España cada vez tiene más pisos con mascotas. La Ley tiene muy claro lo que hay que hacer cuando molestan

La ley de propiedad horizontal establece qué obligaciones tienes que cumplir con tu mascota en la convivencia con tus vecinos

Perros
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Antonio Sabán

Director

Según estimaciones como las de El Mundo en 2024, hay una ratio de casi seis mascotas por cada niño menor de cuatro años. Estamos hablando de más de 20 millones de mascotas viviendo en nuestros hogares según Anfaac, de los cuales la inmensa mayoría son perros y gatos. Meter a tantos miembros peludos de la familia en comunidades de vecinos genera roces, ruidos y dudas legales.

La ley no habla de perros, habla de molestias. Cuando surgen los problemas en el edificio, toca consultar consultar es la Ley de Propiedad Horizontal (LPH). Aunque esta norma no tiene un capítulo dedicado exclusivamente a las mascotas, sus artículos 7.2 y 9.1 son la herramienta clave. Lo que dice la ley es que a ningún vecino, tenga dos o cuatro patas, se le permite desarrollar actividades que sean dañosas para la finca o que resulten molestas, insalubres, nocivas o peligrosas.

Artículo 7.2:

"Al propietario y al ocupante del piso o local no les está permitido desarrollar en él o en el resto del inmueble actividades prohibidas en los estatus, que resulten dañosas para la finca o que contravengan las disposiciones generales sobre actividades molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas".

Artículo 9

"Son obligaciones de cada propietario: respetar las instalaciones generales de la comunidad y demás elementos comunes, ya sean de uso general o privativo de cualquiera de los propietarios, estén o no incluidos en su piso o local, haciendo un uso adecuado de los mismos y evitando que se causen daños o desperfectos".

El presidente tiene la llave. Si un perro ladra a todas horas o un gato genera olores insoportables en el rellano, el procedimiento es claro. El presidente de la comunidad es quien debe pedir al vecino que cese esa actividad molesta. Si el dueño hace caso omiso y el problema persiste, la ley ampara a la comunidad para llevar el caso a la justicia, que es quien tiene la última palabra sobre dicha actividad.

Los estatutos mandan en las zonas comunes, no en tu casa. Aquí viene parte del lío. Existe una diferencia enorme entre lo que pasa dentro de tu casa y lo que pasa en las zonas comunes. La Constitución protege la inviolabilidad de tu domicilio y el disfrute de tu propiedad privada, por lo que la comunidad de vecinos no puede prohibirte tener mascota dentro de tu piso si eres el propietario. Caso aparte es si estás de alquiler y tu casero te lo prohíbe en el contrato.

Correas y piscinas tienen sus propias normas. Las zonas comunes son otro mundo. Ahí la comunidad sí puede establecer límites claros. Pueden obligarte a que el perro vaya siempre con correa en los pasillos, prohibir la entrada de animales en el ascensor o vetar su acceso a la zona de la piscina o los jardines. Por eso, antes de mudarte, es vital leerse las normas internas del edificio.

El que rompe, paga. Más allá de la convivencia, está el tema de los destrozos. Aquí el Código Civil no deja lugar a la interpretación en su artículo 1905. El responsable de cualquier perjuicio que cause un animal es su dueño. Da igual que el perro se te haya escapado o que no fuera tu intención: si tu mascota rompe una puerta, araña el ascensor o mancha una zona común, el coste debes pagarlo tú.

Se acabó el perro viviendo en la terraza. La nueva Ley de Bienestar Animal también ha metido mano en cómo deben vivir las mascotas dentro de los pisos, y esto afecta a la convivencia vecinal. Se considera una infracción grave mantener a perros o gatos de forma permanente en terrazas o balcones. Además, la norma pone límites a dejar a los animales solos en casa: un máximo de 24 horas consecutivas para los perros y tres días para el resto de mascotas. Así que tener al perro viviendo en el balcón ya no es solo una molestia para los vecinos, es una ilegalidad denunciable.

Vía | Xataka

Imagen | Giorgio Trovato y Daniella Mangani en Unsplash

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