Esta tecnología permitirá a las ventanas cambiar de color para reducir el calor y funcionar además como células fotovoltaicas

Esta tecnología permitirá a las ventanas cambiar de color para reducir el calor y funcionar además como células fotovoltaicas
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Las ventanas ocupan una buena parte de la superficie exterior de nuestras viviendas, siendo uno de los puntos más delicados a la hora de transferir calor y frío hacia nuestras casas. De ahí la importancia en investigaciones que sean capaces de mejorar su eficiencia y propiedades "inteligentes".

Uno de los últimos avances en esta línea es el que han presentado en el Department of Energy National Renewable Energy Laboratory (NREL) y que han venido a denominar como materiales con propiedades "termo-cromáticos fotovoltaicos" que combinan dos innovaciones tecnológicas en un solo dispositivo para crear ventanas "inteligentes".

La idea es poder contar con un material que sea capaz de filtrar una parte de la luz solar que genera calor en los días de verano mediante un cambio en la estructura interna que además produce una variación en el color de la ventana y permite también funcionar como célula solar fotovoltaica.

Para ello han utilizado un nuevo material denominado perovskita integrado en dos láminas de cristal convencional y rociado con un vapor disuelto e inyectado entre ambas láminas. La perovskita es transparente a temperaturas bajas permitiendo el paso de toda la luz solar, pero cuando se incrementa la temperatura, el vapor hace que cambie su estructura interna primero en forma de cadena, luego en forma de hoja y por último de cubo.

Cristal Primera Generacion 20171127 Wheeler
Primera generación del material

Estos cambios originan una modificación de color primero hacia el amarillo, más tarde en naranja y posteriormente a marrón filtrando así parte de la luz solar cuando se alcanzan entre 35 y 46 grados en un tiempo de 7 segundos, lo que supone un avance con respecto a materiales anteriores que hacían lo propio a temperaturas de entre 65.5 y 79.4 °C y tardaba unos tres minutos en cambiar de estado.

Por el momento se trata de un prototipo pero las posibilidades que esta tecnología podría ofrecer son más que prometedoras.

Más información | Nature

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