Estos aparatos domésticos están disparando tu factura de la luz: puedes ahorrar encendiéndolos el menor tiempo posible

Mantener bajo control la factura eléctrica es posible sin grandes renuncias, basta con usar el sentido común y estos consejos

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Para que la llegada de la factura eléctrica no dé más miedo que una película de terror es importante seguir una serie de buenas prácticas más allá de comprar aparatos con la mejor etiqueta energética posible, porque de hecho hay aparatos que gastan mucha electricidad sí o sí y que son imprescindibles, por lo que conviene tenerlos encendidos y en uso lo justo y necesario. Si no tienes muy claro qué aparatos devoran electricidad, sigue leyendo y piénsatelo dos veces antes de ponerlos en marcha.

Estufas y calefactores

Las estufas, calefactores y radiadores eléctricos son los grandes sospechosos habituales del subidón de la factura de la luz en invierno y buena parte de culpa la tiene que son potentes (no es difícil encontrar modelos que sobrepasan los 2000 W) y que además hay que tener encendidos bastante tiempo si son tu única solución para los meses fríos.

Encenderlos lo menos posible es la mejor solución para gastar menos, pero sin olvidar que el objetivo es encontrar el confort en casa, por lo que también funcionan otros consejos para ahorrar como colocarlos en una posición central, hacer uso de los modos eco, emplear programadores o temporizadores para que solo calienten cuando estemos en la estancia y así no malgastemos calor cuando no haya nadie, así como jugar con la ventilación para no dejar marchar el calor.

Horno

Nos vamos a la cocina para encontrarnos con el horno, uno de los aparatos que más energía consumen en casa pero que normalmente no usamos a diario. En función de su antigüedad y prestaciones no es difícil encontrar modelos de unos 3.500 W. Vaya por delante que se usan de vez en cuando, pero cuando toca lo ideal es aprovechar al máximo para cocinar varias preparaciones valiéndose de las diferentes alturas y usar el calor residual para cocinar los últimos minutos e incluso para calentar la estancia. 

Si vas a comprar un horno nuevo, merece la pena que apuestes por aquellos más eficientes e incluso por los conectados, que te permitirán controlar a distancia la preparación y por tanto tenerlo en funcionamiento lo imprescindible.

No obstante, plantéate cuando vayas a cocinar si verdaderamente necesitas el horno, ya que hay preparaciones que pueden hacerse con el microondas o con la freidora de aire, que no deja de ser un minihorno en miniatura. En mi caso, salvo que vaya a hacer un asado que no cabe en la airfryer, siempre opto por este pequeño electrodoméstico como sustituto, ya que es menos potente y tiene un habitáculo interior más pequeño, como resultado cocina antes los alimentos. Así, uso menos energía y menos tiempo.

El aire acondicionado

Si en invierno lo que nos preocupa son las estufas eléctricas, en verano lo que nos puede dar un sofocón es la factura de la luz después de encender el aire acondicionado, que no solo puede llegar a los 2000W de potencia, sino que si además tenemos en cuenta que podemos usarlo durante varias horas, el coste se dispara.

Más allá de comprar el modelo más eficiente posible (y con tecnología de bomba de calor) que nos permita nuestro presupuesto, recuerda cuál es la temperatura de confort, ya que merece la pena ir con vestimentas más ligeras que bajar un grado más la temperatura. Como en el caso de las estufas y el invierno, ventila lo justo y cuando más te convenga, es decir, a primeras horas de la mañana cuando el aire es más fresco.

Asimismo es importante apostar por un modelo inteligente o en su defecto, convertirlo en inteligente, lo que nos va a permitir ajustar mucho el tiempo de funcionamiento: basta con un rato en el que estemos presentes para alcanzar el confort. En cuanto a la potencia, apuesta por los modos Eco o equivalente siempre que sea posible.

Aire

Ojo a la iluminación que no es de bajo consumo

Vaya por delante que el consumo es notablemente inferior que los anteriores, pero todo suma y hay que considerar que no hablamos de una única bombilla y sí de unas cuantas (en algunos hogares, muchísimas) durante varias horas a diario.

Aunque cambiar la bombillas, focos, plafones y similares de la casa puede suponer una inversión importante, con el precio de la electricidad a lo largo se amortiza la apuesta por las luminarias de bajo consumo de tipo LED, más eficientes y de lo más competentes en cuanto a iluminación. O sino, siempre te queda cambiar primero las que más gastan y después ir sustituyendo progresivamente.

Cuando voy a casa de mis padres me sorprende el empleo de lámparas de todo tipo con carácter decorativo: plafones cada poca distancia, lámparas de araña, pequeñas lámparas en las mesas... reconozco que quedan bien, pero al final suponen muchas luces encendidas.

El caso extremo son las lámparas de araña que decoran numerosos salones:  requieren de una gran cantidad de bombillas, pero es altamente probable que no necesitemos que haya una en cada casquillo. Lo suyo es pensar en cuántas requieres para una buena iluminación y actuar en consecuencia. Lo mismo puede decirse de otras iluminaciones que usamos poco como las del jardín.

Un punto interesante son las bombillas con conectividad, lo que permite gestionarlas a través de una app, con la voz o sensores, una forma de asegurarnos que no están encendidas tiempo de más o directamente, que si nos las dejamos en funcionamiento, podemos apagarlas a distancia.

Cuidado con el stand by

Stand Imagen: ConvertKit en Unsplash

Todo lo anterior supone un gasto derivado del uso, pero hay otro gasto eléctrico al que no le sacamos partido y que se produce por la dejadez o comodidad: dejar aparatos en stand by y adaptadores conectados a la corriente continuamente. Aunque la incidencia no sea tan importante como otros aparatos anteriormente mencionados, el consumo fantasma puede suponer más de 136 euros al año según nuestros cálculos. La Unión Europea ha cuantificado ese gasto por encima del 10%.

Piensa por ejemplo en ese ordenador portátil que decidimos dejar siempre en una mesa enchufado a la corriente como si fuera un sobremesa, el cargador del móvil o la smart TV en stand by. Más allá de tratar de cambiar esa mala costumbre de forma manual, está la opción de usar enchufes y regletas inteligentes que nos permitan establecer horarios o directamente, apagarlas a distancia.

Portada | Foto de Markus Spiske en Pexels

Vía | Redes Zone

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