Además, no hay que olvidar que si alguien tiene la gripe y está confirmado por un test, el uso de la mascarilla es fundamental
Lo ideal es ventilar la casa dos veces al día cómo mínimo: ventilaciones cortas pero efectivas
Además de ventilar, se pueden aprovechar los purificadores de aire, los humidificadores y hasta la campana extractora
Durante años, cuando alguien se resfriaba en casa, la solución parecía clara y eso es lo que escuché durante mucho tiempo: cerrar bien las ventanas, subir la calefacción y “no coger frío”. Es una máxima que podríamos pensar en aplicar estos días de reuniones familiares en los que la incidencia de la gripe no para de crecer y sin embargo, hay que hacer todo lo contrario.
Ya lo vimos con la COVID y con la gripe y su actual variante K, las recomendaciones médicas actuales van justo en la dirección contraria: ventilar bien la vivienda es una de las formas más sencillas de reducir el riesgo de contagio de gripe y otros virus respiratorios. Y no, no hace falta convertir el salón en un iglú.
El problema no es el frío, es el aire viciado
Las principales agencias de salud (el CDC o Center for Disease Control and Prevention es un buen ejemplo) y los especialistas médicos como los de la Sociedad Española de Medicina de Urgencais y Emergencias (SEMES) lo explican de forma bastante clara: los virus respiratorios se concentran en el aire interior, sobre todo cuando hay varias personas en casa, alguien tose, habla o estornuda y las ventanas permanecen cerradas durante horas. Ahora imaginemos una comida en familia con alguien con un virus respiratorio.
Es el mismo tipo de recomendaciones que hace el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades que pone el ojo en que cuando no renovamos el aire, la concentración de partículas virales en casa aumenta. El ambiente se vuelve más seco y cargado, y al final acabamos respirando una y otra vez el mismo aire sin darnos cuenta.
La gran ventaja que aporta el ventilar es que hace justo lo contrario: diluir esas partículas y expulsarlas al exterior, renovando el aire que respiramos. No hay que asociar la idea que ventilar supone pasar frío: ventilar bien no significa dejar la ventana abierta toda la mañana, sobre todo en invierno.
Ni pasar frío ni pasar calor. Estar a la temperatura adecuada en casa no significa estar en manga corta en invierno. Ya hemos visto cual es la temperatura ideal para estar cómodos y a la vez para ahorrar energía.
Cómo hay que ventilar
Las recomendaciones médicas coinciden en algo muy concreto: es mejor ventilar poco tiempo, pero hacerlo bien, que mantener una pequeña rendija abierta durante horas. Ventilar de esta forma lo que hace es evitar que el ambiente esté muy cargado y que se pueda facilitar que se propague cualquier infección.
Por ejemplo, desde la Comunidad de Madrid recomiendan ventilar diariamente todas las estancias abriendo las ventanas al menos 15 minutos y si es posible y para mejorar la ventilación, abrir más de una ventana o, en su caso, una puerta en lados opuestos para generar una corriente.
La clave está en la ventilación corta e intensa. Abrir las ventanas entre 10 y 15 minutos, varias veces al día, es más eficaz de lo que parece. Si es posible, conviene crear ventilación cruzada, abriendo ventanas en lados opuestos de la vivienda para que el aire circule mejor.
En casa, y esto es algo que ya me decía mi abuela y que mi madre sigue recordándome siempre, ventilar es una costumbre fija. Lo hago cada mañana, incluso cuando hace frío, y muchas veces también por la tarde. Y eso en un día normal, siendo solo dos personas en casa, porque cuando hay una reunión familiar la cosa cambia y toca ventilar más. Durante esos minutos la temperatura baja un poco, sí, pero se recupera enseguida y el cambio en el ambiente se nota al momento.
En invierno lo recomendable es escoger uno de estos dos horarios para ventilar sin perder la energía de la calefacción:
- En primer lugar podemos hacerlo a primera hora de la mañana para minimizar las pérdidas puesto que supuestamente habremos pasado la noche sin calefacción o con ella al mínimo y la casa estará con su temperatura más baja del día.
- El segundo momento ideal es hacerlo hacia el mediodía, cuando el sol incide más en nuestra vivienda y podremos aprovechar esos grados extra gratis proporcionados por el astro rey.
Ventilar una sola vez al día suele quedarse corto, especialmente si hay niños en casa, si alguien tiene síntomas de catarro o gripe, o si teletrabajas y pasas muchas horas en el interior. Dos o tres ventilaciones cortas al día marcan una diferencia enorme en la calidad del aire.
Además no hay que olvidar las puertas. Es importante evitar que las habitaciones estén completamente cerradas cuando hay varias personas dentro. No sustituyen al cien por cien a abrir ventanas, pero ayudan mucho cuando ventilar se vuelve complicado.
Algo que no debemos pasar por alto
La cocina y el baño son grandes aliados que solemos olvidar. Los extractores de estas estancias no están solo para eliminar vapor u olores. Las guías sanitarias recomiendan usarlos también para ayudar a expulsar el aire interior y favorecer la entrada de aire limpio desde otras habitaciones. Un gesto tan simple como encender el extractor mientras abres una ventana en otra zona de la casa mejora mucho la renovación del aire.
Cuando hace mucho frío o no es posible abrir ventanas, entran en juego otras soluciones. Las autoridades sanitarias mencionan el uso de purificadores de aire con filtro HEPA, especialmente útiles en dormitorios y salones, así como si es posible optar por un sistema de ventilación mecánica, aunque esto supone un importante desembolso económico.
En Xataka SmartHome | El tiempo mínimo que hay que ventilar la casa para tener buena salud y no derrochar calefacción durante el invierno
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