A todos nos ha sucedido alguna vez: un descuido con la lejía y nuestra prenda favorita queda con manchas descoloridas. La lejía es un potente agente blanqueador que, al entrar en contacto con los tejidos, puede alterar de forma irreversible su color. Su uso en el hogar es común para desinfectar y blanquear, pero si no se maneja con precaución, puede provocar la pérdida de prendas o textiles.
La lejía está compuesta principalmente por hipoclorito de sodio, una sustancia que oxida los pigmentos presentes en los tejidos. Este proceso destruye las moléculas responsables del color, dejando manchas que pueden variar entre tonos anaranjados, rosados o amarillentos, dependiendo del material y la cantidad de lejía absorbida.
Si aún no hay daños, actuar con rapidez es clave
Si el contacto con la lejía se detecta rápidamente, existen algunos remedios que pueden minimizar los daños y ayudar a restaurar el tejido.
El efecto de la lejía en los tejidos varía según el tipo de prenda. En tejidos blancos, puede dejar halos amarillentos. Para contrarrestar este efecto, sumerge la prenda en una solución de agua y vinagre blanco. El vinagre ayuda a neutralizar el efecto de la lejía y reducir el tono amarillento.
En tejidos de color, las manchas suelen ser anaranjadas o rosadas. Una opción es preparar una pasta con bicarbonato de sodio y agua, aplicarla sobre la mancha y dejar actuar durante aproximadamente una hora antes de aclarar. Esto puede ayudar a minimizar el daño si se actúa con rapidez.
Si la mancha ha pasado desapercibida y el daño ya está hecho, la restauración del color original es mucho más complicada. Aunque remojar la prenda en agua con vinagre puede reducir el efecto blanqueador, en muchos casos la pérdida de color es irreversible.
En estas situaciones, una solución alternativa es disimular la mancha utilizando técnicas como el tinte textil o la personalización de la prenda con diseños creativos.
Para evitar que la lejía arruine nuestras prendas, es recomendable utilizar guantes y ropa vieja al manipularla. También debemos asegurarnos de cerrar bien el envase después de usarla, diluir la lejía adecuadamente cuando se use para limpieza y sobre todo manipularla lejos de textiles y ropa de color.
Imagen de portada | Generada por IA con ChatGPT
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