Manuel Naranjo
EditorDespués de una comida de Navidad, la casa cambia de ritmo. La mesa aún tiene restos del festín, el salón está lleno de gente charlando y el suelo cuenta otra historia: migas, restos de pan, algún trozo de turrón despistado y, casi siempre, envoltorios que han acabado donde no deberían.
Mientras la familia se deja caer en el sofá, hay una forma bastante más inteligente de afrontar ese momento sin coger la escoba: dejar que el robot aspirador Samsung haga el trabajo justo cuando más falta hace.
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El mejor momento para limpiar es justo después de comer
Uno de los errores más habituales es dejar la limpieza para más tarde, cuando ya se ha pisado todo varias veces. Programar una pasada del robot justo al terminar la comida marca la diferencia. No hace falta limpiar toda la casa: basta con activar un ciclo centrado en las zonas clave mientras aún está todo “fresco”.
En SmartThings, esta programación es sencilla y permite lanzar el robot en cuanto termina la comida, incluso desde el móvil sin levantarse del sofá. Es una limpieza rápida, práctica y mucho más efectiva que hacerlo horas después, cuando la suciedad ya se ha repartido por toda la casa.
Priorizar salón y zona de la mesa es clave
En Navidad no hace falta ser meticuloso con todas las habitaciones. El salón y el área alrededor de la mesa concentran casi todo el desastre. Configurar zonas prioritarias evita que el robot pierda tiempo donde no hace falta y reduce el riesgo de atascos innecesarios.
Los robots aspiradores Samsung permiten definir estas áreas con bastante precisión. Al limitar la limpieza a esos espacios, el ciclo es más rápido, consume menos batería y deja el suelo listo antes de que alguien vuelva a levantarse por un café o un polvorón extra.
Cables y regalos: el enemigo silencioso del robot
Uno de los grandes clásicos de estas fechas son los cables fuera de su sitio. Cargadores, luces decorativas, algún cable del altavoz o incluso del árbol de Navidad pueden convertirse en una trampa para el robot.
Antes de ponerlo en marcha, merece la pena retirar cables visibles y agruparlos durante unos minutos. Es un gesto simple que evita paradas innecesarias y mensajes de error justo cuando todo el mundo está relajado. Con envoltorios de regalo ocurre algo parecido: papeles grandes o cintas largas pueden acabar enrollados en el cepillo si no se recogen antes.
Confeti y purpurina: cómo evitar el desastre
Si en casa hay niños, el confeti y la purpurina suelen aparecer sin avisar. Aunque el robot puede aspirarlos, conviene tener en cuenta un detalle importante: no mezclar aspirado y fregado en ese momento. La purpurina húmeda se pega y puede acabar extendiéndose más que limpiándose.
Lo ideal es usar primero un ciclo solo de aspirado para retirar partículas finas y, si hace falta, dejar el fregado para más tarde. Así se evita que el suelo acabe con ese brillo navideño que dura semanas.
Limpiar mientras la casa sigue viva
Una de las ventajas más curiosas de usar el robot justo después de comer es que la casa no se detiene. Mientras el aspirador trabaja, la conversación sigue, la sobremesa continúa y nadie siente que toca ponerse a limpiar.
Los modelos de Samsung están pensados para convivir con ese momento: rodean a la gente sentada, esquivan muebles y trabajan sin convertirse en protagonistas. No es una limpieza profunda, pero sí la suficiente para devolver la sensación de orden sin esfuerzo.
Menos ruido, menos interrupciones
Otro punto clave es elegir el modo adecuado. En Navidad, el silencio absoluto no es prioritario, pero tampoco apetece un aspirador a máxima potencia. Usar un modo equilibrado reduce el ruido y hace que el robot pase casi desapercibido mientras trabaja.
El resultado es simple: cuando alguien se levanta del sofá, el suelo ya no está lleno de restos y nadie ha tenido que coger una escoba ni interrumpir la sobremesa.
Convertir esta limpieza postcomida en una rutina navideña cambia bastante la experiencia en casa. No es solo comodidad, es evitar que el desorden se acumule y que el final del día se convierta en una sesión de limpieza pesada.
Al final, mientras la familia descansa, charla o simplemente se deja llevar por la calma de la sobremesa, el robot aspirador Samsung se encarga de una de las tareas menos agradecidas. Y en días así, eso se nota más de lo que parece.
Imágenes | Samsung con edición
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