Hace unas semanas vino un fontanero a casa para cambiar una pieza de la instalación del baño y, mientras trabajaba, le comenté los problemas que tenía con la acumulación de sarro y cal, especialmente en la alcachofa de la ducha. Entonces me compartió un truco sencillo, barato y realmente eficaz para solucionarlo.
La verdad es que ha sido uno de los métodos más efectivos que me han enseñado. Lo probé primero en la ducha y luego con las piezas que desmonté de la cisterna, y el resultado fue sorprendente. Sin gastar dinero en productos caros ni recurrir a químicos agresivos, conseguí eliminar el sarro y la cal incrustada de todas las superficies.
Un ingrediente de andar por casa
El truco que me enseñó el fontanero para eliminar el sarro y la cal del baño —y que también respaldan expertos de empresas como Dimasa— tiene como protagonista a uno de los productos domésticos más polivalentes: el vinagre.
Este líquido se aprecia fácilmente por su olor y sabor ácido. Lo usamos normalmente en la cocina y se obtiene mediante la fermentación del vino o de otros productos ricos en alcohol, y contiene entre un 3 % y un 5 % de ácido acético, además de pequeñas proporciones de ácido tartárico y cítrico en sus versiones naturales, según el portal Qumica.es.
De acuerdo con la empresa madrileña Desatascos Henares, su acidez actúa sobre el carbonato de calcio, descomponiéndolo de forma natural, lo que lo convierte en un aliado perfecto para eliminar las incrustaciones de cal y sarro en grifos, duchas o azulejos. Puede usarse en distintas proporciones mezclado con agua, según el grado de suciedad y la zona del baño donde se aplique.
El procedimiento es muy sencillo:
- Coloca una bolsa de plástico resistente (tipo cierre hermético) alrededor del cabezal de la ducha.
- Llénala con vinagre blanco sin retirarla del soporte.
- Sujétala firmemente con una goma o cinta adhesiva para que no se desplace.
- Abre ligeramente el grifo para que el vinagre cubra toda la superficie metálica.
- Déjalo actuar entre 20 y 30 minutos.
- Retira la bolsa y limpia los restos de sarro con un paño suave o una esponja.
Es importante tener en cuenta que, por su nivel de acidez, este método ayuda a despegar el sarro, pero puede requerir una segunda pasada para eliminarlo por completo. Por eso, conviene aclarar bien con agua y secar la superficie al final para evitar nuevas acumulaciones.
Por qué aparece el sarro
El flotador de la ducha que limpié de cal y sarro con vinagre
El sarro aparece cuando el agua con alto contenido en minerales como calcio y magnesio —lo que se conoce como agua dura— se evapora y deja tras de sí esos molestos residuos blanquecinos en las superficies del baño. Parte del problema viene del propio vapor de la ducha y otra, de los materiales del baño, que facilitan que los minerales se adhieran con el tiempo.
Con el paso de los días, estos depósitos minerales se endurecen y forman una capa calcárea que resulta difícil de eliminar. En realidad, hay dos factores principales detrás de la aparición del sarro. El primero es el agua dura, que al evaporarse genera ese depósito antiestético que se acumula en grifos, duchas y azulejos.
El segundo es la falta de limpieza constante y mantenimiento preventivo. La combinación de humedad, calor y descuido crea el ambiente perfecto para que el sarro se incruste. Y, por si fuera poco, una de las zonas que más solemos olvidar al limpiar es precisamente la ducha o rociador, el lugar donde el problema suele empezar.
En Xataka SmartHome | Mi ducha estuvo goteando durante semanas: así de fácil era solucionarlo (sin llamar al fontanero)
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