Tenía poca presión en el grifo del baño: la solución rápida que funciona y puedes hacer tú mismo

  • No quería gastar dinero para un problema simple. Sólo me hizo falta una llave para arreglar el grifo

  • Además hay otras posibles causas como una llave de paso que no esté completamente abierta o un latiguillo en mal estado

Grifo
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Jose Antonio Carmona

Editor Senior

Es posible que en algún momento te hayas encontrado con este problema: el grifo pierde presión y el agua sale con muy poca fuerza. A mí me ocurrió hace unos días y, por suerte, lo solucioné en pocos minutos y sin necesidad de llamar a un fontanero. Además, este mismo método puede aplicarse al grifo del fregadero.

El agua apenas salía con presión, así que decidí ponerle remedio de inmediato. Recordaba cómo, tiempo atrás, un fontanero había resuelto un problema similar relacionado con las juntas del grifo, y preferí ahorrarme el gasto arreglándolo yo mismo, ya que se trataba de un fallo molesto pero muy fácil de resolver.

Tal vez no lo sabías, pero la mayoría de los grifos —sobre todo los más recientes— incluyen un pequeño componente llamado aireador o atomizador. Incluso en modelos más antiguos, es posible instalarlo como accesorio para mejorar y optimizar el caudal del agua. No obstante, este elemento necesita un mantenimiento regular para garantizar su buen funcionamiento.

Mirar el aireador

Grifo

Con el uso frecuente, el aireador del grifo puede obstruirse por la acumulación de minerales, especialmente en zonas con agua dura, rica en calcio y magnesio. Estos minerales se depositan en la rejilla del atomizador, reduciendo significativamente el caudal o incluso bloqueándolo por completo. Pero no solo los minerales son responsables: también pueden acumularse sedimentos, arena o pequeñas impurezas presentes en el suministro de agua, afectando su funcionamiento. Por suerte, solucionar este inconveniente es bastante fácil y rápido. Así fue como lo arreglé yo.

En el caso del grifo del lavabo, me di cuenta de que en la parte inferior había una ranura que permitía desenroscar el aireador. Como el destornillador no funcionaba, utilicé una llave inglesa y pude aflojarlo sin dificultad.

Grifo

Al desmontar el aireador, me encontré con pequeños residuos arrastrados por el agua, como minerales y diminutas piedrecitas. Estos restos se van acumulando en la malla del atomizador, lo que acaba obstruyéndolo y reduciendo notablemente el caudal del agua.

Grifo

En el fregadero también repetí la operación pero había algunos cambios a la hora de quitar el atomizador, que aquí va enroscado como una parte más del grifo que tuve que desenroscar. No fue necesario utilizar herramientas, ya que se puede desmontar con la mano. Al quitar la pieza metálica, quedó visible el filtro, el cual presentaba restos de cal y pequeñas partículas sólidas incrustadas.

Atomizador

Lo limpié enjuagando el filtro bajo el grifo y, con un cepillo de dientes viejo, eliminé los restos más incrustados. Si la cal está muy adherida, se puede sumergir en vinagre. Si el aireador está deteriorado, lo mejor es sustituirlo.

Atomizador

También aproveché para limpiar la junta de goma que sella el aireador al grifo, así como la rosca donde se enrosca, asegurándome de que todo quedara en perfecto estado para un ajuste firme y sin fugas al volver a montarlo.

Atomizador

¿Para qué sirve un atomizador?

El atomizador es una pequeña pero crucial pieza en cualquier grifo. Se encuentra en la boquilla de salida y su función principal es mezclar aire con el agua, lo que suaviza la corriente y reduce las salpicaduras, proporcionando un flujo de agua más uniforme.

Al mezclar el aire con el agua, el atomizador también ayuda a reducir el consumo de agua sin comprometer la sensación de presión, lo que permite ahorrar agua de manera eficiente.

Otras posibles causas

Pexels Nithin Pa 789164 2583028 Foto de Nithin PA

Aunque es una de las causas más habituales, no es la única. Por ejemplo, lo primero que se debe comprobar —aunque en mi caso lo descarté rápidamente porque la tenía a la vista y estaba abierta— es la llave o llaves de paso. Una de las razones más frecuentes de la baja presión en un grifo es que estas válvulas no estén completamente abiertas. Como se encargan de regular la entrada de agua al sistema, si no están en la posición correcta, el caudal se ve directamente afectado. Basta con abrirlas un poco más y comprobar si la presión mejora.

También es recomendable comprobar las válvulas reductoras de presión (son las encargadas de mantener controlado el nivel de presión del agua en la instalación doméstica) y que estén correctamente ajustadas.

Comprobar el estado de los latiguillos. Los latiguillos son los tubos flexibles que conectan el grifo con la red de agua. Si alguno está deteriorado, doblado o presenta una obstrucción, puede provocar una reducción del caudal en una sola salida: ya sea en el agua caliente o en la fría, pero no en ambas, ya que cada una cuenta con su propio latiguillo.

La solución puede ser tan sencilla como limpiar el conducto para eliminar el atasco. No obstante, si el latiguillo presenta daños visibles o una fuga, lo más recomendable es sustituirlo por uno nuevo con las mismas especificaciones.

Para el final hay otra posible causa, aunque es más raro que ocurra. Y es que hay que comprobar si la pérdida de presión afecta tanto al agua fría como a la caliente, o únicamente al circuito de agua caliente sanitaria (ACS).

Si el problema se presenta solo con el agua caliente, es más sencillo determinar el origen, que suele deberse a una obstrucción en el sistema de calentamiento. La acumulación de cal en este circuito puede solidificarse y provocar bloqueos con mayor frecuencia. Por eso, el profesional me recomendó revisar periódicamente el sistema de producción de agua caliente y sustituir o limpiar los componentes necesarios para evitar complicaciones y esto es algo que sí que debe hacer un profesional.

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