Llevar energía a zonas donde el abastecimiento es especialmente complicado. Ese es el objetivo del grupo de investigadores que ha desarrollado una instalación capaz de suministrar la energía necesaria para poner en marcha una cocina sin depender de las fuentes tradicionales.
Se trata de una propuesta con un enorme potencial, especialmente para países en desarrollo, pero que, si demuestra su eficacia, podría extenderse también a muchos otros tipos de edificaciones. El éxito del sistema reside en la combinación de un electrolizador con baterías de plomo-ácido, una solución que permite generar y almacenar energía de forma eficiente y sostenible.
Electricidad al instante
La prueba la han llevado a cabo investigadores del centro energético CREST, de la Universidad de Loughborough, y la han puesto en marcha en el Hospital del distrito de Mwanza, en Malawi. Este centro sanitario se ha convertido en pionero al utilizar hidrógeno verde puro para cocinar, dentro de un proyecto que forma parte de la iniciativa MESCH (Modular Energy Storage with Clean Hydrogen).
Los investigadores han logrado instalar con éxito la primera unidad a escala real que combina un electrolizador con baterías de plomo-ácido. Gracias a esta tecnología, el sistema puede generar hidrógeno con una pureza superior al 99 %, suficiente para alimentar las cocinas del hospital de forma limpia, eficiente y segura. “Cada celda individual de la unidad es una batería y se pueden conectar entre sí para satisfacer cualquier demanda de energía necesaria”, explicó el Dr. Toby Reisch, investigador asociado del proyecto.
Toda la instalación se alimenta mediante una micro-red solar fotovoltaica, que trabaja junto al sistema de almacenamiento y el propio electrolizador. De esta forma, además de cubrir las necesidades de la cocina, también puede suministrar electricidad para iluminación, refrigeración e incluso para algunos equipos médicos cuando es necesario.
Para ponerlo en marcha fue necesaria una preparación previa. Se tuvo que crear una infraestructura específica, incluyendo una zanja de unos 350 metros para alojar las tuberías de almacenamiento de hidrógeno, además de integrar nuevas baterías. Aun así, el sistema estuvo completamente operativo en poco más de un mes desde su llegada al país.
El hidrógeno verde generado permite sustituir combustibles tradicionales como la leña o el carbón, muy utilizados en estas regiones y altamente contaminantes. Es la primera vez que un hospital real utiliza hidrógeno verde de forma directa para cocinar, lo que convierte este proyecto en un ejemplo del enorme potencial que puede tener esta tecnología en zonas con recursos limitados.
Después de este proyecto en Malawi, el equipo de LU instalará estos sistemas en dos localidades remotas de Zambia y más tarde en Costa de Marfil.
Foto de portada | Binyamin Mellish
Más información | Enerhy-CDT
Vía | Interesting Engenieering
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