En anteriores ocasiones hemos comentado cómo es posible ahorrar en la factura de la luz utilizando los denominados como enchufes inteligentes o los clásicos programadores y temporizadores a los que enchufar nuestros dispositivos y electrodomésticos.
Se trata de unos dispositivos muy útiles que mediante el encendido y apagado inteligente nos permiten ahorrar cada mes y suelen tener un coste inicial de compra muy reducido. Sin embargo, hay un factor muy importante que conviene tener en cuenta antes de comprarlos y usarlos en casa en el que no siempre nos fijamos.
Comprobar la potencia eléctrica máxima soportada
Además de las opciones de configuración, conectividad, programación y temporización que ofrezcan este tipo de dispositivos para el control remoto y monitorización, hay que considerar que a través de ellos va a pasar toda la corriente eléctrica que consuma el aparato o aparatos que les conectemos.
En general no habrá problema si lo que queremos es controlar el encendido de pequeños equipos como routers, adaptadores de red, incluso sistemas de sonido, televisores, consolas, reproductores multimedia, lámparas, etc., ya que el consumo eléctrico de todos ellos es muy reducido. Sin embargo, si lo que pretendemos es conectar electrodomésticos de gran potencia como por ejemplo radiadores y termos eléctricos, probablemente tengamos que fijarnos muy bien en las especificaciones eléctricas del enchufe o programador antes de hacerlo.
La clave es que el consumo eléctrico del aparato no sobrepase nunca el máximo soportado por el enchufe inteligente, e incluso para estar seguros que no se acerque demasiado a ese tope máximo, ya que si lo hacemos este se sobrecalentará y podemos tener problemas de funcionamiento o en la red de casa.
En general este valor de la potencia máxima soportada se suele dar en vatios y amperios, y lo habitual es que nos encontremos en el mercado con enchufes inteligentes que soportan un máximo de 16 A y 3.680 W como este modelo de ZOOZEE-Porik o bien algunos más modestos con cifras inferiores de 10 A y 2.300 W como este modelo de TP-Link que suelen ser también más económicos y están pensados para conectar pequeños dispositivos y no grandes electrodomésticos.
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En el caso de los termos eléctricos, la habitual es que tengan consumos máximos de entre 1.000-1.500 vatios en los medianos y pequeños o como mucho en algunos modelos de gran tamaño pueden alcanzar los 2.000 vatios, por lo que dependiendo de nuestro modelo concreto podrían valernos ambos tipos de enchufes, aunque para estar seguros convendría irse a uno de 16 A. Sin embargo con los radiadores eléctricos la cosa es más complicada.
En el mercado podemos encontrar modelos de muy diferentes formatos y configuraciones con consumos que pueden ir de unos cientos de vatios (400-500 vatios) para los más pequeños tipo brasero hasta más de 2.500 vatios en el caso de los más grandes de aceite o de los que cuentan con varias resistencias que podemos activar al mismo tiempo.
En estos casos los enchufes inteligentes de 10 A y 2.300 vatios son claramente insuficientes e incluso algunos baratos que teóricamente soportan 16 A y 3.680 W pueden no ser del todo fiables, ya que están pensados para potencias puntuales en un momento dado, no para funcionar siempre a la máxima potencia. En estos casos podemos optar por seleccionar un modo de funcionamiento en el radiador con menor consumo o directamente si queremos evitar problemas tendremos que renunciar a usar enchufes inteligentes y programadores con este tipo de equipos.
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