vivienda no renuncia a comodidad alguna. Tiene desde WiFi a cocina, televisión, sistema de vigilancia con cámaras de seguridad y acceso directo a la playa.

Imagen portada | Airbnb

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