Expertos explican cómo guardar la comida en la nevera en verano para evitar que se estropee con el calor

  • No llenar en exceso la nevera y vigilar que cada tipo de alimento está en su zona es fundamental

  • Hay que vigilar también que los productos cocinados estén bien aislados para evitar la contaminación cruzada

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Jose Antonio Carmona

Editor Senior

Con la llegada del verano, muchas personas aprovechan para desconectar y descansar. Sin embargo, hay un electrodoméstico en casa que no se toma vacaciones y que, en esta época, trabaja incluso más: el frigorífico o nevera. Su papel se vuelve aún más importante, ya que necesitamos conservar una mayor cantidad de alimentos en buen estado frente al aumento de las temperaturas.

El calor propio del verano, junto con los cambios en nuestras rutinas, hace que el frigorífico tenga que esforzarse más. Muchos productos que en invierno pueden mantenerse fuera, ahora deben refrigerarse para evitar que se deterioren. Por eso, es fundamental preparar el frigorífico y también prestar atención a la forma en la que organizamos los alimentos en su interior.

Guardar los productos en la nevera no consiste solo en abrir la puerta y colocarlos al azar. Un buen orden es clave para preservar la frescura y prolongar la vida útil de los alimentos, además de ayudar a que el electrodoméstico funcione de manera más eficiente. De hecho, organismos como la Agencia Catalana para la Seguridad Alimentaria o la AESAN (Agencia Española para la Seguridad Alimentaria) o fabricantes como Siemens o Samsung ofrecen recomendaciones específicas para organizar correctamente el frigorífico y aprovechar al máximo su capacidad y de paso, hacer que el frigorífico funcione de manera más eficiente.

Entidades como el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid aclaran como debe actuarse en verano con los alimentos en la nevera para que duren más y se mantengan en perfecto estado.bLos alimentos pueden contaminarse en cualquier época del año pero el verano es especialmente problemática. Los principales motivos para que se contaminen van desde su origen hasta su manipulación en casa. Las causas más comunes incluyen una higiene deficiente (como no lavarse las manos tras ir al baño), la falta de desinfección en superficies y utensilios, y un almacenamiento inadecuado (que es lo que nos ocupa), especialmente si se dejan a temperatura ambiente o expuestos al calor durante el verano.

La organización adecuada

Nevera Imagen | AESAN

Para organizar correctamente el interior del frigorífico, lo primero es conocer qué tipos de compartimentos incluye tu modelo y, en segundo lugar, tener claro para qué tipo de alimentos están diseñados sus cajones y baldas. Aunque puede haber diferencias según el diseño, esta es la distribución recomendada para la mayoría de frigoríficos:

  • Baldas superiores: Son las más adecuadas para conservar postres, yogures, repostería, embutidos, quesos, alimentos cocinados y semiconservas. En cuanto a las conservas en lata, una vez abiertas deben trasvasarse a un recipiente de cristal, ya que el frío puede oxidar la lata y contaminar el contenido.
  • Zona central: Ofrece una temperatura estable, ideal para lácteos, quesos, cremas, mermeladas, salsas suaves y yogures. Es una de las zonas más versátiles del frigorífico.
  • Balda inferior: Es la zona más fría (alrededor de 2–4 °C) y debe destinarse a carne, pescado y marisco crudos, siempre almacenados en recipientes con rejilla o bandejas que eviten el contacto con los líquidos que puedan desprender, para mejorar la higiene y evitar malos olores.
  • Cajones inferiores: Son el espacio reservado para frutas y verduras frescas. Estos cajones ofrecen condiciones óptimas de humedad y temperatura (entre 8 y 10 °C) que ayudan a prolongar la frescura. Además, protegen los alimentos del contacto directo con el aire frío, lo que evita su deterioro prematuro.
  • Puerta del frigorífico: Aunque suele aprovecharse mucho, es también la zona más expuesta a cambios de temperatura, por lo que debe reservarse para alimentos menos sensibles:
  1. Zona superior: Perfecta para mantequilla, levaduras frescas u otros productos que desprenden olores fuertes.
  2. Zona central: Adecuada para salsas, mostaza, kétchup, mayonesa y otros condimentos.
  3. Zona inferior: Diseñada para botellas y bebidas como leche, zumos, agua, vino, cerveza o refrescos.

¿Y los huevos? Lo ideal es guardarlos separados del resto de alimentos, preferiblemente en la huevera incorporada del frigorífico. Esta zona les proporciona un entorno seco, fresco y estable, reduciendo el riesgo de contaminación cruzada.

El truco de los dos tercios

Cold Home Food Cooking Kitchen Shelf 535831 Pxhere Com Imagen: PXHere

Una de las claves para mantener el frigorífico bien organizado y funcionando de forma eficiente es no llenarlo en exceso. Según recomienda Samsung, es importante seguir la llamada regla de los dos tercios, un principio que sugiere ocupar únicamente dos tercios de la capacidad total del frigorífico.

Cuando hay demasiados productos en el interior, el aire frío no puede circular correctamente, lo que obliga al motor a trabajar más y reduce el rendimiento del aparato. Además, si los estantes están sobrecargados, es fácil que se obstruyan las salidas de ventilación, lo que impide una refrigeración uniforme.

Por eso, además de evitar el sobrellenado, es fundamental dejar espacio entre los alimentos para que el aire fluya sin obstáculos. Este simple gesto contribuye a una mejor conservación de los alimentos y a un menor consumo energético.

Consejos para un funcionamiento óptimo

Pexels Polina Tankilevitch 4443442 Foto de Polina Tankilevitch

Para que un frigorífico funcione correctamente, la temperatura debe mantenerse entre 1 °C y 4 °C, ya que este rango es ideal para conservar los alimentos, evitar la proliferación de microorganismos y mantener sus propiedades nutricionales durante más tiempo.

Además de controlar la temperatura, es fundamental mantener una buena higiene en el interior del frigorífico. Para ello, conviene limpiarlo con frecuencia, eliminando restos de alimentos y productos derramados que puedan generar malos olores o contaminaciones.

Al guardar la compra, aprovecha para organizar los productos, colocando siempre en primer lugar aquellos cuya fecha de caducidad esté más próxima, de modo que se consuman antes y se eviten desperdicios.

En cuanto a los alimentos crudos y los ya preparados, es importante protegerlos adecuadamente con film, papel de aluminio o recipientes herméticos, para evitar la contaminación cruzada. Y si no vas a consumirlos en los próximos días, congélalos cuanto antes para conservar su frescura y evitar que se estropeen.

En el caso de los alimentos cocinados, según el COFM en verano es de vital importancia no dejarlos nunca a temperatura ambiente y no mantenerlos en la nevera más de dos días. Y tampoco descongelar a temperatura ambiente.

En Xataka SmartHome | Descongelar alimentos de forma errónea. Esto es lo que no hacemos bien y pone en peligro nuestra salud

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