Pantallas de proyección con rechazo a la luz ambiental: qué son, posibles usos, ventajas e inconvenientes

Pantallas de proyección con rechazo a la luz ambiental: qué son, posibles usos, ventajas e inconvenientes

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Pantallas de proyección con rechazo a la luz ambiental: qué son, posibles usos, ventajas e inconvenientes

En la peculiar batalla entre televisores de gran formato y proyectores hay un argumento que claramente se decanta por los primeros: mientras las teles se pueden usar en cualquier habitación los proyectores necesitan una en la que podamos controlar la luz ambiental o de lo contrario la calidad de imagen es muy, muy pobre.

La industria conoce muy bien este problema y en los últimos años han tratado de resolverlo con una solución ingeniosa que ha hecho evolucionar las clásicas pantallas de proyección basadas en telas en favor de una tecnología que permite mejorar la capacidad de entrega de luminosidad hacia el usuario en lo que han venido a denominar como pantallas de rechazo a la luz ambiental o ALR (Ambient Light Rejection).

Cómo funcionan las pantallas ALR

A diferencia de las clásicas telas usadas durante décadas para reflejar la luz frontal emitida por un proyector hacia el espectador, las pantallas que "rechazan" la luz ambiental cuentan en su superficie con una o varias capas de material generalmente plástico con microformas que funcionan como un filtro óptico capaz de canalizar la luz.

La idea tras esta tecnología es que la luz incidente sobre la pantalla procedente tanto del proyector como del ambiente en donde se encuentra instalada la pantalla se pueda redirigir y/o absorber en función de la dirección espacial y de la fuente que más nos interese conservar.

Alr Screen2

Es decir, lo que consigue este filtro es mantener intacta la luz del proyector para que vuelva al espectador mientras que la luz procedente de las ventanas, techo, lámparas, etc. se refleja hacia fuera de la pantalla y no interfiere con la luz que lleva la información visual del proyector.

Para ello las microformas de la superficie de la pantalla tienen diferentes formas geométricas que reflejan la luz en ciertas direcciones concretas y "anulan" en alguna medida la luz procedente de otras.

Hay básicamente dos tipos de pantallas ALR: las primeras reflejan la luz emitida desde el frontal y rechazan la de ángulos inferiores, laterales y superiores, estando pensadas para proyectores frontales clásicos de instalación frente a la pantalla y de este modo se logra reducir la luz procedente de los laterales, techo y suelo.

Pantalla Rechazo Luz Ambiental

El otro tipo es el que es capaz de redirigir la luz procedente de ángulos inferiores hasta la perpendicular de la pantalla (es decir, hasta el usuario) por medio de unas microformas más marcadas y rechaza o captura la luz procedente del resto de ángulos. Su uso está enfocado a proyectores de tiro ultracorto situados bajo a la pantalla que emiten su luz hacia arriba.

Ventajas e inconvenientes

La principal ventaja de esta tecnología es inmediata: al redirigir parte de la luz ambiental fuera de la línea de visión del espectador se interfiere menos con la luz emitida por el proyector y se logra mejorar el contraste, la entrega de brillo y la calidad de la imagen.

Pantalla 1366 2000

De este modo es posible usar el proyector en condiciones de luz moderadas (que no a plena luz) no necesitando tener oscuridad absoluta para disfrutar de la proyección, sobre todo si la fuente de luz ofrece una buena luminosidad como por ejemplo sucede con los proyectores láser o LED de nueva generación.

También se consigue que en condiciones de oscuridad la luz emitida por el proyector no se refleje tanto en paredes y techos logrando así un mayor contraste aunque las paredes de la sala no estén tratadas y tengan el clásico color blanco.

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Pero no todo es positivo con este tipo de pantallas. Su principal inconveniente es que los filtros de luz que incorporan no desvían la luz principal hacia fuera de la dirección perpendicular donde se sitúa el espectador, lo que a su vez reduce la calidad visual si no nos sentamos frente a ella.

No es un problema tan marcado como sucede con los televisores LCD, pero si estamos pensando en sentarnos en un lateral de la sala o con una configuración de asientos en "U" no tendremos el mismo contraste ni la misma potencia lumínica en todos los asientos.

Tampoco resultan buenas si queremos instalar la pantalla con un ángulo elevado con respecto a nuestro asiento, ya que tendremos el mismo problema que en el caso anterior. Es decir, están pensadas para espectadores sentados frente a ellas y que se encuentren relativamente centrados con respecto a sus bordes. En el resto de situaciones perderemos contraste y fuerza en la imagen.

Otro inconveniente es que son más escasas y difíciles de encontrar que las convencionales, así como más complejas de fabricar, lo que conlleva unos precios más elevados y mayor dificultad para encontrarlas en el mercado. Afortunadamente este último punto se va solucionando poco a poco y si hace unos años era un producto casi exclusivo de algunas empresas muy especializadas como Da-Lite o Elitescreens ahora ya han llegado a marcas más generalistas como Optoma.

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