La potencia contratada marca el techo máximo de lo que podemos enchufar a la vez en toda la vivienda
Conviene tener en cuenta qué electrodomésticos y dispositivos tienes en casa y cuáles pueden funcionar al mismo tiempo
Puede que en alguna ocasión te hayas encontrado con este problema: salta el diferencial del cuadro eléctrico en casa y te quedas sin luz en toda la vivienda. A todos nos ha pasado alguna vez pero tranquilo, porque pase esto siempre es una buena señal.
La conocida expresión “han saltado los plomos” seguro que alguna vez ha salido de tus labios. La la decimos por inercia, pero lo cierto es que detrás de esta forma de hablar puede existir un problema que es importante conocer. Por eso vamos a ver a qué se puede deber el que se produzcan estos cortes y cómo solucionarlos.
Los expertos coinciden en algo básico: para evitar estos cortes no basta con tener una buena instalación, también hay que saber cuánta potencia estamos pidiendo en cada momento y cómo está repartida en casa.
Lo primero: no son los plomos, es la potencia
Aunque sigamos usando la expresión, hoy en día lo que suele “saltar” no son plomos como tal, sino distintos mecanismos de protección del cuadro eléctrico. El más conocido es el Interruptor de Control de Potencia (ICP), el dispositivo que corta el suministro cuando la potencia eléctrica demandada sobrepasa la que tenemos contratada.
Aquí está la primera clave que señalan los especialistas: la potencia contratada marca el techo máximo de lo que podemos enchufar a la vez en toda la vivienda. Si lo superamos, el sistema actúa por seguridad.
La potencia contratada importa… pero no lo es todo
La potencia contratada, expresada en kilovatios (kW), determina cuántos electrodomésticos pueden funcionar al mismo tiempo sin que se vaya la luz. El problema es que muchas veces compramos aparatos nuevos sin revisar si nuestra instalación puede con ellos funcionando a la vez.
Es un término que aparece en tu factura de la luz, tanto si te llega en papel como en formato electrónico, y que puedes modificar —subiéndolo o bajándolo— siempre que lo consideres necesario.
El truco está en pensar qué usas a la vez
Aquí entra lo que los técnicos llaman factor de simultaneidad o factor de simultaneidad, que no es más que aplicar sentido común. No se trata de sumar el consumo de todos los aparatos que tienes, sino de preguntarte cuáles pueden coincidir funcionando al mismo tiempo en tu día a día. El objetivo es identificar el pico máximo realista de consumo, no uno teórico imposible.
Conviene hacer el cálculo con cabeza y tener en cuenta qué electrodomésticos y dispositivos tienes en casa y cuáles pueden funcionar al mismo tiempo. Está claro que no vas a usar el aire acondicionado y una estufa a la vez, pero sí debes valorar situaciones habituales, como encender la vitrocerámica y el horno de forma simultánea.
Para que nos sea todo más fácil, hay distintas calculadoras web y casi todas las grandes comercializadoras energéticas tienen una a disposición de los usuarios: esta de Iberdrola, Endesa, Octopus Energy... Desde Repsol ofrecen una guía de la potencia estimada que vas a necesitar en función de los metros cuadrados de la vivienda y los electrodomésticos que tienes.
Los expertos recomiendan fijarse sobre todo en los electrodomésticos que más consumen: horno, vitrocerámica, secadora, aire acondicionado, calefacción eléctrica… Son los que realmente marcan la diferencia. El resto —iluminación, cargadores, televisores, ordenadores— suelen tener un consumo mucho menor.
En casa, por ejemplo, tengo claro que el momento crítico es cuando coinciden varios “pesos pesados” a la vez. Ahí es cuando empiezan los problemas.
Ojo con el cuadro eléctrico: cada zona tiene su límite
Aquí hay un detalle que muchos pasan por alto y que los electricistas suelen recalcar: aunque tengas potencia suficiente contratada, cada circuito del cuadro eléctrico tiene su propio límite.
Los magnetotérmicos que ves en el cuadro —los que suelen estar etiquetados por zonas o usos— trabajan en amperios (A). Y eso significa que una cocina, por ejemplo, puede tener un tope propio aunque el resto de la casa vaya sobrado.
En términos sencillos: si un circuito admite 15 A, eso equivale a unos 3.450 vatios. Da igual que tengas más potencia contratada; si en esa zona te pasas, ese interruptor saltará antes. Es justo lo que explica por qué a veces se va la luz solo en la cocina y no en toda la casa.
Por qué saltan los plomos (y por qué es buena señal)
Cuando salta un automático no es una molestia, es una medida de seguridad. Los expertos recuerdan que estos cortes evitan sobrecalentamientos del cableado, fallos graves en los aparatos e incluso incendios, especialmente en instalaciones antiguas. Si los saltos son frecuentes, suele indicar:
- Exceso de aparatos funcionando a la vez
- Potencia contratada insuficiente
- Instalación mal repartida o antigua
En esos casos, lo más sensato no es “aguantar”, sino revisar la situación con un profesional.
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