La ciencia lo confirma: nuestro cerebro se desarrolla más con la música HD que con los MP3 de baja calidad

A diferencia de lo que defiende el autor del artículo que me ha inspirado este post, yo creo que no hay una única forma de escuchar música. De hecho, yo mismo lo hago al menos de dos formas diferentes. En ocasiones escucho música mientras hago otras tareas en casa (casi siempre a través de un Zeppelin Air de Bowers & Wilkins), y, cuando realmente necesito relajarme y concentrarme en la música (es más una necesidad que otra cosa), utilizo mi equipo de alta fidelidad.

Estas dos maneras de disfrutar la música me ofrecen dos experiencias muy distintas, y, al mismo tiempo, me exigen un esfuerzo también diferente. Cuando escucho música mientras trabajo, cocino o limpio, por ejemplo, mi conexión emocional con ella es relativamente baja. Mi atención no está volcada en la música, sino en la otra tarea que estoy haciendo en ese momento. La música solo acompaña. Sin embargo, cuando me apetece disfrutarla al 100%, enciendo mi equipo de alta fidelidad, y solo hago eso: escuchar música.

En este segundo escenario mi conexión emocional con la música es infinitamente más intensa, lo que me obliga a volcar mi atención únicamente en lo que estoy escuchando. Pero, a cambio, me ofrece un disfrute mucho mayor. Lo interesante de todo esto no es mi experiencia personal, sino un estudio científico que explica por qué la mayor parte de las personas disfrutamos más la música cuando la escuchamos con más calidad que cuando reproducimos ficheros comprimidos de baja calidad.

Tu cerebro también lo agradece

Los autores de este estudio son un grupo de investigadores de la compañía DTS, y después de exponer a dos grupos de personas a varios vídeos con sonido de distinta calidad (96 Kbps y 256 Kbps), llegaron a dos conclusiones asombrosas. La primera es que el cerebro de las personas que escucharon la música con más calidad de sonido generó un 14% más de recuerdos, lo que conlleva la creación de nuevas conexiones entre las neuronas, que son necesarias para almacenar la nueva información.

Y la segunda conclusión explica lo que apuntaba al principio del post: la música con más calidad de sonido desencadenó una estimulación del placer un 66% mayor en el cerebro de las personas que la escucharon. Lo interesante es que la música de más calidad que usaron en el estudio estaba contenida en ficheros con audio de 256 Kbps, y hay opciones que tienen aún mucha más calidad.

De este estudio podemos concluir que si escuchamos, por ejemplo, un fichero FLAC a 192 kHz y 24 bits, un disco Blu-ray Pure Audio, un SACD o un buen disco de vinilo, todos ellos formatos con una gran calidad de sonido si la toma acompaña, nuestro cerebro creará aún más conexiones neuronales y experimentaremos un placer mayor. Eso sí, el tipo de música lo elegimos nosotros (de esto en el estudio no dicen nada).

Imagen | MyBody
Más información | Music.Mic
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