En invierno, la pelea por el mando a distancia tiene un duro rival: el nórdico. Para todos aquellos que duermen en pareja, puede que les suene la situación de quedarse sin nórdico o edredón en mitad de la noche y pasar frío (sí, no te sonrías, que puede que te haya pasado). La culpable es la pareja que se lo roba, y en el norte de Europa tienen un truco para evitarlo.
En países en los que el frío es habitual, dormir en pareja es una solución para estar más calentitos. Y para que cada noche no se convierta en la batalla nocturna por el edredón, en el norte de Europa tienen un método para que no pase y que seguramente ya has usado si has ido de hoteles y no te has dado cuenta.
El método del sueño escandinavo
Dormir en pareja es maravilloso… hasta que llega la noche y uno de los dos se queda sin nórdico o edredón. Algo que ahora, con la llegada del frío, pasa a ser algo muy habitual y por eso, en el norte de Europa, han ideado un truco para que no pase. Si alguna vez te has despertado tiritando porque tu pareja se ha llevado todo el nórdico (o toda la manta), quizá sea el momento de poner en práctica el método del sueño escandinavo. Una forma de mejorar el descanso tan fácil de aplicar como efectiva.
La idea no tiene ningún misterio, pero sí mucha lógica. En vez de compartir un único edredón, cada persona utiliza el suyo propio, adaptado a sus necesidades. Es algo parecido a tener una cama de matrimonio formada por dos colchones independientes... pero en versión ropa de cama.
En este caso no se trata de dormir en camas separadas ni nada parecido, ya que seguís teniendo vuestro colchón de siempre, sólo que con dos edredones que se solapan un poco en el centro. Parece una tontería… pero los que lo prueban es realmente efectivo (en los hoteles ya te digo que me ha funcionado).
Una de las grandes ventajas es que cada uno puede elegir el tipo de edredón que le va mejor. Si eres de los que pasa frío incluso en agosto, puedes apostar por uno más cálido. Y si eres de los que se cuecen por las noches, puedes usar uno más ligero. De esta forma, nadie renuncia a su confort térmico y se acaban esos momentos en los que uno está sudando y el otro está destapado intentando sobrevivir.
Otro punto clave es el descanso y es que al tener coberturas separadas, los movimientos de uno no afectan al otro. No hay tirones, no hay peleas silenciosas por recuperar el edredón (o nórdico) y no hay despertares inesperados porque tu pareja se ha girado de golpe. Parece un detalle pequeño, pero mejora muchísimo la calidad del sueño… y la relación, para qué negarlo.
Puede que algunos piensen que tener dos nórdicos en la cama no es lo más bonito del mundo. Pero no te preocupes, hay una solución muy sencilla. La gente que usa dos nórdicos suele cubrirlos con una colcha grande o un plaid bonito durante el día. Así, queda igual de bonito que un edredón normal, pero con todas las ventajas que te da por la noche.
Foto de portada | Sasint Tipchai
Vía | Commentcamarche
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