Uno de los electrodomésticos de los que más habrás oído hablar durante los últimos años son las freidoras de aire. Estos pequeños aparatos ya forman parte de las vidas de muchas personas, facilitándoles la preparación de los alimentos con recetas más saludables y menores tiempos de cocción.
Este aparato tiene la capacidad de sustituir nuestro horno convencional en según qué usos, además de que en la práctica, su uso nos puede suponer un ahorro notable en la factura de la luz. El horno es uno de los electrodomésticos que más energía consumen en nuestra casa, por lo que merece la pena destacar cómo se desenvuelve una freidora de aire desde el punto de vista energético.
Gran consumo de potencia, pero menor temperatura y tiempos
La freidora de aire no es un producto milagroso. De hecho, se basa en el mismo principio que el de un horno eléctrico con ventilación. El espacio reducido de su bandeja hace que la circulación del aire caliente permita cocinar los alimentos de manera uniforme y homogénea.
Tener un compartimento más compacto que el horno tiene sus beneficios, ya que para cocinar se requiere menor calor y tiempo, y por tanto el consumo energético también será inferior al de un horno convencional. Además, estos últimos requieren de tiempos de precalentamiento mayores debido a su mayor volumen. Y es que si bien tenemos modelos de air fryer de entre 3 y 7 litros de capacidad, la cámara interna del horno puede albergar hasta 50 litros en un modelo estándar.
Imagen: Xataka
Nuestro compañero Manuel García, de Xataka, nos explicaba los tiempos de cocción según la preparación de un bizcocho casero:
"Por ejemplo, cocinar un bizcocho en el horno (este sí, en un horno grande, de tipo encastrado), lleva unos 45 minutos a 180º. El mismo bizcocho se puede hacer en unos 30 minutos a 150º en la freidora, por lo que debería salir bastante más barato. Los alimentos se hacen con una temperatura menor, por lo que el consumo de energía es también menor".
Teniendo en cuenta que las freidoras de aire oscilan entre los 1.000 W y 1.800 W en consumo de potencia, sobre el papel también son aparatos que consumen bastante, al igual que el horno. Sin embargo, al requerir menores tiempos de cocción y temperatura para el preparado de los alimentos, el consumo energético suele ser menor que el de un horno convencional.
Haciendo unos cálculos rápidos, para un uso diario de unos 15 minutos con la freidora de aire con un consumo de potencia de unos 1.000 W obtendríamos un consumo eléctrico de unos 7,5 kWh al mes. Si multiplicamos esta cifra por el precio medio de la electricidad que suele rondar hoy día (unos 0,12 euros el kWh y 0,30 euros en horas puntas), tenemos que estaríamos gastando entre menos de un euro y 2,25 euros al mes. Alargando el tiempo de cocción para la misma potencia en un horno convencional, lógicamente gastaremos más en nuestra factura.
No obstante, este consumo vendrá dado según los usos que le vayamos a dar a ambos electrodomésticos. Por norma general, la freidora de aire consumirá menos energía según dichas circunstancias. Menor consumo aún si nuestra freidora es más pequeña y somos menos en casa. Calibrar las cantidades de comida en la bandeja también nos puede ayudar para que se cocinen bien los alimentos y en el menor tiempo posible (sin llenar la bandeja demasiado).
Estas recomendaciones, aunadas a un electrodoméstico de clase A en eficiencia energética, nos ayudará a conseguir hornear nuestros alimentos mediante un menor consumo energético. Además, con el gran apoyo de la comunidad hacia este tipo de electrodomésticos, podemos encontrar multitud de recetas para nuestros platos preparados en freidora de aire.
Imagen de portada | Eva Rodríguez de Luis
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