Tirar un tabique puede ser ilegal: la línea roja entre obra menor y mayor que te puede costar una multa en una reforma

Tirar un tabique puede ser ilegal: la línea roja entre obra menor y mayor que te puede costar una multa en una reforma

  • Los muros de carga no suelen estar presentes en construcciones modernas de más de dos plantas

  • Hay muchos conceptos con los que familiarizarse: desde cédula de habitabilidad a declaración responsable de obras

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Jose Antonio Carmona

Editor Senior

Cuando llega el momento de realizar una reforma en casa, hay situaciones que implican tener que derribar muros y paredes. Una tarea que va mucho más allá de llamar a Manolo y Benito para que se encarguen: hace falta que intervenga un arquitecto profesional y contar con la oportuna licencia.

El problema es saber cuándo este requisito se vuelve esencial, porque no todas las paredes y muros de nuestra vivienda tienen la misma consideración. Algunas son especialmente sensibles y están protegidas, así que vamos a intentar aclarar cuándo es necesario contratar a un arquitecto y qué puede pasar si no lo hacemos.

Y es que, cuando llega el momento de tirar una pared para hacer una reforma, hay que tener muy claro si el elemento que vamos a derribar es un muro de carga o un tabique divisorio (no estructural). Distinguir entre uno y otro es fundamental para realizar una reforma sin correr ningún tipo de riesgo. Y, de entrada, ya te adelanto que sí: derribar un tabique siempre requiere una solicitud a Urbanismo (en mi ciudad, Granada, esta es la normativa); ahora toca ver de qué tipo.

Cédula de habitabilidad: básica

Pexels Pixabay 48148 Foto de Pixabay

Tirar una pared durante una reforma puede implicar la necesidad de contar con un arquitecto, solicitar una licencia de obra mayor e incluso tener que renovar la cédula de habitabilidad. Y lo primero es aclarar este concepto.

La cédula de habitabilidad es un documento oficial que certifica que una vivienda cumple los requisitos mínimos de seguridad, salubridad y habitabilidad para poder ser ocupada legalmente. La emite la administración autonómica o el ayuntamiento y es imprescindible para trámites como vender o alquilar la vivienda, así como para dar de alta suministros básicos como la luz, el agua o el gas.

Teniendo esto claro, toca ver el resto de elementos de la ecuación y entender por qué es tan importante saber qué se puede —y qué no se debe— modificar a la ligera durante una reforma.

Tabique divisorio

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Como explican en Arquitectura Sevilla, un tabique es una pared no estructural cuya función es dividir espacios u ocultar instalaciones; al no soportar carga, puede demolerse sin riesgo. Este tipo de intervención suele considerarse una obra menor que no modifica la cédula de habitabilidad, aunque normalmente requiere presentar una declaración responsable de obras. En algunas ciudades, las normativas municipales incluso pueden eximir de solicitar licencia, según el caso.

¿Qué es una declaración responsable de obras? En Certicalia lo dejan claro explicando que una declaración responsable es un documento mediante el cual el promotor declara cumplir toda la normativa vigente, lo que permite iniciar la obra menor sin esperar la concesión de una licencia. Una vez presentada, los trabajos pueden comenzar casi de inmediato, si bien el ayuntamiento conserva la posibilidad de realizar inspecciones posteriores para verificar el cumplimiento de lo declarado.

Cuando se derriba un tabique no estructural, lo habitual es que se tramite como obra menor y que no afecte a la cédula de habitabilidad. Aun así, es aconsejable que un técnico revise la reforma para asegurar que sigue cumpliendo requisitos esenciales como superficies mínimas, ventilación o rutas de evacuación. Cualquier modificación que altere estos parámetros podría obligar a renovar la cédula y generar problemas si no se ajusta a la normativa.

Muro de carga

Reforma Imagen | Estudio Konzept

Por su parte, un muro de carga forma parte de la estructura del edificio y sostiene el peso de las plantas superiores. No puede derribarse ni modificarse (por ejemplo, abriendo huecos), ya que hacerlo comprometería la seguridad del inmueble. En estos casos es obligatorio contar con un arquitecto, entre otros motivos porque la intervención puede afectar a la cédula de habitabilidad.

La necesidad de solicitar una licencia de obra mayor se debe a que cualquier actuación sobre un elemento estructural implica modificar la estructura del edificio. Esto casi siempre obliga a revisar o sustituir la cédula de habitabilidad, ya que la nueva distribución debe cumplir con las exigencias normativas vigentes. Además, el arquitecto es el responsable de garantizar la estabilidad del edificio, puesto que intervenir en un muro de carga supone un riesgo directo para la integridad de la construcción.

Por poner en contexto, qué se considera obra mayor puede variar de un municipio a otro. En Granada, según la normativa local, se considera obra mayor cuando la actuación implica:

  • Cambios estructurales, rehabilitación, reestructuración o ampliación de edificaciones existentes. 
  • Obras de nueva edificación, demolición parcial o total, o cambios sustanciales en la estructura. 
  • Reformas de entidad técnica elevada, que requieran proyecto técnico visado. 

Queda claro que por lo general, se entiende como obra mayor toda intervención que modifica la estructura, distribución, volumen, o “entidad técnica” del edificio, no sólo una simple reforma estética o superficial. 

Cómo distinguir si es un muro de carga o un tabique divisorio

El problema surge cuando hay que diferenciar ambos tipos de estructuras. A la hora de afrontar una reforma —y aunque lo ideal es dejarlo en manos de profesionales— nunca está de más saber cómo distinguir un tabique de un muro de carga. Un buen punto de partida es el método que proponen en BCNArquitecto, donde señalan tres claves fundamentales.

  1. El grosor: los tabiques miden unos 10–15 cm, mientras que los muros de carga superan los 20–25 cm.
  2. El sonido al golpear: los tabiques suelen sonar huecos; los muros de carga, al ser macizos, no.
  3. La composición: los tabiques utilizan ladrillo hueco y permiten hacer agujeros con facilidad; los muros de carga están hechos con ladrillo macizo y son mucho más resistentes a perforaciones.

Entran en juego los pilares

Pexels Olly 3760529 Foto de Andrea Piacquadio

Ya sabemos cómo distinguir ambos tipos de estructuras, pero hay un detalle que merece la pena comentar y que me apuntó un arquitecto con el que hablé: en los edificios modernos, lo normal es que no haya muros de carga en las plantas superiores, sobre todo cuando el bloque tiene más de dos alturas.

En estas construcciones, puede que sí encontremos muros de carga en las plantas bajas o en el perímetro, pero a partir de cierto nivel se sustituyen por pilares y vigas. ¿El motivo? Los muros de carga no funcionan bien en edificios altos: son rígidos, acumulan demasiado peso y ocupan más espacio del deseado. Por eso, en los pisos superiores se suelen usar tabiques ligeros y no estructurales, que permiten distribuir la vivienda con mucha más libertad.

Se puede tocar un pilar en una reforma? La respuesta es no: los pilares no deben pueden tocarse ni modificarse (así lo aclaran en Habitissimo) durante una reforma ya que, como los muros de carga, son elementos estructurales fundamentales que sostienen el peso del edificio y cualquier alteración sin un estudio técnico puede comprometer su estabilidad. 

Como en el caso anterior, cualquier intervención en ellos exige un arquitecto, un proyecto técnico, una licencia de obra mayor y, si forman parte de los elementos comunes, también la autorización de la comunidad de propietarios.

Por lo tanto y para terminar podríamos concluir diciendo que un muro de carga implica obra mayor, proyecto de arquitecto, licencia y, casi siempre, un cambio en la cédula de habitabilidad y que son elementos que no aparecen en edificios de más de dos plantas, sobre todo modernos (aquí entran en juego los pilares). Por su parte, un tabique divisorio se considera obra menor, requiere normalmente licencia de obra menor (o declaración de obra responsable). Y aunque no es obligatorio, conviene buscar asesoramiento de un experto para asegurar que no se vulneran requisitos de habitabilidad que puedan obligar a renovar la cédula. 

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