Llega el calor y por lo tanto, llega el turno de los ventiladores y los aires acondicionados. Son los sistemas más populares a la hora de intentar mantener una temperatura adecuada en casa, pero al igual que ocurre con las estufas y otros sistemas de calefacción, calefacción, antes de ponerlos a funcionar requieren unas tareas mínimas de mantenimiento.
En el caso del ventilador, tras un tiempo guardado bien en la caja o bien arrinconado en una zona de la casa o del trastero, es habitual que haya acumulado polvo en distintas zonas, incluso en las aspas. Lo habitual es limpiarlo con un poco de paciencia, pero con este truco es el mismo ventilador y su forma de funcionar se encargarán de acabar con el polvo acumulado.
El polvo siempre controlado
El polvo acumulado en distintas zonas del ventilador, incluidas las aspas, puede además de ser un elemento antiestético, hacer que el ventilador funcione de forma menos eficiente y de paso contribuir a la distribución del polvo acumulado, pero también de ácaros y gérmenes, por distintas zonas de la habitación cuando está funcionando . De ahí la importancia de realizar una buena puesta a punto antes de comience a funcionar.
Lo normal y lo que yo siempre he hecho, es dedicar un tiempo a pasar una pequeña brocha y un trapo húmedo por las distintas zonas del ventilador, pero este truco lo hace todo aún mucho más fácil.
Se trata de mezclar en un recipiente, una pequeña cantidad de agua y un poco de vinagre blanco, dos cucharadas de lavaplatos junto con un poco de pasta dental para crear una mezcla homogénea. Esa mezcla se echa luego en un pulverizador con el que se rocían distintas zonas del ventilador en las que se acumula el polvo, incluidas las aspas.
Con la solución pulverizada, ya aplicada en el ventilador, se tapa este totalmente con una bolsa de plástico (una bolsa de esas de basura negras viene ideal por el tamaño que tiene) y sujetándola por la zona trasera con la mano para que no salga volando, se pone a funcionar el ventilador durante unos cinco minutos.
Esto lo que hace es liberar la sustancia que hemos pulverizado sobre el ventilador, que al mismo tiempo se encarga de levantar la suciedad que está adherida. Además, la bolsa se encarga de retener todo el polvo que se ha acumulado, de forma que no se distribuye por toda la habitación.
Una vez pasados los minutos en los que el ventilador está funcionando con la mezcla, basta con retirar la bolsa y comprobar el resultado.
Foto de portada | Galvão Menacho
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