Jose Antonio Carmona
Editor SeniorLlega una de las épocas más complicadas del año, al menos si somos fanáticos del orden: las cenas de Navidad, que ponen la casa patas arriba y que, si somos anfitriones, nos hacen trabajar más que nunca. Ya te imaginas lo que supone cocinar y, después, limpiar todos los utensilios de cocina. Y aunque el lavavajillas es un aliado perfecto, hay trucos que permiten sacarle aún más partido.
Cuando en estos días tiene que trabajar a destajo y está a punto de denunciarnos por explotarlo y no darle descanso, nada mejor que optimizar su espacio. Si ya he contado los trucos que ponemos en práctica en casa (somos dos y medio), ahora toca ver qué hacer cuando se junta toda la familia y no queremos pasar horas y horas en la cocina.
Buscando el orden
Foto de Wendelin Jacober
Cuando empecé a usar mi lavavajillas, lo que más me costó fue aprender a cargarlo bien sin tener que repetir ciclos. Ahora con la Navidad, aprovechar todas las funciones cobra aún más importancia (esa bandeja elevable para copas es muy agradecida).
Con el tiempo he adoptado algunas reglas sencillas que recomiendan los distintos fabricantes. Por ejemplo, Bosch tiene guías específicas sobre cómo colocar los platos y cubiertos para que el agua llegue a todas las piezas sin bloquear las aspas, algo en lo que incide Siemens, que explica como evitar que nada obstruya el giro de los brazos rociadores.
Lo primero, es dejar de lado viejas costumbres. Antes siempre enjuagaba de forma previa los platos y las sartenes hasta que aprendí que no era necesario. No obstante, si hay restos de comida muy pegados siempre los rasco un poco antes de meter los platos; no es necesario enjuagarlos con agua caliente, pero sí es clave para evitar que se queden pegados o bloqueen filtros.
Luego, la distribución: los platos grandes, las fuentes y ollas van en la cesta inferior, porque ahí el chorro de agua suele ser más potente y puede con lo más sucio. En la cesta superior pongo vasos, tazas y recipientes más ligeros (lo recomiendan en Finish) y siempre boca abajo o ligeramente inclinados para que el agua no se acumule y se limpien bien.
Con los cubiertos encontré que (si tu lavavajillas no tiene bandeja para cubiertos) la mejor táctica es mezclarlos en la cesta y no amontonarlos: tenedores, cucharas y cuchillos separados ayudan a que el agua llegue a cada pieza. Por ejemplo Bosch recomienda poner los cuchillos con el filo hacia abajo, no solo por seguridad al vaciar, sino también para que se laven mejor.
Hay modelos de algunas marcas de lavavajillas, por ejemplo LG, que permiten ajustar alturas o posiciones de las parrillas, aprovecha esa flexibilidad: puedes mover la rejilla superior para meter vasos altos o adaptarla a ollas grandes abajo, lo que ayuda a optimizar cada centímetro disponible.
Otra cosa que aprendí con los años (y que también aparece en manuales de fabricantes como Balay) es no sobrecargar la máquina: dejar un poco de espacio entre las piezas es más que aconsejable ya que de esta forma el agua y el detergente llegarán a todas las superficies y evitarás que tengas que repetir lavados.
Imagen | Bosch
Además, no todos los cubiertos son adecuados para lavarse en el lavavajillas. Es el caso de aquellos que tienen mangos de madera, como algunos cuchillos, tenedores o cucharas. La razón es sencilla: la madera es un material poroso que, con los lavados frecuentes y la exposición al agua y al calor, acaba deteriorándose, perdiendo su acabado y reduciendo su vida útil.
Y, por último, aunque no esté siempre en los manuales, presta atención a los objetos delicados: las copas de cristal (hace una semana se rompió una en el lavavajillas) o piezas finas van mejor en zonas donde no choquen unas con otras, y si tu lavavajillas tiene compartimentos especiales, úsalos para protegerlas.
Foto de portada | Mohammad Esmaili en Unsplash
En Xataka SmartHome | He puesto el lavavajillas durante muchos años. Ahora me entero que necesita sales para funcionar: nunca las he usado
Ver 0 comentarios