El trucazo para arreglar los botones de un mando a distancia con un lápiz: así funciona

Aunque hay diferentes variantes del mismo, todos usan las propiedades de la mina de lápiz como "solucionador mágico"

Piotr Cichosz Dgk6px 0spc Unsplash
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Con el paso de los años vamos acumulando dispositivos electrónicos en casa, y la mayoría de ellos vienen con un mando a distancia de mayor o menor calidad que en ocasiones va poco a poco perdiendo su buen funcionamiento.

Es un problema que suele ser más frecuente en los aparatos de gamas bajas, que incluyen mandos que incluso desde el día uno de su puesta en marcha parecen no responder como desearíamos, teniendo que apretar los botones más de la cuenta para que ejecuten la orden.

Y con el uso y el paso de los años la situación suele ir a peor y casi siempre aparecen algunos botones concretos que dejan de funcionar. Da igual que cambiemos las pilas, que pulsemos apretando con todas nuestras fuerzas y gesticulemos con el mando en el aire. Esos botones parece que se han estropeado y ya no quieren seguir trabajando.

El truco del lápiz para arreglar el mando a distancia

En estos casos una posibilidad es comprar otro mando a distancia para nuestro equipo en concreto o uno de tipo universal, aunque por la Red podemos encontrar diferentes trucos que prometen solucionarlo.

Y uno de ellos es el famoso truco del lápiz, que es de los que mejores comentarios de usuarios tiene en sitios como YouTube con diferentes versiones pero que en el fondo vienen a usar el mismo principio físico: la conductividad eléctrica del grafito.

Las minas de los lápices convencionales están hechas de grafito, un material conductor de la electricidad que puede usarse como puente para activar los botones perezosos de nuestros mandos. ¿Cómo?

Pues hay varias alternativas. Por ejemplo en vídeos como este se enseña a usarlo "pintando" los circuitos electrónicos en la placa del mando para mejorar su conductividad.

O en este otro se usa ralladura de la mina del lápiz para pegarla en la parte plástica interior de los botones problemáticos.

En ambos casos la idea es que, una vez aplicado el grafito, la superficie de contacto al presionar el botón será mayor que la inicial ya sí resultará más sencillo cerrar el circuito eléctrico al presionar el botón.

Eso sí, en todos los casos se recomienda, una vez desmontado el mando, limpiar su interior muy bien con alcohol para quitar la acumulación de polvo, grasa y suciedad que muchas veces hacen que la conductividad se reduzca ocasionado estos problemas con los botones.

Y, ¿funciona? Pues aunque hay muchos comentaros positivos en casi todos los vídeos, hay que señalar que no hace magia, ya que puede presentar problemas adicionales como que si añadimos mucho grafito el botón tienda a encenderse solo, por ejemplo. No obstante, si estamos pensando en tirar el mando y comprar otro, quizá este truco le añada un cierto tiempo de vida útil adicional.

Imagen portada | Piotr Cichosz

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