Si compras un monitor o un televisor OLED es porque buscas la mejor calidad de imagen posible, con negros intensos y colores vibrantes. Lo último que esperas es que acaben quedando marcas como la del logo de tu cadena de TV favorita o la barra de Windows tatuada en una zona del panel.
El miedo a las marcas y quemados en las pantallas OLED es real y de hecho, es verdaderamente preocupante si usas el monitor para trabajar durante tu jornada. Pero pasa: sin ir más lejos, si tienes 20 horas al día la tele encendida no se salva ni una. Pues bien, el canal de YouTube Monitors Unboxed analiza a fondo este tipo de efectos haciendo diferentes experimentos y ha descubierto algo curioso.
¿Hacen estragos en las pantallas tener poco cuidado y usarla durante 60 horas semanales?
Para esta prueba el equipo de Monitors Unboxed usó como conejillo de indias un MSI MPG 321URX, el hermano mayor de este modelo que analizamos en Xataka, un monitor 4K de 32 pulgadas con un panel QD-OLED de Samsung. Y lo somete a un escenario duro pero plausible: ocho horas de de ofimática sin parar, algo bastante común si lo usaras para trabajar.
Pero no de lunes a viernes, sino los siete días a la semana, de modo que para el experimento lo someten a unas 60 horas de uso semanales. Piensa por ejemplo en que usas el mismo monitor para teletrabajar y también para jugar o ver series el fin de semana. En ese escenario de uso hay elementos estáticos que no van a cambiar, como la interfaz, algunos logos, ventanas, textos...
En total, el panel acumula más de 5.000 horas de uso. La guinda del pastel es que la persona que hace el test no cuida demasiado el panel, algo esencial si queremos evitar los quemados. Así, mientras los fabricantes recomiendan un pixel refresh cada cuatro horas, este tester lo hace solo al final de la jornada.
Con el paso del tiempo comienzan a verse los resultados del uso y la degradación. En el mes 21 sucede algo curioso: la degradación de la pantalla es solo ligeramente inferior a la del mes 18, lo que permite al equipo llegar a una conclusión: el marcado más agresivo aparece en los seis primeros meses de uso.
En ese periodo los subpíxeles (especialmente los verdes, que son los más sensibles en esta tecnología) se degradan más rápido. Pasado el medio año, el desgaste se ralentiza notablemente y va siendo más progresivo. El tester lo resume así: 'El marcado en OLED es real, pero no es un problema insalvable.'
No obstante, los primeros signos son evidentes: una línea vertical en el centro (originada por tener dos ventanas, una al lado de la otra, continuamente) y una sombra donde la barra de tareas. Lo bueno (o menos malo) es que estos defectos solo se aprecian cuando hay fondos grises uniformes: si estás viendo un vídeo o navegando en la web, no los aprecias.
Otro parámetro que indica la salud de un panel OLED es su brillo máximo: los diodos orgánicos se degradan con la emisión de luz, así que tras un par de años de uso intensivo cabría esperar un descenso importante. Pues no: la medición de brillo pasa de 243 nits a 238 nits, apenas un 2% menos, lo que evidencia una importante resistencia que es imperceptible para el ojo humano de una persona cualquiera. También la colorimetría, que varió algo durante el primer año, parecía haberse estabilizado.
La conclusión es que con un uso masivo y haciendo todo lo que no se debería (ofimática intensa y pocos ciclos de mantenimiento), un monitor OLED moderno de tipo QD-OLED puede aguantar al menos tres años antes de que el marcado llegue a ser molesto. En pocas palabras, que aunque le des caña a tu monitor o tu TV, si alternas contenidos y aplicas mantenimiento con rigurosidad, la vida útil en buen estado será mucho mayor.
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Portada | Jose García
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