Por qué si sube el precio del gas, pagamos más cara la luz. Estas son las causas

Por qué si sube el precio del gas, pagamos más cara la luz. Estas son las causas

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Por qué si sube el precio del gas, pagamos más cara la luz. Estas son las causas

Estamos viviendo unos tiempos convulsos en lo que al mercado energético se refiere. Con la crisis derivada de la invasión de Ucrania, por parte de Rusia, los países de Europa afrontan un invierno incierto, con un precio del gas, creciendo, sin parar, que hace que a su vez se dispare el precio de electricidad. Una combinación de factores que despierta las dudas entre los usuarios que pueden preguntarse qué relación tiene la luz con la subida del precio del gas.

Aparentemente, y en un principio nada tiene que ver uno con el otro. Pero sin embargo, son varias las personas con las que, a título personal, he comentado la situación. La relación entre ambos, luz y gas,, puede ser desconocida para muchos usuarios, un motivo más para explicar por qué cuando sube el gas,nuestra factura de la luz crece y el bolsillo tiembla.

Gas y electricidad... una íntima relación

Energia

Europa se prepara para vivir un otoño y un invierno complicado. El gas, una de las fuentes energéticas basadas en combustibles fósiles, no para de subir. Una escalada de precios que afecta a hogares empresas y que se traduce de forma paralela en un aumento del precio de la electricidad. Pero ¿qué tiene que ver una cosa con la otra?

En el mercado actual, la energía se obtiene de dos tipos de fuentes. Por un lado las fuentes renovables, que resultan más económicas y donde estaca la energía nuclear (Francia es un buen ejemplo) y otras como son la eólica o la hidroeléctrica. Por otro lado están las que provienen de la quema de combustibles fósiles, en las que destacan el carbón, el petróleo y la que ahora nos ocupa, el gas.

El precio de la energía que consumimos viene derivado del coste de la última cantidad energía que se ha comprado. Aquí da igual que se trate de fuentes energéticas, renovables o de otras provenientes de combustibles fósiles. El problema, es que estas últimas tienen un precio superior y en Europa tenemos una gran dependencia de las mismas y un funcionamiento del mercado eléctrico que explicaremos más adelante que es la chispa perfecta para que salte todo.

Renovables casi anecdóticas

Embalse

Debido a que las energías renovables no son capaces de cubrir toda la demanda, necesitamos producir electricidad con central, está en mi casa, vas a combustibles fósiles y ahí el gas natural tiene un gran protagonismo, pese a pesar que no supone más del 15% del total de la electricidad que consumimos.

Existe por parte de los consumidores una fuerte demanda, la cual se ve incrementada en momentos con temperaturas extremas, donde la presencia de aparatos acondicionados refacciones adquiere protagonismo. El consumo se dispara, las distribuidoras de energía deben generar más electricidad, y, por tanto hay más costes de producción que cubrir.

La contribución de las energías renovables ya hemos visto que es mínima y a ello se suman dos problemas más. Por un lado, la menor presencia se ve acentuada porque son las primeras en entrar en escena, lo que hace que tengan poco peso en el precio final de la factura, en la que tienen más peso las fuentes derivadas de combustibles fósiles, las cuales tienen más importancia a la hora de fijar el precio final.

El segundo es que además, a la crisis Ucraniana y sus derivados, se suma la ausencia de lluvias, lo que hace que por ejemplo la energía obtenida en hidroeléctricas en embalses sea muy escasa y no pueda hacer frente a la demanda que en otras ocasiones era capaz de cubrir, lo que nos lleva al punto de salida. Más dependencia del gas.

Una dependencia, de España y Europa, que en este caso, además se ve agravada por la alta demanda que existe en el mercado global, una demanda que a su vez se ve afectada por el corte del suministro ruso o la amenaza del mismo. Como se puede ver una combinación perfecta para tener un invierno muy "calentito".

Así que aquí podemos ver como queda la ecuación. Aunque el gas representa una parte pequeña, se ha pagado a un precio muy alto, un precio que sirve de punto de partida para el resto de la energía que compramos. Eso hace que el precio de electricidad, con independencia de su procedencia (ya sea de molinos eólicos, centrales hidroeléctricas...) Sea igualmente alto. De hecho, este informe del Banco de España, relaciona el el aumento en el precio del gas con la subida en la factura de la luz.

Gas

A estos datos hay que sumar otro factor más sirve para comprender la subida del precio en la factura eléctrica. Y es que buena parte del gas proviene de gaseoductos que llegan desde Rusia a Europa del Norte o desde Argelia, a España y el arco mediterráneo. Con el corte del suministro de gas ruso (Nord Stream 1), la gran alternativa pasa por la llegada de gas natural licuado (GNL) en grandes barcos provenientes de otros mercados. Otro factor más que contribuye al crecimiento del precio, pues el coste del transporte en barco es muy superior al que supone que llegue vía gaseoducto.

En España, o mejor dicho en la península, ya se adoptó un método para intentar poner coto a este crecimiento: es la llamada excepción ibérica, "tope del gas" o limitación del precio del gas (está activa desde el 14 de junio y se prolongará hasta el 31 de mayo de 2023). El problema, es que, pese a esta medida (luego vino la baja del IVA del 21% a 5%), la factura de la luz ha continuado incrementándose y a finales de verano hemos visto como esta época del año se convertía en la de la electricidad más cara de los últimos tiempos.

Y es que se trata de una limitación del precio del gas en el mercado mayorista, un cambio que no se aplica directamente en el de la factura de la luz, por lo que los beneficios finales son menores. Se podrán ver beneficiados aquellos que pertenezcan al mercado regulado, pero con una rebaja final en la factura que tendrá un impacto menor de la que tendrá el coste de la energía en el mercado mayorista.

Cómo funciona el mercado eléctrico

Electricidad

Dicho todo esto, el mercado eléctrico tiene un funcionamiento muy particular que podemos resumir así. Un funcionamiento que es necesario conocer para saber por qué sube la luz de esta manera.

Las afectadas de forma directa, al menos a corto plazo, son las tarifas que forman parte del mercado regulado. Sus usuarios son los que deben estar al tanto de la subidas y bajadas de los precios. Precios, que se fijan a través de una subasta diaria en la que las empresas generadoras, ofrecen sus ofertas para el día siguiente, en cada uno de sus tramos horarios.

Precio

Es entonces cuando hay que hablar del precio marginal. Este es el precio que pagarán los compradores a los generadores, en función de una lista las ofertas, desde las mas baratas, que suelen ser las provenientes de energía renovables, a las más caras, las que provienen de combustibles fósiles (carbón, gas...). Y son estas últimas las que marcan el "precio marginal" que es el precio que paguen todas las generadoras y compradores en cada hora.

El precio de la luz como vemos, se ve afectado por la alta volatibilidad en los precios del gas y un mecanismo de funcionamiento ciertamente particular y lo seguirá haciendo, mientras las energías renovables no tengan un mayor protagonismo y no cambie el citado sistema de mercado y la regulación de precios.

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