Conservar alimentos en el congelador no siempre es una buena idea: estos son los que conviene y no conviene congelar, según Balay

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Los frigoríficos y congeladores son ya electrodomésticos imprescindibles en nuestros hogares, unos equipos que nos ayudan a conservar mejor los alimentos manteniéndolos en perfecto estado, alargando su vida útil o fecha de caducidad.

Los fabricantes incorporan cada vez más tecnologías enfocadas a cumplir esta misión, pero en realidad somos nosotros, los usuarios, los que tenemos que llegar de la compra y almacenar las cosas en el frigo, en ocasiones sin saber muy bien cómo hacerlo.

Y una de las dudas más frecuentes nos la encontramos a la hora de congelar alimentos, ya que lo más habitual es que pensemos que todo se puede congelar, aunque en realidad hay una serie de comidas que no conviene someter a tan bajas temperaturas.

En Balay han realizado un estudio sobre el tema y han publicado una serie de recomendaciones sobre qué alimentos podemos congelar sin problemas para que duren más y cuáles conviene no congelar nunca ya que degradaremos sus cualidades organolépticas.

Alimentos que sí podemos congelar

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La mayoría de alimentos que ya hemos cocinado previamente son susceptibles de ser congelados para alargar su vida útil, aunque con algunos matices. Además, hay algunas comidas que no suele ser habitual meter en el congelador, pero que si lo hacemos conseguiremos multiplicar su fecha de caducidad.

  • Es por ejemplo el caso de la tortilla de patata, que aunque parezca extraño es posible congelar, tanto la base antes de cuajar como una vez montada.
  • Otro alimento muy de moda en estos tiempos es el aguacate, que dado su alto precio conviene no desperdiciar en absoluto. Así, en el caso de que abramos uno y no lo vayamos a terminar, es posible congelarlo triturado. También se puede lavar, abrir por la mitad y meterlo en bolsas de congelación sin la semilla.  Al meterlo en el congelador no cambiará el sabor del aguacate, pero sí la textura, por lo que tendremos que usarlo en recetas que lo usen triturado.
  • El arroz hervido y el arroz caldoso, si separamos el caldo y lo volvemos a unir al arroz cuando toque cocinarlo de nuevo, también es posible congelarlo.
  • El queso también se puede congelar, aunque con matices,  ya que dependerá del tipo. Por ejemplo camembert, havarti o brie son especialmente tolerantes con la congelación, a diferencia de los quesos blandos con un alto contenido en agua como el requesón. Además, cuanto más duro está el queso peor aguantará el momento de descongelarlo.
  • La pasta, si está muy bien escurrida, también es posible conservarla en el congelador.
  • El gazpacho se puede congelar e incluso tomar en forma de granizado, si nos gusta la textura.
  • El pan, la carne y el pescado también son habituales de nuestros congeladores.
  • Con el precio que tienen últimamente, las frutas frescas también han pasado a forma parte de los alimentos susceptibles de pasar por el congelador, sobre todo si previamente las lavamos y troceamos dejándolas listas para consumir. De hecho, hay frutas de temporada como el melón, la papaya o el mango que podemos comprar baratas y conservar bajo cero durante casi un año para ir consumiendo poco a poco si tenemos por ejemplo un arcón grande.

Alimentos que no conviene congelar

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En este segundo listado vamos a comentar algunos alimentos que no podemos congelar, o mejor dicho, que sí se pueden congelar físicamente pero que si lo hacemos van a perder sus propiedades como el sabor o la textura haciendo que su consumo no sea luego tan agradable.

  • Es por ejemplo el caso de los vegetales y verduras que vamos a comer en crudo, como tomates, lechugas, etc., que pierden su textura o pueden "quemarse" dada su gran cantidad de agua.
  • Recetas con salsa como la mayonesa o salsa rosa al descongelarse pierden la textura melosa que las caracteriza y se quedan más acuosas y menos agradables al paladar.
  • Los pasteles y tartas caseras pierden gran parte de su sabor si las congelamos y no las hemos cocinado con gran cantidad de azúcar, por lo que suele ser mejor guardarlas unos días en el frigorífico si no las vamos a consumir inmediatamente.
  • Los mariscos también son complicados de congelar en los equipos domésticos que no cuentan con muy bajas temperaturas, especialmente el percebe.
  • Las patatas crudas tampoco son muy amigas de los congeladores, ya que cuentan con una gran cantidad de fécula que tiende a crear cristales de hielo desagradables.
  • Y si lo que queremos es congelar huevos, desde Balay recomiendan que separemos la yema de la clara para evitar que su textura se degrade.

Vía | Balay

Imagen portada | Ello

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