Tener un piso pequeño no tiene por qué suponer siempre un problema de espacio. En muchas ocasiones, hay zonas del hogar que pasan desapercibidas y que, con un poco de ingenio, pueden aprovecharse al máximo. Una pared libre, por ejemplo, puede convertirse en un auténtico tesoro si sabemos sacarle partido.
De hecho, es una de las mejores soluciones cuando se trata de mantener el orden y encontrar espacio extra para guardar cosas, siempre que contemos con los accesorios adecuados. Si vives en un piso reducido y necesitas optimizar el almacenamiento, las paredes pueden convertirse en tus grandes aliadas gracias a algunos de estos elementos.
Estanterías
Es el ejemplo más básico, pero también uno de los que más rendimiento puede ofrecer y, además, resulta muy funcional. Una estantería puede colocarse en casi cualquier zona de la casa: en el pasillo, el salón, el dormitorio e incluso en la cocina. Lo único imprescindible es contar con una pared libre.
Si tienes un espacio en la pared que no estás aprovechando, puedes instalar estanterías y sacar el máximo partido utilizando modelos que vayan desde el suelo hasta el techo. Puedes optar por comprarlas ya fabricadas o encargar que un profesional las haga a medida, lo que te permitirá adaptarlas completamente al espacio y crear una zona de almacenamiento vertical muy eficiente.
Una estantería es una solución ideal para múltiples usos: desde montar tu propia biblioteca o tener organizados tus discos, hasta crear un rincón decorativo donde colocar objetos que, además de funcionales, aporten estilo y personalidad a tu hogar.
Baldas

Otro recurso muy práctico para aprovechar una pared libre son las baldas. A diferencia de las estanterías, las baldas son ideales para colocar libros, pequeños objetos decorativos o incluso cajas en las que guardar distintos elementos de forma discreta.
Un buen ejemplo son las baldas que van de pared a pared, especialmente útiles en estancias pequeñas. Al integrarse visualmente con la pared, aportan funcionalidad sin recargar el espacio, evitando esa sensación de “pesadez” que pueden generar otros muebles más voluminosos. Modelos como este de Amazon, por menos de 40 euros o esta más barata de IKEA, son un buen ejemplo de modelos compactos.
Ganchos y percheros
Son una opción ideal para distintas situaciones. Desde organizar utensilios de cocina, paños de limpieza a servir para organizar herramientas o incluso ropa en un vestidor. Puedes optar por ganchos individuales o por percheros más grandes si necesitas mayor capacidad.
Además, también resultan muy útiles en dormitorios, ya sea para colgar la ropa que usas con frecuencia o para liberar espacio en los armarios. En el pasillo, pueden servir como soporte para bolsos, chaquetas o bufandas. Y en las habitaciones infantiles, se convierten en el aliado perfecto para colgar mochilas y evitar que acaben en el suelo.
Nichos
Si cuentas con paredes lo suficientemente anchas, una excelente opción es aprovecharlas para crear nichos empotrados, que permiten generar espacios de almacenamiento con profundidad. Estos nichos son perfectos para guardar objetos que prefieres mantener fuera de la vista o para diseñar zonas de almacenaje con iluminación integrada, aportando funcionalidad y estilo.
Puedes elegir entre realizar nichos empotrados —lo cual puede requerir una pequeña obra— o, si prefieres una solución más sencilla, instalar nichos decorativos colgantes. Estos últimos funcionan como estanterías, pero con un diseño que no solo resulta práctico, sino que también aporta un toque decorativo al ambiente. Los hay económicos, como este modelo de Leroy Merlin por poco más de 20 euros a otros más llamativos y más caros como este de IKEA por 100 euros.
Organizadores de pared
Existe una amplia variedad de organizadores de pared diseñados para adaptarse a todo tipo de necesidades y estancias del hogar. Estos accesorios permiten aprovechar el espacio vertical de forma eficiente y mantener el orden sin ocupar superficie útil.
Puedes encontrar organizadores específicos para zapatos, ideales para colocar detrás de puertas o en vestidores; modelos para ropa interior o accesorios, perfectos para mantener cajones despejados; e incluso soluciones prácticas para la cocina, donde permiten tener a mano utensilios, especias, paños o tapas de recipientes.
Además, hay organizadores modulares, colgantes con bolsillos, rejillas metálicas con ganchos, cestas o paneles personalizables que puedes adaptar a diferentes espacios como el baño, la entrada o el escritorio. La clave está en elegir el formato que mejor se ajuste a tus rutinas y al espacio disponible.
Imagen portada | IKEA
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