Cuando estoy de viaje, una de las cosas que más disfruto es poder ver mis series, películas o vídeos personales en una pantalla más grande. Ya sea en la habitación de un hotel o en casa de un amigo, suelo recurrir a diferentes métodos para conectar mi móvil a la televisión y aprovechar al máximo el contenido.
Sin embargo, no siempre es tan sencillo como parece. La disponibilidad de WiFi o la antigüedad del televisor pueden marcar la diferencia a la hora de elegir la mejor opción. Por eso, más allá del clásico cable HDMI que todos conocemos, suelo adaptar la conexión según cada situación concreta, buscando siempre la solución más práctica y eficiente.
Con o sin cable

Antes de entrar en detalle, conviene repasar qué se necesita en cada caso, ya que voy a explicar cómo conectar el móvil a la televisión, tanto por cable como mediante conexión inalámbrica. Básicamente, existen dos formas principales de lograrlo:
- La primera es mediante cable. Para ello, el dispositivo debe ser compatible con salida de vídeo a través del puerto de carga, es decir, debe admitir tecnología como DisplayPort. Esta característica no es común y suele encontrarse en modelos de gama alta o teléfonos más avanzados.
- La segunda opción, mucho más extendida, es la conexión inalámbrica. Casi todos los smartphones actuales permiten compartir la pantalla sin necesidad de cables, lo que la convierte en la alternativa más habitual y cómoda para la mayoría de usuarios.
Para compartir la pantalla del móvil sin cables, normalmente se necesita un dispositivo adicional conectado al televisor. No obstante, las Smart TV recientes ya incorporan funciones como Chromecast (Google Cast integrado) o AirPlay, la tecnología equivalente de Apple.
Antes de adquirir ningún accesorio, comprueba. Puedes saber si tu televisor es compatible con la transmisión inalámbrica desde el móvil. Una forma rápida de averiguarlo es conectar ambos a la misma red WiFi, abrir una app como YouTube, reproducir un vídeo y tocar el icono de envío (una pantalla con ondas). Si tu tele aparece en la lista, no necesitas añadir nada más. En caso contrario, será necesario usar un cable HDMI o un dispositivo como Chromecast o AirPlay, según uses Android o iPhone.
Si vas a usar cable. No todos los móviles Android permiten enviar señal de vídeo por el puerto USB-C o micro USB. Para comprobarlo, puedes probar con un adaptador de ese tipo a HDMI. En el caso del iPhone, es posible duplicar la pantalla usando un adaptador Lightning a HDMI (además de un cable HDMI estándar). Si usas un iPhone 15, al incorporar USB-C, puedes emplear un cable similar al de muchos Android compatibles.
Cuando tengo a mano WiFi: práctico y sin cables

La forma más cómoda de ver el contenido de mi móvil en la tele es mediante conexión inalámbrica. Si el lugar al que voy tiene WiFi y puedo conectar el móvil a la misma red que el televisor, todo resulta muy sencillo. En ese caso, tengo tres opciones a mano:
Habitualmente utilizo la función Smart View o Duplicar pantalla, que se basa en la tecnología Miracast. Solo tengo que deslizar el panel rápido del móvil, seleccionar “Smart View” y elegir el televisor que aparece en la lista. Una vez aceptada la conexión en la tele, la pantalla del móvil se refleja de forma inmediata.

La tercera opción es algo que ya no suelo utilizar, aunque la menciono porque puede ser útil para algunos usuarios. Solía llevar conmigo un Chromecast para usarlo en alojamientos donde no había una Smart TV, algo cada vez menos habitual.
En ese caso, lo que hacía era conectar el Chromecast al puerto HDMI del televisor, y desde el móvil enviar contenido desde aplicaciones compatibles como YouTube, Netflix o Disney+ con solo tocar el icono de “Enviar a pantalla”.
Uso de apps con DLNA. Otra variante sin cable

Y para el final del modo sin cable dejo una variante del modo WiFi. Cuando lo que quiero es mostrar fotos o vídeos que he hecho durante el viaje para que los vean otras personas, y el televisor es compatible con DLNA, puedo recurrir a aplicaciones como la propia galería del móvil o VLC para enviarlos directamente a la pantalla del televisor.
Conexión por cable: cuando no hay WiFi

Pero como comentaba, en este caso se trata de usar un cable para aquellos momentos en los que no tengo WiFi disponible, algo bastante común cuando uno se va de vacaciones o incluso en una escapada de fin de semana. Y aunque intento desconectar, me gusta ver las fotos que hago en una pantalla grande o disfrutar de alguna película.

En estas situaciones recurro a un método más directo: siempre llevo conmigo un cable USB-C a HDMI. Así puedo conectar el móvil directamente al televisor mediante HDMI. Solo tengo que enchufarlo, cambiar la fuente del televisor y listo: el contenido aparece en pantalla sin necesidad de realizar ajustes adicionales.
Este método me funciona especialmente bien con mi smartphone Samsung, que es compatible con Samsung DeX. Gracias a DeX, en lugar de duplicar simplemente la pantalla, se activa un entorno de escritorio muy útil que permite trabajar o, como en mi caso, ver contenido como si estuviera usando un ordenador.

No obstante, y junto a estas opciones, otra posibilidad es recurrir al clásico cable HDMI. Como el móvil no tiene salida HDMI directa, lo que hago es llevar siempre un pequeño hub (del que ya he hablado en alguna ocasión). Este accesorio cuenta con conexión USB-C (también llevo un adaptador), varias ranuras para dispositivos USB e incluso un lector de tarjetas, lo que me permite convertir prácticamente cualquier televisor en un centro multimedia muy completo.
Imagen portada | Ricardo Aguilar para XatakaEn Xataka SmartHome | Tengo Samsung TV Plus: así hago para verlo en el Chromecast, Fire TV y teles de cualquier marca
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