El lavavajillas es un electrodoméstico imprescindible ya en muchos hogares que nos facilita la vida a la hora de limpiar los platos, cubiertos y en general todo el menaje de la cocina.
Sin embargo, en ocasiones no sabemos mucho más sobre cómo hacer el mantenimiento periódico del aparato, limitándonos a usar los programas básicos y, como mucho a revisar el filtro para que no se atasque. ¿Cómo tenemos que proceder para tenerlo siempre en buen estado y cada cuánto tiempo hay que hacerlo?
Cómo hacer el mantenimiento del lavavajillas
En este sentido, la empresa Balay ha publicado una serie de recomendaciones con instrucciones sobre métodos y periodos de tiempo para hacer el mantenimiento de nuestros lavavajillas y que funcionen bien durante toda su vida útil.
Algunos de ellos ya los repasamos en este otro artículo, aunque ahora la marca deja claros pequeños detalles que conviene tener en cuenta para que los electrodomésticos sigan funcionando como el primer día.
¿Cada cuánto debemos limpiar el lavavajillas? Según comenta el fabricante, la mejor forma de que un lavavajillas se mantenga limpio es usarlo con cierta regularidad. No obstante, hay una serie de acciones que conviene llevar a cabo con cierta frecuencia:
- Mantenimiento diario del lavavajillas: nuestro lavavajillas requiere atención diaria comenzando por introducir la vajilla sin restos de comida. Esto no quiere decir que haya que fregarlos antes de meterlos, pero sí limpiar los restos sólidos de los platos y fuentes con un papel. Además, cuando termine el programa de lavado, conviene revisar que las gomas y juntas de la puerta así como los filtros no tengan restos de comida.
- Limpieza de los filtros una vez por semana: los filtros tienden a acumular restos de comida que pueden generar obstrucciones en la bomba de desagüe. A la hora de limpiar el filtro, se recomienda desenroscarlo, ponerlo debajo del grifo y usar un cepillo para eliminar los restos de comida en caso de ser necesario. Una vez el filtro esté libre de restos, habrá que volver a montarlo de nuevo en su sitio comprobando que gira correctamente.
- Limpieza a fondo cada seis meses: si no queremos que la suciedad se acumule dentro y acabe extendiéndose por los platos y vasos deberemos además mantener limpios los brazos giratorios. Para ello hay que quitarlos y limpiarlos bajo un chorro de agua para eliminar los residuos. Si vemos que no es suficiente, podremos ayudarnos de un cepillo de dientes.
- Cuando el lavavajillas lo indique: la mayoría de modelos de lavaplatos cuentan con sensores que indican la necesidad de rellenar los depósitos de sal y abrillantador. Descalcificar el lavavajillas con regularidad es esencial según el fabricante, ya que permitirá cuidar el buen funcionamiento del aparato sobre todo si vivimos en una zona con agua dura. Por su parte, si no usamos pastillas todo en uno, el abrillantador se encargará de que la vajilla luzca reluciente y evitará la formación de manchas de agua y cal.
Además de todo este mantenimiento periódico, también es conveniente limpiar la junta de la puerta con un trapo húmedo y detergente de forma regular para que siempre esté impecable.
Y, ¿qué pasa si no voy a usar el lavaplatos durante un tiempo? Es el caso por ejemplo de cuando nos vamos fuera de casa por vacaciones, momento en el que conviene dejar la puerta abierta o semiabierta para evitar malos olores.
También hay que limpiar la parte frontal del lavavajillas y el panel de control regularmente con un trapo húmedo y detergente suave.
Vía | Balay
Imagen portada | José Antonio Carmona
En Xataka Smart Home | Las pastillas del lavavajillas sirven para mucho más que para limpiar platos. Estos son los usos más sorprendentes que tienen