Son —o mejor dicho, esos pequeños elementos que muchas veces pasamos por alto— una parte clave del aire acondicionado. Me incluyo entre quienes no siempre les han prestado la atención que merecen. Me refiero a las rejillas y lamas del split, piezas que, si se utilizan correctamente, pueden mejorar notablemente el rendimiento del equipo.
La zona por donde se expulsa el aire en un split cuenta con unas láminas móviles que pueden permanecer fijas o moverse de forma automática, según la configuración del aparato. Saber cómo orientarlas en cada situación es esencial, tanto para enfriar como para calentar la vivienda de manera rápida y eficiente.
Cómo funcionan

Las lamas —también conocidas como aletas o difusores— son elementos móviles que permiten controlar la dirección del aire que emite el equipo. Su correcta orientación influye de forma directa en cómo se reparte el aire frío o caliente en una habitación, lo que repercute tanto en el confort como en la eficiencia energética del sistema.
En la mayoría de los splits disponibles en el mercado encontramos dos tipos de lamas, cada una con una función específica: las horizontales y las verticales.
Lamas horizontales: Regulan la dirección del aire en sentido vertical, es decir, si se proyecta hacia arriba o hacia abajo.
Lamas verticales: Controlan el movimiento del aire en sentido horizontal, de izquierda a derecha y viceversa.
Cómo orientarlas

La orientación adecuada de estas lamas puede mejorar notablemente el rendimiento del aire acondicionado, tanto en invierno como en verano. En el contexto del uso veraniego, su correcta colocación es clave para lograr un reparto homogéneo del aire frío en la estancia.
Durante el verano, lo más eficaz es orientar las lamas horizontales hacia arriba mientras que en los meses de invierno, como el aire caliente sube con facilidad se recomienda dirigir las lamas hacia abajo
En el caso de las lamas horizontales, en verano lo más recomendable es dirigirlas hacia arriba. Como el aire frío es más pesado, tiende a bajar de forma natural, lo que facilita que se reparta por toda la habitación de manera uniforme. Orientarlas hacia el arriba permite una distribución del frío más uniforme en la estancia. Si se colocan en sentido contrario, apuntando la salida del aire directamente hacia abajo o hacia una zona concreta puede provocar un enfriamiento desigual y forzar al equipo a trabajar más, aumentando el consumo energético.
En invierno ocurre al contrario; para que el flujo de aire caliente comience desde el suelo y se distribuya de forma más equilibrada, evitando que queden zonas frías en la parte baja de la estancia.
Por otro lado, las lamas verticales son las encargadas de guiar el flujo de aire de lado a lado. Es conveniente ajustarlas de manera que el aire no incida directamente sobre las personas. Para ello, lo ideal es observar desde las zonas más frecuentadas de la habitación si el chorro de aire resulta molesto y, en ese caso, modificar su orientación.
Modo inteligente o automático: Muchos equipos de aire acondicionado incorporan una función automática que regula la posición de las lamas según las condiciones del entorno. Para aprovecharla correctamente, es importante consultar el manual de instrucciones del dispositivo y comprobar en qué situaciones es más útil activar esta opción.
Lo normal es optar casi siempre por usar este modo si tienes un sistema tipo split, y ajustar las lamas para que se muevan de forma oscilante, favoreciendo una circulación continua del aire
Orientar los difusores y las rejillas de forma adecuada, sirve para optimizar el funcionamiento del aire acondicionado y que funcione mejor, tanto en los días de verano con un calor intenso, pero también en invierno cuando hace frío. Es una forma más de ayudar a que no se dispare la factura eléctrica.
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