Los cinco puntos clave al elegir una barra de sonido este Black Friday 2023: qué tener en cuenta para acertar con tu modelo ideal

Más allá de un precio atractivo, conviene considerar diferentes aspectos para no llevarnos luego una decepción

A la hora de mejorar el sonido de un televisor plano, además de los clásicos altavoces estéreo, de ayudarnos de una minicadena o con un conjunto de cine en casa, otra de las opciones disponibles en el mercado y que se ha puesto de moda son las barras de sonido, unos dispositivos que han crecido rápidamente en prestaciones y funcionalidades.

Y afortunadamente tenemos cientos de opciones disponibles en el mercado, tantas que pueden llegar a abrumarnos con nombres, formatos, parámetros y características que no siempre hacen referencia a la calidad real del equipo y son pura estrategia publicitaria.

¿Estás pensando en adquirir una barra de sonido de cara a posibles suculentas ofertas en el Black Friday 2023 y no sabes muy bien en qué fijarte para hacer una compra que se adapte a tus necesidades y expectativas reales? A continuación te explicamos los aspectos clave más importantes que conviene tener en mente al elegir nuestra barra de sonido ideal.

Tipo de barra de sonido y cantidad de altavoces integrados

Imagen: Klipsch

Podemos distinguir principalmente dos tipos de barras de sonido: las activas y las pasivas. Las primeras incorporan amplificación para los altavoces no  necesitando de ningún equipo externo para comenzar a producir sonido, salvo el reproductor de contenidos. Son las más abundantes en el mercado.

Las pasivas no tienen amplificación, por lo que requieren de un equipo externo que les dote de la potencia necesaria para mover los transductores. Son  únicamente un conjunto de altavoces pasivos metidos en la misma caja acústica que debemos conectar a un amplificador externo, como por ejemplo un receptor A/V. Más típicas si buscamos un modelo con orientación HiFi de gama alta.

Otro factor muy importante que conviene comprobar al elegir una barra de sonido es el de los canales de audio soportados física y virtualmente. Lo normal es que se nos quieran vender como sustitutas de los sistemas de audio multicanal, capaces de reproducir los contenidos de los efectos laterales y traseros, aunque el resultado final no será el mismo.

En el mercado nos encontramos con modelos básicos que cuentan con una configuración de 2 o 2.1 canales, y otros más avanzados que alcanzan los 5.1, 7.1 e incluso 9.1. Los modelos más punteros en la actualidad son los compatibles con el formato de sonido envolvente basado en objetos Dolby Atmos, ofreciendo una mejora notable en cuanto a prestaciones sonoras con respecto a las barras más simples, aunque como vimos en su día no siempre nos resultarán adecuadas, según el uso que queramos darles.

Imagen: Klipsch

En general podemos distinguirlas a simple vista porque estas barras con sonido envolvente incorporan varios altavoces orientados hacia diferentes direcciones para dirigir el sonido hacia las paredes y techos de nuestra sala, logrando por medio de las reflexiones un efecto envolvente que puede llegar a alcanzar cierto grado de efectividad.

También es habitual encontrarnos en las gamas altas modelos que incluyen altavoces surround externos con los que mejorar la calidad de los efectos envolventes y que deberemos colocar tras los asientos del espectador.

Mi recomendación es que, más allá de buscar un modelo con este tipo de altavoces de sonido envolvente, que pueden ser muy efectistas, nos fijemos en que la barra elegida cuenta con un altavoz específico dedicado al canal central

Esto permitirá que los diálogos se reproduzcan con mayor claridad, nitidez y potencia, y además el fabricante probablemente nos deje variar el volumen de dicho canal central de forma independiente para no tener los clásicos problemas de voces que no se entienden al ver cine de acción.

Potencia de la barra de sonido

Imagen: Bose

Otro punto importante a tener en cuenta es el relacionado con la potencia que es capaz de proporcionar la barra. En su día hablamos sobre cómo valorar este aspecto en un amplificador, algo que podemos transportar directamente al mundo de las barras de sonido para no dejarnos abrumar por cifras sospechosamente altas de los fabricantes.

Al elegir una barra de sonido no es recomendable dejarnos llevar solo por el número de vatios promocionado en las especificaciones, ya que no será un indicador real de la calidad sonora que nos ofrecerá el modelo.

Además, suele darse la paradoja de que cuanto más baja es la gama de la barra, más altos y más publicidad se dan a estos valores con cifras de cientos de vatios para un modelo diminuto. Si queremos hacernos una idea de la potencia real que nos ofrecerá el equipo podemos recurrir al truco de fijarnos en el consumo eléctrico de la barra.

No es posible que un modelo con consumo eléctrico de 10 vatios nos proporcione 1.000 vatios "reales" de potencia sonora. Lo más habitual es que se estén dando valores de pico que no sirven para saber cómo de potente será una barra. Este dato lo encontraremos en los valores medios de potencia o RMS, factor que si conviene tener en cuenta al comparar modelos.

¿Con o sin subwoofer externo?

Una duda que suele ser habitual es acerca de la necesidad de adquirir un modelo que venga con subwoofer externo aparte. En este artículo comentábamos sobre las ventajas e inconvenientes así como los casos de uso más recomendados, pero resumiremos a continuación algunos de los aspectos clave a valorar.

Contar con un buen subwoofer externo nos permitirá mejorar la respuesta en graves de la barra, pero esto no siempre ofrecerá una ventaja real, ya que en el caso de las barras de sonido estaremos limitados por las dimensiones de la misma  y las posibilidades de colocación del subwoofer en la sala.

Podríamos pensar que el subwoofer se puede colocar en casi cualquier punto de la habitación, y en el caso de un sistema de sonido con altavoces grandes capaces de bajar en frecuencia así sería. Sin embargo, cuando hablamos de barras de sonido, debido al pequeño tamaño de los altavoces integrados, el subwoofer debe encargarse de la reproducción de una banda de frecuencias mucho más amplia de lo habitual que puede llegar hasta los 150 Hz, 200 Hz o en ocasiones incluso más.

Imagen: Klipsch

Esto implica que el sonido emitido por el subwoofer es direccional, lo que significa que vamos a poder distinguir perfectamente de dónde procede. Por este motivo, si podemos ubicar el subwoofer junto a la barra a una distancia corta alrededor de 1-1,5 metros, la integración será buena y percibiremos el sonido global (barra más subwoofer) como un todo coherente.

De lo contrario, si no tenemos sitio cerca notaremos un desfase y una pérdida de realismo, ya que los medios y agudos parecerán proceder de un sitio y los graves de otro, algo que no puede solucionarse con ecualización ni corrección  acústica. En estos casos donde no podamos colocar el subwoofer cerca de la barra, quizá nos convenga más un modelo que venga sin él integrado.

Los fabricantes nos dirán que algunos de sus modelos cuentan con el "subwoofer  integrado en la barra", una exageración comercial que solo indica que traen esta función dentro de la barra utilizando algunos drivers especiales que no nos darán el mismo resultado que uno externo de mayores dimensiones.

Estas barras con subwoofer integrado con suerte bajarán hasta los 80-100 Hz con soltura frente a los 20-40 Hz de los modelos dedicados, aunque pueden resultar en una opción aceptable cuando no hay más remedio.

Conectividad de las barras de sonido

Imagen: Klipsch

Para conectar una barra de sonido al televisor tenemos varías posibilidades,  cada una de ellas con sus propios beneficios e inconvenientes. La gran mayoría de barras a día de hoy incorpora puertos HDMI, por lo que la señal de sonido que se envía desde el televisor a nuestra barra puede ser transferida a través de este cable.

Si contamos con un televisor que ofrezca entrada HDMI ARC o su sucesora eARC,  la transferencia de la señal podrá suceder en ambas direcciones, eliminando la necesidad de conectar otro cable HDMI para una consola o reproductor externo y enviando la señal a la máxima calidad posible.

Otra posibilidad de conexión es clásico cable óptico. En este caso no contamos con las funciones CEC del HDMI que nos permite controlar la barra con el mando de la tele, ni tampoco podemos optar a los formatos multicanal Dolby Atmos o DTS:X por limitación de ancho de banda, aunque gracias a la transmisión a través de fibra óptica, la señal es inmune a interferencias electromagnéticas.

También tenemos la opción de conectar la barra de sonido por cable coaxial (transmisión digital de la señal) o por cable jack de 3,5 mm. (transmisión analógica de la señal). Todo depende del equipo adicional con el que contemos, aunque si lo que deseamos es ver contenido con audio a alta resolución y compatible con señales de audio multicanal, como vimos a fondo en su día lo mejor es apostar por HDMI.

Por último, hay barras de sonido que también son compatibles con conexiones inalámbricas Bluetooth, WiFi, e incluso cuentan con puerto Ethernet. Una barra de sonido con Bluetooth nos va a proporcionar una mayor versatilidad a la hora de conectar dispositivos en ella, aunque con menor calidad de sonido.

Formatos de sonido soportados

Imagen: Sharp

Las barras de sonido modernas pueden ser auténticos centros de procesamiento sonoro capaces de decodificar y reproducir multitud de formatos de sonido digital que le entreguemos por sus entradas ópticas y HDMI.

Sin embargo, los modelos más básicos no son capaces de decodificar casi ningún formato por ellas solas (salvo el sonido Dolby Digital básico) y tendremos que dárselos ya preparados desde la tele. A partir de ahí iremos subiendo en prestaciones con equipos que pueden trabajar con Dolby Digital Plus, DTS, sus versiones sin pérdidas, o incluso con los formatos basados en objetos Dolby Atmos y DTS:X.

Cada incremento en estas prestaciones supondrá una subida de precio que quizá nunca lleguemos a aprovechar. Por ejemplo, si no vamos a contratar un servicio de streaming compatible con Atmos o a conectar un reproductor Blu-ray a la barra, probablemente no necesitaremos un modelo compatible con este formato y podamos ahorrar unos euros.

También conviene fijarse en si el modelo que estamos pensando comprar cuenta con la opción de reproducir de forma directa archivos de música que le introduzcamos por ejemplo por un puerto USB o a través de la red local. En estos casos resulta útil conocer mirando en las especificaciones técnicas qué tipos de archivo en concreto es capaz de reconocer (MP3, FLAC, etc.), no vaya a ser que en el que guardamos buena parte de nuestra música no sea compatible.

Imagen portada | Klipsch

En Xataka Smart Home | No, no deberías poner el subwoofer de tu  barra de sonido en cualquier rincón del salón: consejos para lograr la  mejor calidad sonora


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