Las cocinas abiertas al salón se llevan mucho, pero pueden ser un horror por los olores o ver la tele. Ten todo esto en cuenta antes

Abrir la cocina al salón tiene múltiples ventajas, como dar la sensación de un espacio más amplio y además te permite estar más conectado con las visitas o la familia mientras haces la comida. 

Pero también pueden llegar a ser una auténtica pesadilla por el tema de los humos, que se escaparán sin piedad al resto de la casa a no ser que contemos con un aliando potente: una buena campana extractora. 

Tradicionalmente no han sido equipos a los que se haya prestado demasiada atención en los hogares, dando en muchos casos la impresión de que prácticamente cualquier modelo servía para todo tipo de cocinas e incluso siendo un dispositivo en el que escatimar cuando andamos algo justos de presupuesto.

Sin embargo, su utilidad está más que comprobada y contar con una buena campana extractora en casa nos permitirá librarnos del humo, de los malos olores y de la acumulación de grasas y humedad en los muebles y superficies de la cocina ofreciendo un entorno más higiénico.

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Una campana extractora con potencia suficiente

Ahora bien, como hemos comentado un poco más arriba, en general no prestamos la atención que merecen estos electrodomésticos y al ir a comprar o pedir que nos instalen uno nuevo es frecuente que apostemos por los modelos más económicos de la tienda, más aún si se trata de viviendas de alquiler donde los dueños han querido abaratar costes todo lo posible al montar la cocina.

¿Cómo podemos saber si nuestra campana es lo suficientemente potente? o, dicho de otro modo, ¿cuál es la potencia recomendada que debe tener una campana extractora para nuestra cocina y especialmente si es de tipo abierta al salón?

Fuente: Balay

Pues la clave está en los metros cúbicos de aire por hora que es capaz de expulsar al exterior en los modelos que cuenten con salida de aire directa, o bien de filtrar en los que trabajan sobre un circuito cerrado con filtro de carbón.

En el caso de cocinas cerradas clásicas los expertos recomiendan buscar un modelo que sea capaz de renovar por completo el aire de la cocina como máximo entre 8 y 12 veces cada hora, y si son de tipo isla o con espacios abiertos tendremos que buscar modelos de entre 12 y 15 veces cada hora.

Este factor puede variar dependiendo del uso que hagamos de los fogones, del tipo de comida que estemos haciendo (si tiene más o menos grasa por ejemplo) y del cocinado que solamos emplear con más frecuencia (no es lo mismo freír que guisar o solo poner a cocer pasta, arroz, etc.). 

Los fabricantes suelen dar este dato de la potencia de extracción de sus campanas en metros cúbicos por hora. Así, para realizar los cálculos debemos en primer lugar conocer el volumen en metros cúbicos de aire que habrá en nuestras cocinas o conjunto salón más cocina en el caso de que queramos una de tipo abierto, para lo cual podemos medir en primer lugar la superficie (ancho por largo) y multiplicar por la altura del techo.

Con este dato aproximado de los metros cúbicos de aire podemos pasar a multiplicar por ese factor de entre 8 y 15 y obtendríamos los metros cúbicos por hora de potencia que necesitamos para que nuestra campana sea capaz de mantener el aire limpio mientras guisamos.

En las tablas adjuntas podemos ver unos ejemplos para diferentes tamaños de cocinas cerradas y abiertas al salón, suponiendo una altura hasta el techo estándar de 2,5 metros.

¿Qué sucede si nuestra campana es mucho menos potente que lo recomendado? Pues que si cocinamos frituras o guisos que produzcan mucho vapor de agua en general no será capaz de extraer todas estas sustancias y el aire se irá llenando de humo rápidamente sin que aparentemente la campana parezca estar funcionando bien.

Esto es un problema aún mayor en las cocinas abiertas al salón, porque en general no estarán alicatadas y tenemos equipos electrónicos más delicados como televisores, sistemas de entretenimiento, etc.

También puede darse el caso opuesto, es decir, que la campana sea mucho más potente que lo recomendado. En este caso podrá mantener el aire siempre limpio incluso en velocidades de funcionamiento bajas produciendo menor ruido y trabajando de forma más holgada. Eso sí, su compra nos supondrá un mayor desembolso económico y gastaremos más luz.

La altura de la campana también es clave

Imagen: Lecreuset

Otro aspecto muy importante a tener en cuenta es la altura a la que tendremos que instalar nuestra campana extractora. En general, fabricantes como Balay o Teka coinciden en que la campana debería estar a unos 65-70 cm de altura sobre las cocinas de gas y a entre 55-60 cm en las vitrocerámicas o de inducción. 

Además, es fundamental que la zona más baja de la campana nunca quede por debajo de los 45 cm de altura con respecto a la placa. ¿Qué pasa si queremos más altura porque esta recomendación nos parece poco o la disposición de los muebles así lo requiere? 

Pues si nuestra cocina lo permite podemos optar por instalar una campana de techo, sin muebles encima, con mayor potencia de succión. En este caso la altura ideal a la que instalar la campana extractora es de entre 140-145 cm por encima de la cocina. 

Campanas integradas en la placa: para cuando el ruido es un problema

Imagen: Bosch

Si lo que nos preocupa es que al tener que contar una campana potente por tener la cocina abierta al salón vaya a generar más ruido y nos moleste por ejemplo al ver la tele, entonces quizá una de tipo estándar no sea la mejor opción y nos convenga más una de tipo integrado en la placa de cocina.

Los motores de estos extractores integrados suelen ser mucho más silenciosos y eficientes que los que montan las clásicas campanas de techo, que además necesitan de más potencia de succión para superar la distancia desde la placa hasta su ubicación. 

En las integradas al recoger el aire prácticamente a ras de la placa de cocina, la potencia de succión necesaria se reduce y con ello la potencia del motor para realizar el mismo trabajo.

Dependiendo del fabricante y del modelo concreto de placa, tendremos la opción de instalarlas tanto con salida de aire al exterior como en recirculación, con o sin conductos. Así podremos adaptarnos a las posibilidades reales de nuestra cocina, a si contamos con hueco para salida de humos o por el contrario necesitaremos filtrar el aire recogido por el extractor nosotros mismos.

Eso sí, hay que preparar los bolsillos, ya que este tipo de campanas integradas son más caras que los modelos tradicionales y como señalan desde Balay se requiere de una instalación algo más precisa, es decir, más tiempo de instalación.

Imagen portada | Max Vakhtbovycn 

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