Las nuevas etiquetas de eficiencia energética vuelven a ser un lío: la letra "A" ya no significa ser el más eficiente

Las nuevas etiquetas de eficiencia energética vuelven a ser un lío: la letra "A" ya no significa ser el más eficiente
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Las etiquetas de eficiencia energética son uno de los indicadores más inmediatos a la hora de saber tanto el futuro gasto eléctrico y de agua de nuestros electrodomésticos y equipos como los niveles de ruido o las capacidades reales del mismo.

Es un sistema gráfico pensado inicialmente para poder observar de forma muy visual las características más relevantes de nuestra futura compra, aunque su evolución constante puede resultar confusa para muchos usuarios, ya que los fabricantes van desarrollando productos cada vez más eficientes que las dejan obsoletas cada pocos años y tenemos que acostumbrarnos a los nuevos modelos.

Una nueva clasificación que ya ha sido superada

etiqueta

Fue por ejemplo el caso de las ya antiguas letras "A+", "A++" y "A+++", que el año pasado desaparecieron para que comenzaran a implantarse unos nuevos diseños propuestos por la Unión Europea que parecían serían de lo más duradero ya que endurecían los requisitos técnicos para evaluar la eficiencia energética.

Las etiquetas que acabamos de estrenar hace algo más de un año proponen una nueva escala y nuevo formato de valoración de los consumos que hacen que las cifras mostradas en las etiquetas antiguas ya no coincidan con las nuevas, aunque se trate del mismo electrodoméstico. No obstante, se olvidaban definitivamente de los apellidos "+" y volvían de nuevo a una escala simple de letras con colores entre la "A" en verde que representa a los aparatos más eficientes, y la "G" en rojo que representa a los dispositivos menos eficientes.

Lo sorprendente cuando se realizó el cambio es que se dejaba la categoría "A" vacía, es decir, sin que ningún electrodoméstico fuera capaz de alcanzarla, a la espera de nuevos productos más eficientes que llegarían en los próximos años.

De hecho, según la propia normativa, las etiquetas no serían revisadas hasta que el 30% de los productos reciban la máxima clasificación (A) o cuando el 50% esté en las franjas A y B. Pero quizá estos planes tengan que cambiar, ya que los fabricantes están apostando cada vez más por mejorar el aspecto de ahorro energético de sus productos.

Todo estaba claro...y entonces llegó la IFA 2022

Muy bien, todo parece tener sentido. De hecho, en la IFA 2022 se anunciaron algunos electrodomésticos que por primera vez serían capaces de alcanzar esa clasificación energética "A" máxima, como este modelo de LG que vimos en su día.

Sin embargo, unas horas después algunos de los principales fabricantes de electrodomésticos mostraban unos curiosos carteles al exhibir sus productos de nuevo lanzamiento que nos hicieron dudar cuando los vimos sobre qué tipo de etiqueta se estaba usando.

Img Etiquetas identificativas de las nuevas lavadoras Bosch mostradas en la IFA 2022

En la mayoría de los casos el patrón era el mismo, la etiqueta nueva con la clasificación energética de 2021 en la que se marcaba claramente una categoría "A", la máxima posible hasta ahora inalcanzable, y al lado un "apellido" similar a "-10%", "10% extra", "20% extra" o similar que venía a indicar que esa evaluación ha sido superada ampliamente.

Es por ejemplo el caso de Samsung Electronics con sus nuevos frigoríficos y lavadoras que presumen de "un 10% de ahorro energético adicional con respecto al estándar más alto de la industria bajo el nuevo sistema de etiquetado energético". Es decir, que prometen consumir un 10% menos con respecto a los modelos de etiqueta energética "A".

A 10 Pr

Pero este ahorro no se queda aquí, ya que el fabricante añade en la letra pequeña que gracias a tecnologías avanzadas como SmartThings Energy con AI Energy Mode puede "reducir de forma inteligente el uso de energía de los frigoríficos hasta un 30% adicional" al ejecutar algunas operaciones como el desescarche y ajustando la temperatura del equipo.

Otro ejemplo lo hemos visto con la lavadora de Bosch modelo WGB244040 que presumía en la IFA de ofrecer un 20% de ahorro adicional con respecto a la clasificación "A", con un consumo eléctrico de 39 kWh por cada 100 ciclos de lavado frente a los 50 kWh que marca el límite de la UE para obtener esta letra "A".

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Es decir, en poco más de un año los fabricantes ya han comenzado a vender electrodomésticos que llegan a la máxima eficiencia energética contemplada por las etiquetas (la "A") e incluso han superado dichos requisitos con cifras que en estos primeros modelos alcanzan un 10% o 20% según el caso.

¿Qué supone esto para el consumidor? Pues para empezar que podremos tener equipos más eficientes en casa, pero también que volverá a haber un pequeño lio con las etiquetas al no ser capaces de diferenciar entre los nuevos aparatos que sobrepasen la letra "A". ¿La solución?

Pues no está clara. De momento los fabricantes están añadiendo esa coletilla al lado de la etiqueta informando sobre el grado de mejora con respecto a la máxima calificación. Pero si esto se convierte en una costumbre mucho me temo que volveremos a las clásicos "+", "++" y "+++" que tanto se quería evitar.

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