Lavar la ropa a menos de 40ºC ahorra luz, pero tiene consecuencias indeseadas que no todo el mundo conoce

Ajustar la temperatura de la lavadora para cada necesidad concreta es fundamental si buscamos ahorrar energía pero mantener una buena higiene

Lavadora
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Hacer la colada es una tarea cotidiana para una gran mayoría de hogares que buscamos tener las prendas siempre impecables gastando lo menos posible, al tiempo que se higienizan elementos de uso diario como sábanas, mantas, toallas, etc.

Y uno de los factores clave para hacer la limpieza de la ropa es poner la lavadora eligiendo el programa adecuado y sobre todo la temperatura correcta, un aspecto que influirá no solo en la electricidad que gastemos, sino en el resultado final y la desinfección lograda.

Lavar la ropa a 40ºC o menos no siempre es suficiente

De ahí que entre los consejos más frecuentes para ahorrar unos euros en la factura sin que se resienta mucho el aspecto final de las prendas sea lavar en programas con temperaturas reducidas, esto es a 40ºC o incluso menos en algunos modelos y programas concretos. El conocido como lavado en frío. ¿Es esto siempre suficiente? Pues depende de lo que estemos buscando.

Uno de los principales casos de uso de la lavadora, con tanta epidemia vírica y bacteriana que anda últimamente dando la lata, es el relacionando con la desinfección de nuestra ropa, por ejemplo porque hemos estado en un ambiente muy contaminado (hospital, centro de salud, comercio, gran superficie) con posibilidad de haber entrado en contacto con gérmenes como virus y bacterias, alérgenos, polvo e incluso sustancias contaminantes volátiles, etc.

Siemens Imagen: Siemens

Pero también en el caso típico de que ya haya entrado un virus en casa, como la gripe, y lo que queramos sea mantener a raya su expansión por la vivienda evitando o reduciendo el contagio a otros miembros de la familia. En estos casos la recomendación más generalizada es lavar la ropa de cama (sábanas, fundas de almohada, mantas), toallas, fundas del sofá e incluso cortinas, ropa interior, pijamas, etc. con más frecuencia de lo habitual (por lo menos una vez a la semana) y a la temperatura máxima que permita el tejido, dato que suele estar indicado en la etiqueta del producto.

Habitualmente los fabricantes como AEG, Haier o Siemens y empresas de detergentes como Sanytol coinciden en recomendar una temperatura mínima de 60ºC para lograr una desinfección efectiva, aunque en casos concretos si nuestra lavadora lo permite podemos incluso pasar de esta cifra con tejidos que lo soporten. Así, el calor podrá eliminar los gérmenes y desactivar las capacidades de contagio de los virus, bacterias y ácaros.

De hecho, otros estudios señalan que lavar a 40ºC solo elimina el 15% de las bacterias de la ropa, dejando atrás una cantidad significativa de microorganismos nocivos, incluidos los ácaros del polvo y la E. coli, que requieren temperaturas más altas para combatirse eficazmente.

Entonces, ¿por qué las lavadoras cuentan con modos especiales de lavado en frío a temperaturas menores de 40ºC?, ¿no es conveniente usarlos? Pues para empezar, tradicionalmente estos modos han estado reservados a prendas delicadas y al ahorro de energía cuando la colada no está aparentemente muy sucia.

De hecho, según la OCU, lavando a 30 grados o menos es posible ahorrar hasta un 60% de energía en el proceso, aunque no tendremos la misma eficacia en la limpieza de prendas complicadas ni por supuesto la misma higiene.

Pero además, hay factores adicionales que permiten lavar a 40ºC mejorando la desinfección, como por ejemplo el tipo, cantidad y la calidad del detergente que usemos o las funciones avanzadas de la lavadora, si es que nuestro modelo las tiene.

Por ejemplo, hay modelos con tecnologías de desinfección por inyección de burbujas de oxígeno que eliminan más impurezas sin tener que recurrir a elevar la temperatura y así ahorrar energía. También las máquinas con mayores velocidades de rotación por encima de las ya clásicas 1.000-1.200 rpm que contribuyen a mejorar la eliminación de la suciedad y hacen que más porcentaje de microorganismos quede fuera de las prendas. En estos últimos casos y siempre que la desinfección total de la ropa no sea el objetivo fundamental, podemos recurrir a lavar en frío.

Imagen portada | Moerschy

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