Usar Internet desde casa gasta más luz si tienes este tipo de conexión: estas son las tecnologías más ecológicas

Hoy en día estamos prácticamente conectados durante casi todo el día a Internet en nuestras viviendas, ya sea mientras vemos contenidos de series y películas desde plataformas en streaming tanto de pago como gratuitas, desde las cadenas de TV de nuestras operadoras, accediendo a sitios sociales, jugando en línea, etc.

Parece magia. Simplemente encendemos los equipos y ya tenemos acceso a la Red. Sin embargo tras esta aparente sencillez hay un montón de tecnología funcionando en segundo plano de la que no somos conscientes pero que está trabajando consumiendo energía de forma continuada para que podamos disfrutar y trabajar desde casa.

En este contexto de conexión permanente Telefónica ha publicado un reciente estudio donde abordan el asunto de los costes energéticos del acceso a Internet y cómo influye la tecnología que utilicemos para conectarnos desde casa, tanto en la necesidad de electricidad como en la contaminación ambiental que se produce.

El ADSL, la tecnología más contaminante

Como podemos comprobar con las gráficas publicadas en el estudio, la tecnología que es menos eficiente energéticamente hablando (y también en cuanto a capacidades de transmisión de datos) es el ADSL y en general todas las formas de acceso que funcionan a través de un cable de cobre que es necesario alimentar en remoto.

Con ADSL la mayor parte del consumo eléctrico se produce en las centrales y el cableado que llega hasta los hogares, siendo la operadora la que soporta la mayor parte del coste energético y debiendo contar además con baterías de respaldo en caso de corte de suministro.

Es por tanto la opción menos eficiente y la que más contamina, con cifras de CO2 muchísimo más elevadas que las emitidas por otras tecnologías como por ejemplo la fibra óptica.

En los accesos de FTTH o fibra hasta los hogares que muchos tenemos en casa la situación del consumo eléctrico cambia radicalmente, ya que la mayor parte del gasto no lo hace la infraestructura de la operadora, puesto que ya no tiene que tener centrales intermedias para alimentar los cables de cobre, sino que lo realiza el usuario en su casa.

La clave está en que la red de fibra es de tipo pasivo. Es decir, la fibra en sí apenas no consume electricidad al tratarse de un medio de comunicación óptico y la mayoría del gasto eléctrico en la parte de la operadora se produce en el OLT (dispositivo que el operador tiene en el exterior de nuestras casas) y sus equipos complementarios.

En la parte del usuario el consumo eléctrico lo hacemos en el ONT, equipo encargado de convertir la señal óptica a eléctrica y que en el caso de Telefónica está integrado en sus routers HGU (Home Gateway Unit). Además, según comentan en el informe sus últimos routers HGU con el ONT integrado consumen hasta un 30% menos que las modalidades anteriores, algo que podemos notar en la factura si tenemos los equipos todo el día encendidos en casa.

Según los cálculos de Telefónica, el impacto en el medioambiente por cada petabyte de datos transferido sobre las redes de fibra óptica resulta hasta 18 veces inferior que si usásemos las clásicas redes de cobre. De ahí que la operadora pretenda acabar con las antiguas centrales de ADSL antes de mayo de 2025.

En cuanto a las conexiones desde las redes de telefonía móvil, el esquema de interconexión es completamente diferente, ya que ahora no hay un cable, ni de cobre ni de fibra, entre la operadora y los hogares. Esto hace que el coste eléctrico se sitúe principalmente en la red de acceso.

Además, el estudio revela cómo las conexiones 4G y 5G son hasta 7 veces más eficientes que las antiguas 2G y 3G, lo que está acelerando el apagado de estas últimas en favor de las conexiones de última generación, mucho menos contaminantes.

Más información | Telefónica

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