Instalar una tele gigante en casa es más complicado de lo que parece: tener hueco (y dinero) no es el único problema

No solo hay que contar con una sala amplia donde instalarlos, hay otros factores a tener en cuenta como los accesos a la vivienda

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En anteriores artículos hemos comentado cómo cada vez hay pantallas de mayor diagonal por precios más asequibles, lo que hace que no sea extraño el que nos pase por la mente la idea de comprar el televisor más grande que podamos acoplar en el mueble o pared del salón para disfrutar del cine a lo grande.

Esto presenta varios inconvenientes que son muy conocidos, como un mayor consumo energético y quizá que no contemos en la sala con la distancia apropiada como para poder disfrutar al máximo del panel y que puede ocasionar problemas adicionales.

Es el caso de la fatiga visual por el hecho de no abarcar toda la pantalla de un solo vistazo si es demasiado grande. Es decir, que tengamos que estar moviendo la cabeza continuamente de un lado a otro para ver todas las secciones de la imagen en pantalla.

Además, a la larga puede ocasionarnos molestias en los músculos del cuello y espalda así como un exceso de acomodación en los ojos, que según algunos especialistas médicos puede desembocar en síntomas como escozor o visión borrosa que lógicamente empeoran con el tiempo de utilización de las pantallas.

Tener una tele gigante en el salón: cuestión de tamaño y peso

Lg C3 4489 Imagen: LG C3

Pero además de estos inconvenientes, que tienen su lógica en el caso de que vayamos a estar muchas horas cada día usando la tele, hay otro muy importante que puede que pasemos por alto pero que resultará esencial si nuestra casa es de tamaño y "calidad" media y no como las maravillas que salen en los anuncios de las marcas.

Se trata de las dimensiones físicas del televisor, del tamaño y del peso que tienen y que se incrementa considerablemente cuando vamos subiendo en pulgadas, sobre todo en cuanto a los kilos de más se refiere.

Y no es que sea un problema de que la tele quepa en el hueco del mueble o en la pared donde tenemos pensado instalarla, que probablemente hasta ahí lleguemos a la hora de pensar en comprarla y hayamos medido todo con calma para asegurarnos. El problema es más complejo que eso.

Para empezar, quizá los accesos a la vivienda no estén preparados para tales dimensiones, teniendo problemas a la hora de pasar los paquetes por puertas de ascensores, por las escaleras si son muy angostas y sinuosas o incluso dentro ya de la propia casa al girar la pantalla por los pasillos hasta llegar al salón.

Charlesdeluvio U5 Ldkpfzkk Unsplash Imagen: Charlesdeluvio

Si la tele tiene menos de 65 pulgadas probablemente con un poco de maña la pasaremos sin problemas en la mayoría de viviendas de tamaño medio, pero con 75 pulgadas estamos hablando ya de embalajes que rondan los 1850 x 1120 x 188 mm dependiendo de la marca, algo que por ejemplo no cabe en todos los ascensores de pisos antiguos por ejemplo.

La cosa se complica con tamaños superiores como las tan de moda 98 pulgadas en marcas como por ejemplo TCL y su gama C735 o la espectacular X955. Aquí estamos hablando de paquetes de 2505 x 1524 x 438 mm que pueden darnos problemas incluso con la altura.

De hecho, no es de extrañar que en algunos casos sea necesario recurrir a rutas alternativas para meter una tele de gran formato dentro de casa, como por ejemplo usar azoteas, balcones, ventanas y similares. Aunque esto conviene consultarlo previamente con la tienda o incluso buscar nosotros la ayuda necesaria, puesto que no todos los servicios de reparto pueden o están dispuestos a hacer el esfuerzo.

Y además tenemos la cuestión del peso, que puede seguir siendo una dificultad añadida en según que casos. Por ejemplo, con 55 pulgadas hablamos en general de pesos que no sobrepasan los 25 kilos, más que soportables por casi cualquier mueble del mercado aunque sea de aglomerado barato y por cualquier pared, incluso las de pladur si tenemos las debidas precauciones.

Pero a partir de ahí el peso se dispara con cada pulgada y no es de extrañar que los modelos que rondan las 100 pulgadas estén alrededor de los 60-70 kilos más peanas, soportes para colgarlas y embalajes pueden subir a más de 90 kilos.

Esto un mueble normalito no lo va a soportar y deberemos comprar un modelo de mayor calidad con madera natural o de DM con buenos refuerzos. Y en el caso de colgarla de la pared, convendrá asegurarse primero de si soportará el peso y usar soportes y materiales adecuados antes de aventurarnos a instalarla nosotros.

En definitiva, podemos concluir que, aunque en los catálogos de los fabricantes de televisores quedan estupendas las pantallas gigantes con esos espectaculares formatos en salones de diseño, en la práctica puede que, aunque contemos con presupuesto para comprarnos una y un salón amplio donde instalarla, quizá las limitaciones de los accesos y la calidad de muebles y tabiques nos obligue a pensarlo bien antes de hacerlo.

Imagen portada | TCL X955

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