Los frigoríficos son imprescindibles en nuestras cocinas, pero también se trata de uno de los electrodomésticos que más electricidad consumen cada mes, incrementando nuestras facturas casi sin darnos cuenta.
En este contexto surgen propuestas como Tony, un refrigerador modular que promete enfriar nuestros alimentos para mejorar su conservación pero sin consumir luz en el proceso. ¿Cómo lo consigue?
Un botijo gigante para meter alimentos
La idea tras esta peculiar nevera modular es llevar el efecto botijo al máximo exponente, contando así con el principio de refrigeración por evaporación como tecnología fundamental del invento.
Pensado para albergar en su interior frutas y verduras principalmente, está fabricado con arcilla Raku, un material muy poroso que puede absorber agua introducida en un depósito presente en cada sección de la nevera.
Dicho depósito de agua debe ser recargado por el usuario cada cierto tiempo y permite humedecer las paredes de la nevera de forma que, al evaporarse con el calor, refresca el interior de la misma y según su creadora puede mantener la temperatura en el rango de 13 a 17 grados, aunque no se especifica bajo qué circunstancias, temperatura externa ni niveles de humedad relativa del aire.
Como vemos, no es la temperatura ideal para conservar carnes y pescados, ni siquiera para tener agua fría o refrescos en casa. Sin embargo, sí puede ser suficiente para verduras y frutas que no necesitan tanto frío y que pueden sacarse de los frigos tradicionales liberando espacio.
Tony se fabrica además con un proceso de cocción de la arcilla a 1.000 °C, una temperatura más baja que la habitual en la industria cerámica, lo que permite reducir la huella de carbono generada. Además, cuando la nevera deje de ser funcional los materiales pueden reciclarse triturándolos para obtener arcilla refractaria.
Precio y disponibilidad
¿El precio de este invento? Pues de momento se trata solo de un proyecto creación de Lea Lorenz sin previsión de producción en masa, así que no hay fechas ni precios recomendados.
No obstante, la idea es interesante como complemento de almacenaje adicional a los frigoríficos actuales, que tienden siempre a quedarse cortos de espacio, para por ejemplo tener en la despensa, la terraza o similar.
Vía | Ecoinventos
Más información | Lea Lorentz
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