La tela frontal de tus altavoces está ahí por algo: razones por las que no es conveniente dejarla siempre quitada

La tela frontal de tus altavoces está ahí por algo: razones por las que no es conveniente dejarla siempre quitada

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La tela frontal de tus altavoces está ahí por algo: razones por las que no es conveniente dejarla siempre quitada

A la hora de comprar unos altavoces inalámbricos o convencionales nos fijamos en sus especificaciones técnicas, en la calidad de sonido que nos ofrecen y también por supuesto en la estética, en su apariencia externa con esas a veces llamativas formas y colores que atraen nuestra atención.

Uno de los aspectos que suelen resultar más llamativos en muchos modelos son los bastidores frontales, unos elementos formados por una estructura de madera o plástico recubierta de tejido y que son los encargados de ocultar y proteger los drivers de los altavoces.

Hay fabricantes que no permiten quitar estos bastidores de ningún modo, sobre todo en los altavoces inteligentes y modelos compactos autoamplificados, pero lo habitual es que se nos dé la opción de retirarlos para dejar a la vista los woofers y tweeters en todo su esplendor, algo que los más audiófilos suelen apreciar.

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¿Es recomendable quitar este tipo de protectores de tela de nuestros altavoces, afecta a la calidad del sonido, tienen alguna misión más allá de la estética?

Cómo afectan los bastidores a la calidad de sonido

El principal motivo esgrimido por muchos usuarios para quitar este tipo de bastidores del altavoz a la hora de escuchar música es que interfieren en la calidad del sonido, degradándola aunque sea muy ligeramente sobre todo en las altas frecuencias.

Esto es completamente cierto, ya que aunque la tela sea de las denominadas "acústicamente transparentes", siempre tendrá alguna incidencia en la propagación de las ondas sonoras que la atraviesan, y principalmente en las procedentes del tweeter. Por tanto, el resultado de colocar un tejido frente a un driver de altavoz es que el sonido resultante es más "apagado" o con menor brillo al reducirse la intensidad de las altas frecuencias.

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Sin embargo, los fabricantes conocen muy bien este problema y por ello optan en primer lugar por tejidos lo más "transparentes" posible, por colocar el tweeter fuera del bastidor o simplemente por modificar el filtro de frecuencias del altavoz para que el resultado final no se vea afectado.

No obstante, hay quien prefiere retirar el bastidor para obtener algún decibelio extra de su sección de agudos, algo que por otra parte se puede lograr con ecualización de forma sencilla para no perder el resto de propiedades de estos elementos.

Además, a medida que bajamos en frecuencia y pasamos por la sección de medios y graves, el impacto de estas telas en el sonido es inaudible por la mayoría de los mortales. No obstante, siempre podemos quitar el bastidor cuando vamos a escuchar música y volverlo a poner una vez hemos terminado. Muy bien, pero ¿y si lo dejamos siempre quitado?

Cómo ayudan los bastidores a mantener tus altavoces en forma

Más allá de estas pequeñas modificaciones en la respuesta en frecuencia, la mayoría de las veces inapreciables por el usuario medio, los bastidores y los tejidos nos ayudan a mantener la buena forma física de nuestros altavoces. ¿Cómo?

En primer lugar los protegen del polvo y la suciedad que pueda acumularse con el tiempo procedente de la habitación y del exterior, sobre todo si solemos pasar temporadas largas con las ventanas abiertas, tenemos mascotas, calefacción por chimenea, etc.

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También protegen de roces, arañazos y golpes accidentales que puedas dar al altavoz sin darte cuenta al pasar a su lado, de despistes a la hora de limpiar el polvo de la caja acústica si hacemos demasiada presión en las membranas de los drivers, sobre todo en las de los delicadísimos tweeters con láminas de aluminio o similares.

Pero además los bastidores y los tejidos frontales evitan la degradación producida por los rayos solares, tanto en el propio cuerpo de la caja acústica como en las membranas de los altavoces.

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Puede parecer algo insignificante, pero si tenemos los altavoces ubicados en una habitación luminosa con luz procedente de una o varias ventanas, a la larga esta luz puede reducir la vida útil de los drivers.

Este efecto es más acusado en equipos con drivers que apuestan por la utilización de membranas fabricadas con materiales delicados como el papel o conglomerados con un porcentaje de pasta de papel alto.

Además también puede afectar al buen estado de las suspensiones de los woofers o si la luz incide de forma muy directa en la caja acústica porque por ejemplo la tenemos colocada junto a una ventana, incluso se pueden provocar grietas en la madera por las que se pierda presión de aire o simplemente dañar la pintura.

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