Jose Antonio Carmona
Editor SeniorCon la llegada del frío, lo habitual es sacar la ropa de abrigo y preparar la casa con todo lo necesario para mantenernos cálidos. Sin embargo, más allá de tener un buen nórdico o una manta en el sofá, es fundamental revisar el aislamiento del hogar si queremos ahorrar en calefacción sin renunciar al confort.
En esta línea, la Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes (AFELMA) destaca que un adecuado aislamiento térmico es la forma más eficaz de reducir el consumo energético y bajar la factura de la luz o el gas. Por ello, la entidad señala una serie de puntos clave que conviene revisar para proteger la vivienda del frío y mejorar su eficiencia durante el invierno.
Según AFELMA, mejorar el aislamiento puede suponer un ahorro anual de unos 4.000 kWh (unos 200 euros) y amortizar la inversión en menos de cinco años. Es la medida más eficaz de ahorrar energía y reducir la factura de la luz hasta en un 50 %. Además, contribuye a reducir la pobreza energética y mejora el confort durante todo el año, ya que también protege del calor en verano. En definitiva, la energía más limpia y barata es la que no se consume.
Imagen: Julian Hochgesang (Unsplash)
Más allá de las cifras, la asociación señala que existen zonas del hogar especialmente vulnerables, donde es fundamental prestar atención, ya que son los puntos por los que más fácilmente entra el frío y se escapa el calor acumulado.
Muros y paredes
Por las paredes se pierde hasta un 35 % del calor, por lo que aislarlas es esencial. El Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE) es una de las soluciones más eficientes para el aislamiento en fachadas. Es un material que se coloca en la fachada de un edificio para mejorar el aislamiento y la eficiencia energética. Además de mejorar el aislamiento global, ofrece múltiples acabados estéticos.
Tejados
El tejado es otro punto crítico, y aislarlo permite reducir las pérdidas energéticas, mejorar el aislamiento acústico y aumentar la seguridad frente a incendios.
Para mejorar el aislamiento de un tejado, puedes elegir entre aislar por el interior o por el exterior. Para aislar por el interior, se pueden inyectar materiales como lana de roca, lana mineral o celulosa, o instalar paneles de XPS o lana mineral entre las vigas. Si el tejado es accesible, se puede aislar por el exterior con espuma de poliuretano o poliurea en cubiertas metálicas, o con sistemas como el panel sándwich o láminas impermeabilizantes para tejados inclinados.
Puertas ventanas y persianas
En puertas, ventanas y persianas se concentran buena parte de las pérdidas de calor en una vivienda. Para reducirlas, se pueden aplicar soluciones sencillas y eficaces, como colocar burletes en los marcos, sellar juntas o rendijas con silicona o espuma aislante, y revisar el estado de los cajones de las persianas, que suelen ser una fuente constante de filtraciones.
Si se busca una mejora más profunda, conviene apostar por carpinterías de calidad con doble o triple acristalamiento y rotura de puente térmico, capaces de mantener una temperatura interior más estable y reducir notablemente el consumo energético.
Estas medidas no solo mejoran el aislamiento térmico y acústico, sino que también aumentan el confort y la eficiencia global del hogar durante todo el año.
Foto de portada | Foto de Max Vakhtbovycn en Pexels
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