Los mejores tipos de calefacción si quieres gastar poco: estas son las opciones más eficientes y baratas de usar

Los mejores tipos de calefacción si quieres gastar poco: estas son las opciones más eficientes y baratas de usar

Los estudios de la OCU revelan cómo los sistemas con tecnologías más avanzadas ofrecen mayores eficiencias térmicas, aunque su coste de adquisición es muy superior al de las alternativas tradicionales

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A la hora de mantener nuestras viviendas calentitas a la temperatura ideal durante los meses de otoño e invierno, muchas son las opciones en sistemas de calefacción que hay disponibles en el mercado, como por ejemplo las clásicas calderas de gas o combustible diésel, los radiadores eléctricos, de hidrógeno, aerotermia, bombas de calor, etc.

Sin embargo, normalmente nos asaltan las dudas sobre cuál será el más recomendable para poder mantener un buen confort al tiempo que nos resulte económicamente barato en estos tiempos con los precios de la energía por las nubes.

En este sentido, la OCU cuenta con un interesante estudio en el que analizan los costes anuales de utilizar a diario los tipos de calefacción más habituales para una vivienda de 90 m2 en una región fría (zona climática D) y han llegando a la conclusión de que los equipos más avanzados tecnológicamente pueden ahorrarnos una cantidad importante de energía, aunque a costa de una adquisición más costosa. ¿Cuáles son los mejores? Vamos a repasar la lista.

Las opciones más baratas: bomba de calor y estufa de pellets

Img Bomba Calor

La bomba de calor es una de las tecnologías actualmente más efectiva y rápida para calentar la vivienda de forma sencilla. Y de hecho se ha postulado como la opción preferida por la Unión Europea en detrimento de las calderas de combustibles fósiles como el gas y el gasóleo.

Es un sistema que está presente en grandes equipos de aerotermia pero también en dispositivos como en los clásicos aires acondicionados fijos y portátiles que muchos tenemos en casa y que además de generar frío para el verano son capaces de producir calor para el invierno.

Según OCU, las bombas de calor eléctricas son la opción más económica y resultan hasta un 30% más baratas que la solución híbrida hidrógeno/electricidad y casi un 60% más económicas que la caldera de hidrógeno.

Son equipos muy eficientes, ya que por cada 1 kWh hora que consumen de  electricidad aportan 4 kWh de calor (es decir, una relación 4:1 en eficiencia). Esto hace que, a pesar del precio elevado de la electricidad ofrezcan costes moderados de unos 455 euros al año.

Entre sus inconvenientes nos encontramos con que requieren unidades exteriores, lo que no siempre es posible, y en los sistemas de aerotermia aire-agua la inversión inicial es muy elevada.

Calefaccion Oct2022

Compitiendo con las bombas de calor tenemos a las estufas de biomasa que aprovechan los residuos orgánicos de las podas o los huesos de aceitunas. Es una opción sostenible recomendable en segundas residencias o casas con suficiente espacio para almacenar sacos de pellets o huesos.

Para calentar toda la vivienda una estufa de este tipo requiere de un sistema de distribución del aire por conductos o si contamos con una caldera, una instalación con radiadores de agua.

Según OCU, sus cálculos dan un coste cercano a los 545 euros anuales utilizando estos sistemas de pellets y biomasa. Sin embargo, presentan inconvenientes, como la necesidad de contar con una salida de humos al exterior y el mantenimiento frecuente.

Caldera de gas de condensación y de gasóleo

caldera

Es una de las tecnologías más habitual en España, ya que según la Organización hasta un 35% de los hogares calientan y se abastecen de agua caliente con ella, aunque hasta un 60% no sería de condensación sino convencionales.

Se trata de aparatos válidos para viviendas situadas en zonas frías, eficientes puesto que tienen hasta un 110% de rendimiento y con un coste anual estimado que ronda los 683 euros al año. Como inconveniente tenemos la necesidad de contar con un suministro de gas canalizado hasta casa y unos costes de instalación que resultan más elevados que otras opciones.

Las calderas de gasóleo son otra alternativa instalada en muchas viviendas españolas, aunque su uso ha ido en retroceso en las últimas décadas. Sigue siendo habitual en viviendas aisladas sin acceso a gas natural, son duraderas y rápidas a la hora de calentar.

Como contrapartida tenemos que son mucho más contaminantes, necesitan de un depósito grande para almacenar el combustible y el precio de este ha crecido mucho en los últimos años, llegando a costar unos 816 euros al año para la vivienda típica de 90 m2.

Radiadores y calefactores eléctricos

radiadores

Su funcionamiento es el más sencillos de todos, ya que trabajan haciendo pasar una corriente eléctrica por una resistencia para generar calor, aunque a costa de una baja eficiencia energética.

Son adecuados para segundas viviendas o como sistema auxiliar en una casa que ya cuente con otro método de calefacción, ya que requieren de una inversión inicial reducida y son sencillos de instalar. Sin embargo, son mucho menos eficientes que las bombas de calor y podemos llegar a gastar unos 1.255 euros al año con radiadores clásicos o unos 1.046 euros en el caso de usar acumuladores, no llegando a ofrecer la misma sensación de confort si la vivienda es grande.

Una versión mejorada de los radiadores simples son los de aceite o los que cuentan con fluidos de alta inercia térmica, pensados para funcionar más tiempo y con mayor capacidad calorífica. Sin embargo, su eficiencia energética apenas mejora un 30% con respecto a los básicos, por lo que el coste de usarlos sigue siendo elevado.

Estufas de butano, propano o parafina

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Estas estufas en general portátiles y de barata adquisición, funcionan básicamente quemando gas o parafina como combustible calentando el aire a su alrededor. Aportan un calor agradable, no consumen electricidad y son muy potentes, pudiendo calentar habitaciones grandes con facilidad.

Sin embargo, emiten CO2 y otros contaminantes, como anhídrido carbónico, por lo que solo deben utilizarse en estancias bien ventiladas. Su gasto por hora es elevado y puede superar los 0,453 €/h en el caso del gas o los 0,92 €/h en el caso de la parafina.

Otra opción menos utilizada son las llamadas estufas halógenas, que distribuyen el calor por la radiación de infrarrojos emitida desde sus tubos halógenos. Estas se calientan muy rápido y pueden enfocar el calor hacia donde están orientadas.

Sin embargo, pierden mucha eficacia a una corta distancia, solo están recomendadas para habitaciones pequeñas y su gasto por hora también es elevado y puede rondar los 0,276 €/h.

Imagen portada | e24

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