Hace unas horas, buscando en la web un espejo para el cuarto de baño, me topé con algo que no sabía ni que existía (sí, no es ciencia ficción). Había visto los espejos con LED integrados —algunos, este verano, incluso con luces de colores dinámicas—, pero no esperaba encontrar espejos con WiFi e incluso con televisión.
De pronto, me he sentido como si estuviera reviviendo Minority Report. Lo cierto es que, además de una sensación de “viejuno”, al ver este tipo de espejos me he planteado cuáles son sus ventajas y sus inconvenientes (que ya te adelanto que los hay, o eso creo).
En casa tenemos en los baños un espejo normal, de los de toda la vida, de esos que se cuelgan con dos tornillos y que ni siquiera tienen puntos de luz. Por eso, el salto a tener un espejo con WiFi (y hasta con tele) me ha parecido demasiado “astronáutico”.
He visto un modelo en Leroy Merlin, pero buceando un poco más, me he dado cuenta de que hay más opciones en el mercado. Por eso quiero contarte cuáles son, para mí, los puntos fuertes y los no tan fuertes de este tipo de espejos.
Ventajas
Lo que más me llama la atención de este tipo de espejos es su versatilidad. No se limitan a servir como un simple espejo: puedes acceder a YouTube o Netflix gracias a su sistema operativo, escuchar música o consultar información gracias a la conexión WiFi y Bluetooth. No es algo que sea primordial mientras estoy en el baño, pero es curioso.
Además, muchos incorporan funciones inteligentes que me parecen todo un acierto, como el encendido automático con sensor de movimiento, una báscula conectada o incluso un analizador de piel, todo controlado desde una pantalla táctil muy intuitiva.
Y claro, sin olvidar que sigue siendo un espejo. La función antivaho es comodísima —especialmente después de ducharte—, y la iluminación LED regulable permite ajustar el tono, de cálido a frío, para tener siempre la luz perfecta cuando te miras.
Posibles inconvenientes
El problema es que no todo son ventajas. Apostar por un espejo de este tipo también tiene sus inconvenientes, y el primero, sin duda, es el precio. Muchos modelos superan con facilidad los 600 euros (aunque los hay más baratos), e incluso se acercan a los 1.500, una cifra muy por encima de lo que cuesta un espejo tradicional o incluso un conjunto formado por un espejo y una pantalla aparte.
Pero ahí no acaban los posibles inconvenientes. Mientras que con un espejo “normal” basta con colgarlo de la pared, en este caso hay que considerar el peso, una instalación más compleja y la necesidad de contar con una toma de corriente cercana. Además, al ser un dispositivo electrónico, requiere mantenimiento, actualizaciones de software y, en caso de avería, las reparaciones no serán precisamente baratas.
También hay que tener en cuenta la humedad. En algunos baños, el vapor puede acabar afectando a los componentes internos si el sellado no es completamente hermético, lo que acorta su vida útil.
Y luego están dos aspectos que a mí personalmente me hacen dudar. Por un lado, la obsolescencia programada: si no había bastante con las teles y otros dispositivos, ahora se puede sumar el espejo. Con el tiempo, el sistema operativo puede quedarse sin soporte o dejar de ser compatible con nuevas apps. Por otro, la privacidad y la seguridad de los datos, ya que al tratarse de un dispositivo conectado, siempre existe el riesgo de que recopile información sobre nuestros hábitos o incluso datos corporales (y si tiene cámara ya ni te cuento).
En resumen, reconozco que este tipo de espejos llaman muchísimo la atención y tienen un punto futurista muy atractivo, pero siendo sincero, creo que para la mayoría de usuarios son más bien un capricho tecnológico que una necesidad real, sobre todo si tenemos en cuenta su precio, las limitaciones y la vida útil que probablemente tendrán.
Puedes hacerlo tu mismo
Además y si no quieres gastarte tanto dinero, siempre puedes fabricarte el espejo tú mismo. Si buscas en Internet, verás que hay vídeos de YouTube y tutoriales que explican cómo puedes llevar a cabo el proceso. Ya solo debes elegir el que más se adapta a tus capacidades y es que hay proyectos DIY más y menos complejos.
Imagen portada | AliExpress
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