Las dos primeras cosas que desactivo al usar una nueva smart TV para tener la mejor calidad de imagen posible

Glenn Carstens Peters Eoqhsffbhrk Unsplash
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Los televisores inteligentes modernos cuentan cada vez con más opciones de configuración disponibles en sus sistemas operativos, lo que por una parte nos da más posibilidades para ajustar todo al mínimo detalle, pero también nos complica la vida si no tenemos mucha experiencia o no queremos andar trasteando con la tele.

Si somos de este último grupo de usuarios puede que ni siquiera nos planteemos entrar en los menús de configuración para modificar nada, lo que dependiendo del modelo que hayamos comprado puede tener como resultado una calidad de imagen pobre y artificial que no representará lo que puede dar de sí la pantalla.

Y es que los fabricantes muchas veces tratan de vendernos una calidad visual espectacular con modos de imagen que sirven para probar ciertas demos o para llamar la atención en las tiendas, pero no para disfrutar en casa. Por este motivo, siempre que pruebo o instalo un nuevo televisor estas son las dos primeras cosas que desactivo o modifico para tener la mejor experiencia posible.

Adiós modo "dinámico", hola modo "cine"

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Lo habitual en muchos modelos es que, por defecto, nuestra nueva pantalla se active al encenderla por primera vez en un modo de funcionamiento llamado "estándar" o "dinámico",  ambos pensados para resultar llamativos, con colores muy vivos y saturados que nos agradarán en un primer vistazo, pero a la  larga, cuando ya llevemos unos minutos u horas con la tele nos acabarán  cansando.

Estos modos suelen poner todas las funciones de la tele a trabajar, con brillos, colores y contrastes al máximo, así como con un procesado de la imagen que puede resultar vistoso pero también artificial.

Por ello, lo primero que hago al empezar a usar una tele es cambiar a un modo que represente la imagen y el sonido de forma más fiel a la señal original. Es el caso por ejemplo del modo "cine", "película" o el más moderno "cineasta o filmmaker". A partir de ese modo luego ya es posible comenzar, si es que queremos afinar más, con el proceso de calibración, ajustando otros parámetros para dejarlo todo a nuestro gusto.

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¿No queda la imagen demasiado "sosa" con el modo cineasta? Pues es algo que muchos usuarios perciben al principio, sobre todo si vienen de tener sus televisores en los modos más vívidos.  Sin embargo, en general es el más apropiado para ver cine, ya que respeta el formato original de las películas.

En general elimina todo el procesado extra que añaden los fabricantes a sus teles, como el exceso de nitidez, el sobresaturado en los colores, el suavizado de movimientos y ajustan la relación correcta de imagen en pantalla. Aún así puede que nos parezca que en ciertos contenidos como series de nueva generación o ciertas películas le falta fuerza a la imagen.

En estos casos podemos optar por el modo "cine" que es algo más relajado permitiendo colores algo más saturados y aplica cierto postprocesado a las imágenes para mejorar su contraste y nitidez. También suele aplicar algo de suavizado de movimientos, función que como veremos a continuación es lo segundo que intento apagar nada más estrenar tele.

Adiós al suavizado de movimientos

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El suavizado de movimientos es una función que incluyen la mayoría de televisores modernos y cuya misión en teoría es mejorar la calidad percibida en secuencias de acción donde hay objetos o escenarios moviéndose en pantalla.

Entonces, ¿por qué apagarla? Pues porque para realizar su tarea hace uso de lo que se conoce como interpolación de fotogramas, una técnica de postprocesado de la  imagen que "inventa" fotogramas nuevos entre varios ya existentes, lo que puede tener consecuencias negativas para la calidad de imagen además de añadir un cierto toque a "telenovela".

Es cierto que la función añade mayor suavidad en movimientos de objetos lentos por la pantalla, siendo especialmente destacable en los paisajes que se mueven de fondo con personajes en primer plano, en panorámicas lentas laterales y verticales. Y también aporta más nitidez y definición de  los textos y objetos aislados que se desplazan por la pantalla lentamente.

Sin embargo, como ya vimos aquí no todo es positivo, ya que lo más probable es que nos de la sensación de que la imagen está grabada con una cámara de baja calidad o muchas veces rodado como si lo estuviésemos pasando a cámara rápida.

Además, también se crean artefactos digitales muy molestos que empeoran la calidad de imagen. Por ejemplo, aparecen como "nubes de píxeles"  alrededor de objetos que se mueven con rapidez de una parte a otra de  la pantalla. Es especialmente visible en escenas que cambian muy rápido con giros de objetos y desplazamientos de un punto a otro sobre fondos también en movimiento.

La intensidad de la percepción de estos efectos negativos dependerá de cada usuario. En mi caso me resultan muy molestos y por ello siempre que puedo apago por completo la función o como mucho la dejo al mínimo en el caso de ver deportes o documentales.

Imagen portada | Glenn Carstens-Peters

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